Las regulaciones en Canadá envían un mensaje a la industria cripto

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La semana pasada, la aprobación de la Ley europea de los Mercados de Cripto Activos (MiCA, «por sus siglas en inglés»), marcó una tendencia favorable en la industria cripto. Sin embargo, las regulaciones a los criptoactivos, están comenzando a llegar en muchos países al mismo tiempo y no siempre son bienvenidas.

La gran mayoría de los reguladores de todo el mundo, están en una cruzada para tomar medidas más enérgicas que permitan poner orden en el ecosistema de los activos digitales, para prevenir que ocurran nuevas insolvencias por parte de criptoempresas, como las quiebras de alto perfil que sucedieron el año pasado y que sacudieron al sector.

En este sentido, Canadá no es ajeno a los intentos de los reguladores globales por imponer normas más estrictas a las criptomonedas en general, lo cual afecta no sólo al comercio y los tokens, sino también a su industria.

Y es que hace un par de semanas, las autoridades de la Administración Canadiense de Valores (CSA, «por sus siglas en inglés»), emitieron un conjunto de nuevas normas para el comercio de criptomonedas, que no fue bien recibida por una parte de los criptointercambios que operaban en ese país.

La CSA, funciona como un consejo de reguladores de valores de Canadá, que agrupa a las 10 provincias y los 3 territorios de ese país, en un esfuerzo para coordinar y armonizar la regulación canadiense de los mercados de capitales.

Pero el pasado 22 de febrero, la CSA publicó el aviso 21-332 que exige que todos los criptointercambios suscriban nuevos acuerdos jurídicamente vinculantes mientras esperan su registro en el organismo regulador.

Este Aviso es un compromiso actualizado que incluye nuevas normas de custodia, restricciones al uso del apalancamiento con criptomonedas, la segregación de los activos de los clientes, así como también la prohibición de comerciar criptoactivos de valor referenciado o stablecoins, a través de criptocontratos sin autorización escrita de la CSA, ni aceptar depósitos de estos activos digitales.

En un tuit en la cuenta oficial de la CSA, se informó que “Los reguladores de valores canadienses brindan información actualizada sobre los compromisos de prerregistro para las plataformas de comercio de criptoactivos”.

En el comunicado publicado por esa agencia reguladora, anunció que las plataformas de comercio criptográficas de activos no registradas habían presentado un prerregistro ante su principal regulador territorial de valores.

De acuerdo a la nueva normativa canadiense, las plataformas de comercio de criptomonedas, deben registrarse como empresas de servicios monetarios, en el Centro de Análisis de Informes y Transacciones Financieras de Canadá (FINTRAC, «por sus siglas en inglés»).

Este registro obliga a que todas las plataformas de comercio de criptomonedas, se encarguen de intensificar las medidas de cumplimiento así como también, cumplir con las directivas contra el blanqueo de capitales (AML, «por sus siglas en inglés»), mediante el monitoreo y notificaciones al regulador de transacciones sospechosas.

Igualmente estas criptoempresas, deben cumplir con la directiva de conocimiento del cliente (KYC, «por sus siglas en inglés»), que incluye la conservación de la información relacionada con el cliente, como la verificación de la identidad de sus usuarios y sus movimientos.

Por una parte, las empresas que cumplieron el prerregistro de acuerdo a las nuevas normas fueron ByteX Financial Ltd., (ByteX), CatalX CTS Ltd., (CatalX), Coinbase Canada, Inc., (Coinbase), Foris DAX, Inc., (Crypto.com), DigiFinex Canada Limited, (DigiFinex), Gemini Trust Company, LLC, (Gemini), Payward Canada Inc., (Kraken), NDAX Canada Inc., (NDAX), Satstreet Inc., Shakepay Inc., (Shakepay) y Uphold Worldwide Ltd., (Uphold).

Aunque Binance, señaló que tenían intenciones de registrarse en FINTRAC y cumplir las nuevas normas, no apareció en la lista actualizada de criptoempresas prerregistradas, actualizada el pasado 12 de abril.

Sin embargo, no todas las criptoempresas aceptaron las nuevas medidas impuestas por los reguladores, por lo que se provocó una división entre varios de los actores principales de ese sector en Canadá. Algunas de estas empresas relacionadas al mundo de los criptoactivos, decidieron abandonar el país antes de verse obligados a cumplir la normativa.

Plataformas cómo OKX, Paxos y dYdX, han optado por cerrar por completo sus operaciones en Canadá. Sin embargo, OKX dijo que su retirada del país era “temporal” y que estaba trabajando estrechamente con los reguladores canadienses.

Aunque se crea que estas criptoempresas que han abandonado el mercado canadiense, perderán una redituable cuota de mercado derivada de los inversores de criptomonedas de ese país, lo cierto es que estarán ahorrando en costes de cumplimiento y evitará el riesgo de multas por acciones de los reguladores como ya ha ocurrido en el pasado cercano.

Tras la decisión de algunas plataformas de salir de esa jurisdicción, queda más que claro que en ocasiones las regulaciones plantean desafíos y riesgos para las criptoempresas en momentos que el panorama normativo global comienza a convertirse en una trama cada vez más compleja.

Y es que obviamente, el cumplimiento de estas normativas representa costes significativos y cargas administrativas asociadas con el cumplimiento de los nuevos requisitos impuestos por la CSA, cómo mejoras de los sistemas y procesos de cumplimiento y para ello es necesario la contratación de personal adicional encargado del cumplimiento normativo.

Esto supone que cualquier marca global cómo Coinbase, Kraken, Binance u otro, que preste sus servicios en todo el mundo, al verse obligada a cumplir varias regulaciones por cada país, tendrá un fuerte impacto en sus costos operativos, por la excesiva carga regulatoria.

No obstante, la CSA dijo que estas medidas se tomaron a raíz de las insolvencias que involucraron una serie de criptoempresas, como Voyager Digital, Celsius Network, FTX y sus empresas asociadas, BlockFi y Genesis Global, por lo que introdujeron “nuevas e importantes disposiciones de protección del inversor” en la forma estándar de compromiso de prerregistro.

Para las personas que apoyan estas medidas, los reguladores como la CSA canadiense, sólo están llevando a cabo acciones para proteger los intereses de los inversores, mientras mantienen la estabilidad financiera del sector, ya que las mismas están orientadas a la prevención del fraude y las estafas, así como de otras actividades fraudulentas.

Sin embargo, para los detractores de este tipo de medidas, las mismas no dejan de ser una forma de controlar el acceso a los criptointercambios, que al final puede desincentivar la innovación y la inversión en el sector, en virtud de los costos prohibitivos de sostener estas criptoempresas en tantas jurisdicciones al mismo tiempo.

Bajo un escenario como este, se podría dar la posibilidad de la fragmentación de los criptointercambios globales, los cuales pasarían a operar en pequeñas regiones del mundo para reducir costos, pero también podría acabar con aquellas empresas pequeñas que traten de competir con los gigantes de la industria.

En cualquier caso, 2023 se convertirá en un año de mayor control regulatorio en todo el mundo, mientras se prepara la llegada de MiCA a Europa a mediados de 2024. Pero es a partir del 2025, que se podrá tener una percepción clara si realmente, este excesivo entorno regulatorio habrá sido favorable o no para el sector.

Advertencia "La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido"