Hoteles, los tiempos están cambiando

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Por Anwar Zibaoui, Coordinador General en ASCAME

La industria hotelera se ha visto gravemente afectada por la pandemia del COVID-19 desde el primer trimestre de 2020, tras la cancelación de reservas y eventos y las restricciones impuestas a los viajes.

Se necesita apoyo para mantener a flote la industria, pero el objetivo más importante es crear un sector hotelero más resistente y sostenible, que sea capaz de resistir las grandes crisis futuras.

La región mediterránea tiene un 20% de la capacidad de alojamiento hotelero a nivel mundial. Los 24 países mediterráneos cuentan con 10.000 destinos, unos 100.000 hoteles y alrededor de un millón de restaurantes.

Sin embargo, antes de la pandemia, el sector ya hacía frente a desafíos continuos: desde actos de terrorismo sin sentido, pasando por incendios, terremotos, huracanes o sequías, hasta otras epidemias o crisis económicas. Lo que ocurre en el mundo afecta sin duda al sector hotelero. La pandemia ha expuesto vulnerabilidades del sector en la región, como la sobreoferta de capacidad hotelera, la burocracia, la falta de flexibilidad e innovación y, a destacar, la inadecuada colaboración entre todos los actores del sector.

Cuando se levanten los embargos y las cuarentenas y el consumidor comience a sentirse lo suficientemente seguro como para abandonar el sofá y moverse más allá de su ciudad o país, habrá nuevas demandas en la industria porque el viajero renovado no será el mismo visitante que en 2019.

El viajero que la pandemia habrá cambiado buscará experiencias más personales y privadas, alejándose de los destinos masivos.

Este viajero habrá desarrollado mayores expectativas de higiene y seguridad, y es incluso probable que cambie hacia experiencias de vacaciones que se centren en la calidad. Este cambio de enfoque puede beneficiar al mercado de viajes de la gama media y alta y hacer que el hotelero económico revise la imagen y la definición de su marca.

Sin nuevas herramientas de gestión, el desarrollo, la entrega de productos y experiencias, así como la capacidad de innovación de las empresas hoteleras se verán obstaculizados, lo que impactará en su crecimiento. Es necesario impulsar medidas para proporcionar un marco que pueda ser utilizado por todos los involucrados y ayudar a crear una industria más resistente y sostenible.

La industria hotelera del futuro necesita apoyo urgente. Además de proporcionar un alivio durante la crisis a las empresas del sector, es preciso crear un entorno empresarial cooperativo para todas las partes interesadas. Es decir, promover un nuevo modelo de operación más eficiente, mantener estándares de seguridad y bienestar, e impulsar la adopción de las últimas tecnologías, la innovación y la digitalización.

Es necesario analizar con las autoridades los impuestos que gravan al sector, la seguridad de los hoteles, la movilidad laboral, el desarrollo sostenible, la formación de los trabajadores, la clasificación y estandarización para realizar sus propias certificaciones, y la promoción de la dieta, la alimentación y la Marca Mediterránea.

El sector hotelero debe enfrentarse a los desafíos e involucrarse en las nuevas medidas y acciones que garanticen su sostenibilidad, eficiencia y rentabilidad.

La industria hotelera mediterránea carece de un organismo formal que pueda reunir a todas sus voces y represente y coordine sus intereses compartidos. Hace falta establecer un organismo único que actúe como foro del sector para fomentar una mayor colaboración y unidad, compartir recursos, asegurar precios, renegociar contratos, brindar soporte legal frente a disputas y establecer comunicación con los gobiernos. Es preciso mejorar la capacidad de continuar atrayendo a turistas con el fin de afianzar la posición de liderazgo a nivel mundial.

Las cadenas hoteleras están introduciendo sistemas de auditoría global para certificar que los hoteles están limpios y son seguros. Un gerente de salud y seguridad dedicado garantiza que se sigan los protocolos de limpieza y desinfección y que se realicen controles periódicos de la salud del personal. Pero, con ingresos reducidos, muchos propietarios no están en condiciones de invertir en tecnologías que mejoren los estándares de salud y seguridad en sus hoteles.

Reducir y aplazar impuestos, así como ofrecer apoyo financiero ayudará a los hoteles a seguir siendo viables, pero los bancos deben también ayudar a su supervivencia eliminando temporalmente las cargas financieras o facilitando soluciones flexibles a los clientes afectados por la crisis.

Pasará tiempo hasta que el número de visitantes regrese a sus niveles pre-pandemia y se desconoce el impacto que esto tendrá a largo plazo. Por ello, es fundamental el desarrollo cuidadoso de un futuro ecosistema turístico que proporcione el producto correcto para satisfacer la demanda de los visitantes potenciales.

El camino está claro: impulsar la cooperación y coordinación de un mercado turístico mediterráneo coherente, moderno y eficiente.

Un sector rentable que genere no solo ingresos sino también puestos de trabajo y beneficie a toda la población. Un sector preparado ante el cambio climático y alineado con los Objetivos de Desarrollo. Sin un plan global que consolide su liderazgo, la recuperación y perdurabilidad a largo plazo están en peligro.

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