Tras el anuncio de que Tesla ya no aceptará Bitcoin como medio de pago por su impacto de esta divisa en el medio ambiente. Una nueva ola de cuestionamientos llega sobre las criptomonedas. Sin embargo, no todas en su génesis tienen el mismo impacto ambiental.
Las espectaculares cotizaciones que alcanzó bitcoin, su caída y el último anuncio de Elon Musk reavivaron el debate acerca del gran consumo de energía y su contraparte contaminante que provoca el minado de la criptomoneda más antigua, líder y popular del ecosistema mundial de activos digitales.
Según un análisis del Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge (CCAF, por sus siglas en inglés) si el bitcoin fuera un país consumiría más electricidad al año que Finlandia, Suiza o Argentina.
Los investigadores del CCAF determinaron que la minería de bitcoins utiliza cerca de 121,36 teravatios-hora (TWh) de electricidad al año.
La razón es que el proceso de minar exige gigantescos servidores que trabajan día y noche para resolver los sofisticados cálculos matemáticos que certifican que no se utilicen las criptomonedas más de una vez y que nadie ingrese al sistema y lance al mercado bitcoins falsos.
Sin embargo, no todas las criptomonedas arrastran por igual este problema. Existen alternativas que generan menos gasto energético para su validación
Una de ellas es GBMcoin, una moneda digital que, con una pata argentina en su gestación, es verde por partida doble
La adquisición de cada uno de sus tokens colabora con la preservación de un m2 de bosque o selva, un cálculo simple 1 Token = 1m2 de biosfera preservada, con el objetivo de llegar a preservar un total de un millón de hectáreas en diez países del mundo.
“Está diseñada sobre la blockchain de Ethereum, que representa un consumo energético un 75% menor al de Bitcoin«, explicó Alejandro Carrano, director de Marketing y uno de los fundadores argentinos de GreenBond Meter, el consorcio global que, con los pilares de Heimdall Technologies, en Estonia y Nideport S. A, en Uruguay, da sustento a la criptomoneda.
GBMcoin es, si se quiere, ecológica ya que la preservación y reforestación de estos bosques generarán la emisión de un bono de carbono (GBM bono), otra alternativa de profit verde asociada al proyecto que los tenedores de este criptoactivo podrán acceder y realizar mediante un canje preferencial.
Esta moneda se encuentra entre las criptomonedas que podrían decirse representan una evolución respecto de la tecnología en la que se montó allá en 2009 la criptomoneda más antigua y pionera Bitcoin
“Ethereum, la blockchain sobre la que se basó el diseño de GBM, ya lanzó Ethereum 2.0, que reemplaza como método de validación el sistema algorítmico PoW [Proof of Work, o prueba de trabajo) para incorporar ahora PoS (Proof of Stake, o prueba de participación), que será aún mucho más eficiente energéticamente ya que no se basará en la minería con GPUs como hoy se la conoce», explicó Carrano
PoS es un mecanismo de consenso que no consume energía para producir seguridad como sí lo hace PoW, que se basa en que los nodos no confiables que intervienen deben aportar una prueba de su interés en el sistema, es decir que tienen que demostrar que han dedicado cierta cantidad de recursos para hallar el bloque (prueba de trabajo).
En PoS, en cambio, la petición de pruebas para validar está determinada por la cantidad de monedas que posee el validador de cada nuevo bloque.
Se supone (por consenso) que quienes poseen más unidades de una moneda basada en PoS están especialmente interesados en la supervivencia y el buen funcionamiento de la red y son los más indicados para cargar con la responsabilidad de proteger al sistema de posibles ataques.
Otro punto importante es el caso de las monedas “Pre-minadas” como el caso de GBM, es decir monedas que son emitidas directamente por el desarrollador y sus criptomonedas sólo pueden ser adquiridas mediante un proceso de compra o asignación determinada.
Por y para ser utilizadas en la realización de transacciones u operaciones relacionadas con el objetivo de quien las desarrolla y dentro de su comunidad.
Esto supone un ahorro adicional de energía ya que la única manera de obtener la moneda es por su compra, mientras que en otras se requiere esencialmente del proceso de minería y son este tipo de criptos las que se dan como un incentivo para el minero.
“Pensamos que una nueva ´genética´ económica permitirá que los valores y la ética inspiren soluciones donde las estructuras no contaminantes sean cada vez más atractivas económicamente que las que sí contaminan. Entendemos que el mundo se encuentra en este proceso de transición y concientización”, concluye Carrano