Este año ha sido muy complicado desde el punto de vista económico, no sólo por la delicada situación que enfrentan las economías globales luego de pasar la época más difícil de la pandemia del COVID, sino también por todos los sucesos que han enturbiado ese proceso de recuperación.
Sin embargo, una gran cantidad de analistas coinciden en que lo peor está por llegar, cuando la mayoría de las economías globales entren en recesión. Según las proyecciones ello tendrá lugar entre finales de este año y los primeros meses de 2023.
Así lo sostiene el último Informe de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE), publicado la semana pasada, que advierte cómo la economía británica, estaría desacelerándose más rápido de lo previsto, a la par de la economía global, mostrando un claro ejemplo de lo que se espera para el resto de Europa.
Debido a esto, el BoE endurecerá nuevamente su política monetaria tras ejecutar la quinta subida de tipos de interés consecutiva, buscando detener la espiral inflacionaria, en un país que está lidiando con una inflación que se encuentra en el 9%, algo no visto en más de 40 años.
Esta situación en Reino Unido, tiene preocupados el resto de países de la zona euro, pues todas las economías están afectadas casi por los mismos factores, por lo que países como España, donde el último dato de inflación, del 10,8% -el más alto desde 1984-, hacen previsible una recesión en puertas.
Estos factores junto a la caída de la confianza empresarial, el aumento en julio del paro, en 3.230 personas -la peor referencia en décadas-, el endeudamiento de las familias con una caída del ahorro en 2022 de menos 0,8% más la subida de los tipos de interés del BCE de 0,75 puntos, dejan ver un panorama más claro para lo que viene.
En perspectiva, tras haberse superado en “algunos rubros”, el fantasma de las fallas en las cadenas logísticas de suministro, la inflación comenzó a ser más pronunciada en todos los países por igual. Como último recurso, los bancos centrales dieron fin a la era del dinero gratis, lo cual sólo llevó a una caída en el consumo en general, sin contener la espiral inflacionaria.
Estas medidas de restricción monetaria para contener el excesivo circulante en los mercados, que al final alimentaba aún más la inflación, no la ha detenido. Desde finales de 2021 las subidas de tipos intensas y retiradas de estímulos (quantitative tightening), sólo están teniendo gran impacto en las finanzas personales de muchos.
Incluso esta política restrictiva, golpeó el mercado de criptoactivos haciendo que en gran parte su valor se redujera a la mitad en cuestión de semanas, que sumado entre otros factores a la caída de Luna (LUNA) y su stablecoin TerraUST (USDT), generaron el criptoinvierno actual.
A esto se suman los temores del fantasma de la recesión global, que aparecieron luego del estallido en el mes de febrero de la Guerra entre Rusia y Ucrania, que tras las sanciones impuestas al país invasor, ocasionó la respuesta de este.
Rusia comenzó a presionar a occidente limitando el acceso a la energía (gas y petróleo), a los minerales y al trigo, entre otros alimentos y rubros que exporta, en virtud de su aventajada posición en el mercado europeo, euroasiático y africano.
Estos factores y algunos otros que se han originado desde inicios de este año, afectaron duramente las economías de los países a nivel mundial, en medio de la recuperación económica, desacelerando su crecimiento y trayendo consigo los vientos de una temida recesión global.
Por otro lado, Estados Unidos para algunos técnicamente entró en recesión, mientras que para otros, gracias a los datos de la creación de empleos, entre otros factores estiman que aún no ha llegado a entrar, pero lo cierto es que son una muestra de lo que pudiera pasar en Europa.
En el país del dólar, gracias a la creación de unos 528.000 empleos durante el mes de julio, se ha logrado mandar una señal de que no todo está perdido. Aunque las cifras han sido mucho mejores a las esperadas por los analistas, que proyectaban en el mejor de los escenarios apenas 400.000 nuevos puestos de trabajo, todavía falta mucho por hacer para evitar una recesión.
A pesar de este dato prometedor que deja abierta la posibilidad a una mejora en la economía de ese país, debido a que se han recuperado todos los empleos perdidos durante la pandemia, se espera la llegada de una nueva subida de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) que impactará tanto en el consumo como en los mercados.
De hecho, esta nueva subida de tipos en Estados Unidos, podría ponerlos a las puertas de la recesión técnica, lo cual para muchos analistas es un espejo de lo que sucederá en Europa después, pues vale recordar que los indicadores macroeconómicos de ese país, se reflejan en las economías de la Eurozona.
Aunque la Fed, estima que volverá a subir los tipos en 75 puntos básicos para encarecer el coste del dinero, en la próxima reunión que se llevará a cabo dentro de siete semanas, entre los días 20 y 21 de septiembre, al parecer aún no hay nada seguro.
Charles Evans, presidente de la Fed de Chicago, señaló la semana pasada, que hay posibilidad de aumentar los tipos en 75 puntos básicos en septiembre, aunque el escenario base que se maneja para la subida de tipos está estimada en medio punto porcentual.
Pero, la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, invitó a dejar “la mente abierta” a las subidas de tipos en esa reunión, pues una subida de 50 puntos básicos podría no ser suficiente para detener la inflación, por lo que se espera que sea como mínimo 75 puntos básicos.
Durante este año la Fed, ha subido los tipos en 225 puntos básicos, pasando del rango del 0% – 0,25% al de 2,25% – 2,5%, para frenar el alza de los precios que se encuentran en máximos de las últimas 4 décadas, por lo que una nueva subida llevará los tipos al rango del 3% – 3,25%.
A pesar que este incremento es alto y de hecho el más acelerado desde los años 80, se prevé que haya recesión en la primera economía del mundo. El endurecimiento de la política monetaria, quizás no sea suficiente para contener del todo la alta inflación que se perfila para el próximo año en rubros de vivienda, alimentos, energía y vehículos.
Un escenario de este tipo, llevaría a las empresas a realizar aumentos salariales que finalmente se trasladarán al precio de los bienes y servicios, alimentando de nuevo la inflación en una espiral que requerirá mucho pulso para evitarla.
De allí que se espera que los mercados comiencen a reaccionar antes, pues muchas grandes empresas y sus CEO, han previsto que la inflación y este escenario de recesión dure al menos unos 18 meses más hasta finales de 2023, como ya lo manifestó Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX.