El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso y muestra de ello, es que al final de la primera década de este siglo XXI hacia su entrada el Bitcoin y la tecnología Blockchain.
Bitcoin y la tecnología Blockchain hacen su entrada para mostrar al mundo que si se podía transferir valor por Internet, de la misma manera que se podía enviar un email, un concepto totalmente revolucionario para su momento.
Sin embargo, luego de varios años en donde el criptomundo comenzó a conocer nuevos proyectos, nuevas criptomonedas, nuevos Blockchains, nuevos enfoques de cómo mejorar lo desarrollado por el anónimo Satoshi Nakamoto, pasando por crisis y momentos de gloria, este sector logró madurar siendo ahora más transparente, regulado y más aceptado a nivel global.
El mundo está transitando hacia un nuevo cambio que no sabemos hasta donde nos llevará, porque la pandemia del coronavirus, responsable de la enfermedad COVID-19 está transformando el mapa económico mundial. Muchas economías sólidas como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia o Reino Unido están experimentando enormes fisuras con altas cifras de desempleo y una drástica caída del producto interno bruto, mientras países como España, Italia, entre otros están sufriendo consecuencias económicas que simplemente todavía no se pueden calcular.
Ciertamente este período sombrío ha llevado a los inversores a repensar las proyecciones de sus ganancias anuales, algo que no es del agrado de este grupo de personas acostumbradas a las inversiones redituables a corto, media o largo plazo.
Y aunque desde hace unas semanas el mercado de valores ha vuelto a registrar máximos, el sólo hecho de estar todavía en medio de una pandemia hace temer un nuevo desplome general como sucedió durante el mes de marzo y principios de abril, cuando factores que están todavía presentes como el aumento del desempleo global, cierre de empresas y comercios, caída en el consumo entre otros, llevaron a momentos de incertidumbre que derrumbaron los mercados.

Una pequeña muestra de ello, se puede observar en los números de Estados Unidos, en la que Wall Street ha tenido una gran recuperación en las últimas semanas, contrastando notablemente con los datos de la economía de ese país donde más de 41 millones de personas han solicitado los beneficios de desempleo y otras cientos de miles más han tenido que ser socorridas con dinero inorgánico a través de ayudas para alimentos o para poder pagar la renta, entregadas por los ayuntamientos y agencias de estatales de ayuda a las personas sin recursos.
Este escenario tan discordante, hace pensar a muchos inversores que esta recuperación en Wall Street podría ser quizás una burbuja que puede reventar en cualquier momento, justo cuando ahora las calles de ese país atraviesan por manifestaciones de indignación y dolor por la actuación de la policía frente a los ciudadanos afroamericanos.
Ya el FMI o Fondo Monetario Internacional, ha advertido que este año las principales monedas mundiales experimentarán inflación, dado la grave contracción económica que está dejando el COVID-19, que llevó a importantes caídas del PIB en todas las economías, aumento del desempleo, cierre de empresas, emisión descontrolada de dinero a través de la flexibilización cuantitativa, ocasionado que algunas monedas fiduciarias se conviertan en una devaluada reserva de valor que pierde poder adquisitivo para sus tenedores.
Aunque esta crisis mundial parece no tener fin, lo cierto es que toda crisis representa una oportunidad y existen muchos que están a favor de la idea que esta crisis global es una clara oportunidad para que Bitcoin y las criptomonedas en general puedan consolidarse.
Debido a la crisis, muchas materias primas son usadas como refugio, pero éstas en cualquier momento pueden comenzar a tener problemas, producto de una enorme caída en la demanda (salvo el oro), ocasionando una situación que sin duda podría tener un impacto y contribuir a una nueva caída de Wall Street que arrastraría a otras bolsas en el mundo para terminar de ensombrecer aún más el panorama económico global.
Por ello, muchos analistas consideran que es el momento ideal para que el mercado de criptoactivos, que ha tratado en los últimos años de destacar como un refugio confiable para inversionistas en todo el mundo, sea considerado como tal.
No obstante, es cierto que aunque todavía es susceptible a las turbulencias generadas por las ventas masivas que cualquier ballena pueda hacer (logrando colapsar sus precios), los inversionistas tienen claro que este mercado tiene una perspectiva a largo plazo totalmente alcista y que puede entregar extraordinarios beneficios como ninguna otra inversión, siendo esta la razón por la que muchos prefieren comprar Bitcoin u otras criptomonedas como las stablecoins, para resguardar valor en la que ha sido considerada de lejos, como la peor crisis de este siglo, sirviendo la mesa para que el marketcap del mercado de las criptomonedas siga creciendo.

De hecho, muchos inversores ya conocen la volatilidad de los tokens, pero también conocen la estabilidad y bondades que representan las stablecoins, las cuales son la opción razonable para obtener refugio en momentos de intensa volatilidad, por lo que, al manejarse de forma inteligente la inversión en cripto, es posible hacerlo sin recibir pérdidas apreciables en los momentos más críticos.
Aunque la mayoría de las stablecoins se encuentran asociadas a un contravalor en una moneda fiat o fiduciaria (sea ésta el dólar o el euro) que las respalda, o a materias primas como el oro, petróleo u otros activos, así como otras criptomonedas, lo cierto es que también existen stablecoins están controladas mediante algoritmos para mantener un precio estable sin devaluaciones de manera que sea posible el resguardo efectivo de capital sin problemas colaterales y esto es precisamente lo que muchos inversionistas buscan para hacer trading en éstos mercados de forma eficiente.
Hace unas semanas atrás el Bitcoin atravesó su más reciente halving, que redujo la recompensa del bloque para los mineros, haciendo que junto al aumento de la dificultad
El Bitcoin se vuelve un bien escaso y por ende sea resistente a la devaluación o a la pérdida de valor ya que su diseño está pensado para ser deflacionaria en el tiempo, algo que ha probado luego que la principal criptomoneda esté en estos momentos cerca de romper por encima de los 10.000 dólares y con perspectivas de llegar a los 12.000 antes de agosto de este año.
Este interés de los inversionistas, se puede evidenciar con sólo ver movimientos de grandes capitales entrando al mercado cripto, por lo que no queda más que pensar que pronto volveremos a ver el resurgir de una mayor valorización del mercado, de la mano de grandes fondos de inversión muchos de ellos entre los más grandes del mundo, que están volviendo a invertir en este mercado lo cual puede ser una buena señal para inversores más pequeños y para todo persona entusiasta de las criptomonedas. Sólo quedará esperar a ver si gracias a esta crisis de la pandemia, se favorece una mayor adopción de las criptomonedas en general.
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