Este martes, el medio estadounidense POLITICO publicó un reporte basado en un documento de política al que tuvo acceso que apunta a la existencia de un debate y cierto desacuerdo entre el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE), con respecto a la solidez de las regulaciones actuales sobre criptomonedas, en particular ante los posibles cambios en la política estadounidense sobre las criptomonedas.
Según POLITICO, “el BCE considera que el generoso apoyo del presidente estadounidense al sector de las criptomonedas estadounidense podría provocar un «contagio» financiero que podría desestabilizar la economía europea”, por lo que exige una revisión urgente del Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA) que entró el 30 de diciembre de 2024.
El BCE ha expresado sus preocupaciones por el posible impacto de las stablecoins respaldadas por Estados Unidos en la economía europea. Vale recordar, que varias stablecoins se han originado en ese país y mantienen su paridad con el dólar estadounidense mediante reservas que incluyen dólares estadounidenses y bonos del Tesoro estadounidense.
Algunas de esas stablecoins son: Tether (USD₮) emitida por Tether Limited, USD Coin (USDC) emitida por Circle, Paxos Dollar (USDP) emitida por Paxos, PayPal USD (PYUSD) lanzada por PayPal con respaldo de la tecnología de Paxos, Ondo (USDY), la stablecoin de Ondo Finance, Hashnote (USYC), similar USYC emitida por Hashnote y Dai (DAI), emitida por MakerDAO, una Organización Autónoma Descentralizada (DAO).
También están: Ethena USDe (USDE), un dólar sintético emitido por Ethena Labs, TrueUSD (TUSD), emitida por TrustToken con sede en San Francisco y Frax (FRAX) una stablecoin fraccional-algorítmica emitida por la plataforma descentralizada Frax Protocol, creada por el desarrollador estadounidense Sam Kazemian, fundador de Frax Finance, entre otras menos conocidas.
Fuera de Estados Unidos, también hay varias stablecoins respaldadas por el dólar estadounidense y bonos del Tesoro de ese país, como First Digital USD (FDUSD), emitida por FD121 Limited, filial de First Digital Limited de Hong Kong, entre otras más que hay en el mercado.
El problema básicamente es que al BCE le preocupa especialmente el posible impacto de las stablecoins respaldadas por el dólar estadounidense y los bonos del Tesoro de ese país en la economía europea, por lo que teme que las regulaciones actuales de MiCA no sean suficientes para mitigar estos riesgos.
Los funcionarios del BCE mostraron cierto nerviosismo porque a su juicio las reformas que se están produciendo en el mercado financiero impulsadas por el presidente Trump, podría debilitar los esfuerzos por lograr una independencia estratégica de Estados Unidos, mientras en la UE realiza la modernización de su sector financiero.
Supuestamente, al BCE les preocupa que esto provoque una fuga de capitales hacia Estados Unidos y afiance nuevos riesgos en el sistema de la Unión Europea, ya que para los analistas del BCE podría existir la posibilidad de una retirada masiva de las reservas de capital en stablecoins.
Para el BCE las reformas que se están estudiando en Estados Unidos, incluyendo una orden ejecutiva de la Casa Blanca y la redacción de dos leyes —denominadas STABLE y GENIUS—, serían capaces de ampliar el alcance y peso de la industria estadounidense de las stablecoins en todo el mundo, incluso dentro de la UE.
El reporte de POLITICO, se hace referencia a un análisis del banco británico Standard & Chartered de hace unos días atrás, en el cual los analistas predicen que el suministro total de stablecoins podría aumentar casi diez veces a 2 billones de dólares para fines de 2028, frente a los 230 mil millones de dólares actuales, impulsado por la esperada legislación estadounidense que formalizaría las reglas para el sector.
Por razones más que obvias, esto ha sido el detonante que encendió las alarmas de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y de su zar de los pagos digitales, Piero Cipollone, quienes de inmediato comenzaron a presionar a la CE para redefinir a MiCA, ya que supuestamente, estas reglas no son lo suficientemente fuertes como para soportar los efectos de una industria estadounidense de stablecoins impulsadas por una legislación en la era Trump.
Razón por la cual, consideran que el mercado en general se vería impactado por una avalancha de stablecoins denominadas en dólares que llegaría a Europa, haciendo que los ciudadanos locales, desvíen sus ahorros hacia Estados Unidos.
Happy to have @EUCouncil President António Costa with us at the @ecb this evening.
He’ll join Governing Council members for an informal discussion on Europe’s economy. pic.twitter.com/3UvucSkb1j
— Christine Lagarde (@Lagarde) April 15, 2025
Durante la semana pasada, funcionarios de la CE se reunieron en el BCE para discutir varios temas, la discusión sobre el potencial riesgo de las stablecoins para la UE, se trató en una reunión informal por videoconferencia, en el cual uno de los puntos de la reunión indicaba claramente “Criptoactivos estadounidenses y estabilidad financiera de la UE”.
De hecho, el pasado jueves en otra reunión Lagarde mencionó que debería haber cambios en MiCA insinuando que la CE y otras instituciones de la UE “entendían” la amenaza única que representaban las stablecoins.
Pero la CE, no está de acuerdo con el BCE y si considera que las regulaciones actuales de MiCA son adecuadas para gestionar los riesgos potenciales de las stablecoins, ya que MiCA reduce el riesgo de uso de stablecoins respaldadas por monedas extranjeras puedan perturbar la economía europea al limitar quién puede emitirlas y cuánto se puede emitir, al tiempo que permite a los ciudadanos de la UE utilizarlas.
Por lo tanto, tacharon las preocupaciones del BCE de alarmistas, ya que estiman que es demasiado pronto para determinar el impacto total de la reforma estadounidense de las criptomonedas en los mercados de la UE, y considera que el señalamiento del BCE, es una intrusión no deseada en el proceso legislativo.
Para los miembros de la CE, el alarmismo del BCE, sólo busca reforzar el apoyo a la iniciativa de desarrollo del euro digital, como una manera mitigar los efectos de las medidas financieras de la administración Trump que buscan “ampliar el alcance del dólar” mediante las stablecoins, pero poco más, por lo que no se justifica.
En concreto, el núcleo del desacuerdo según POLITICO gira en torno a los riesgos percibidos asociados al crecimiento de las stablecoins respaldadas por el dólar estadounidense y su posible impacto en la eurozona, lo que ha dividido a ambos organismos europeos sobre la solidez de la actual regulación de las criptomonedas.