La inflación en Estados Unidos sube por tercer mes consecutivo y sigue siendo más fuerte de lo previsto, ya que creció un 0,4% en septiembre, comparado con lo registrado para agosto. Además, sobrepasó ligeramente las previsiones de los analistas en un 0,3%, mostrando una moderada resistencia a las medidas implementadas por la Reserva Federal (Fed).
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo (BLS, “por sus siglas en inglés”), en septiembre la inflación en EEUU se situó en el 8,2% interanual, apenas una décima menos que el 8,3% de agosto.
En este año, la Fed ha subido desde marzo los tipos de interés en tres puntos, aunque es muy probable que con estos resultados, los vuelva a subir ya que ha advertido que mantendrá el pulso firme en su política monetaria más allá de los sacrificios en el crecimiento y el empleo.
Hasta ahora, los datos laborales en Estados Unidos siguen sólidos. En septiembre, se crearon 263.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas, «el dato más débil desde abril de 2021», aunque se redujo la tasa de paro en 0,2%, desde los 3,7% hasta alcanzar el 3,5%.
En virtud de ello, la Fed hará lo posible para contener la inflación para llevarla a su objetivo del 2%, ya que las medidas implementadas hasta el momento, no han logrado bajar el registro como lo han esperado sus miembros.
Como se recordará, el pasado mes de junio la inflación registró su más alto valor al tocar techo en 9,1%. Tres meses después, las medidas de contención de la Fed, sólo han logrado bajar la inflación en 0,9%, por lo que el ritmo de encarecimiento es muy superior al pronosticado por ese organismo.
Por esta razón, los inversores se preparan para un escenario donde la Fed, continuará con su agresiva política monetaria de subidas de tipos en las dos reuniones que quedan este año. Ya algunos banqueros centrales han dicho que “actuar demasiado tímidamente sería más costoso que actuar con firmeza”.
Y es que la preocupación crece, debido a que los efectos de las subidas de tipos se han trasladado al mercado hipotecario, haciendo que las hipotecas a 30 años para la compra de vivienda, aumenten hasta el 6,81%, «el nivel más alto de este dato desde 2006».

Por otro lado, las continuas subidas de los alquileres sobre todo en las grandes ciudades como Nueva York y Los Ángeles, entre otras, están impulsando el alza de la inflación subyacente, lo cual se suma al encarecimiento de todos los productos de consumo, a un ritmo no visto en décadas.
En cuanto al precio de la energía en general, este ha retrocedido un 2,1%. Esto incluye una rebaja del 4,9% en el precio de la gasolina. En cambio, se produjo un incremento importante de los precios de la alimentación que llegó al 0,8%, similar al mes de agosto, para reflejar un alza anualizada del 11,2%.
Según los datos del BLS, la inflación subyacente -que excluye alimentos y energía- se elevó al 6,6%, lo que es tres décimas más que en agosto, sobrepasando de nuevo las previsiones de los analistas, convirtiéndose en una pesada carga para los bolsillos de los estadounidenses.
Debido a la situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el pasado martes informó que recortó su pronóstico de crecimiento de Estados Unidos para 2022 al 1,6% y lo mantuvo en 1% para 2023.
De hecho, en el Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR), el FMI ha recortado drásticamente su pronóstico de crecimiento mundial en 2023, a causa de los efectos en las economías del aumento de la inflación, el endurecimiento de las medidas de los bancos centrales y la incertidumbre reinante por la invasión rusa de Ucrania.
El FMI ha advertido sobre un empeoramiento de las perspectivas para la economía mundial, y la inflación es quizás el factor de mayor peso, que está impactando el crecimiento de todos los países por igual.
Ante este panorama, la reacción de los mercados no se hizo esperar. El índice que más reflejó las preocupaciones iniciales fue el Dow Jones, el cual perdió más de 400 puntos ante el dato revelador de la economía en Estados Unidos.
Sin embargo, la caída se revirtió luego del mediodía y al cierre de la jornada, el Dow Jones subió 2,83 por ciento, el S&P 500 subió un 2,6%, lo que supuso un sorprendente cambio de tendencia tras haber caído hasta un 2,4 por ciento, mientras que el índice de las tecnológicas Nasdaq subió un 2,23%.
Por su parte, los bonos y las criptomonedas también sangraron tras el anuncio del dato de la inflación en EEUU. Sin embargo, al igual que en los mercados de acciones, a primera hora de la tarde se revirtió fuertemente la tendencia.
Al cierre de la jornada las criptomonedas dejaron fuertes ganancias, para marcar casi un récord, como la recuperación más rápida en una misma jornada en varios años. Bitcoin (BTC), que había caído hasta 18.319,82 dólares según, CoinMarketCap, logró remontar hasta casi 19.400 dólares en horas de la noche de este jueves, cuando cerró en 19.382,90 dólares.

Al momento de redactar esta nota, bitcoin se encuentra impulsado por una tendencia alcista, que lo ha llevado a cotizarse a primeras horas de este viernes en 19.813,43 dólares y posiblemente pudiera alcanzar el nivel de los 20.000 dólares en el transcurso de la jornada.
El volumen de operaciones de 24 horas de bitcoin alcanzó los 48.333.977.129 dólares, con una capitalización de mercado de 379.852.488.785 dólares. En cuanto a Ethereum y su token el Ether (ETH), se cotiza en este instante en 1.326,53 dólares.
Los analistas coinciden en que la recuperación del mercado de este jueves, no tiene precedentes cercanos, pues en media jornada, se recuperaron las acciones, los bonos y las criptomonedas de una forma no vista en años.
Mientras la inflación continúe afectando las finanzas personales de todos en el mundo, es poco probable que el criptoinvierno llegue a su fin. No obstante, ello no impide en el camino, lograr operar en oportunidades como esta, donde el mercado dejó importantes ganancias a los traders.