El euro digital ¿está más cerca el fin de la privacidad?

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En un videodiscurso ofrecido el mes pasado por la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, donde dijo que el “el anonimato completo, como el que ofrece el efectivo, no parece una opción viable en mi opinión”, sigue generando titulares en medios en todo el mundo, por lo que ello implica.

La intervención de Lagarde fue emitida en el marco de la “Conferencia de alto nivel: Hacia un marco legislativo que permita un euro digital para ciudadanos y empresas” coordinada por el Banco Internacional de Pagos (BIP).

Aunque la llegada del euro digital, la CBDC de la euro zona, es un paso lógico en tiempos en que la mayoría de los pagos son digitales y a través del móvil, pero lo cierto es que parece más una medida para controlar los gastos de los ciudadanos europeos y para prevenir un nuevo Facebook decida lanzar una moneda global que ponga en peligro la soberanía monetaria, que otra cosa.

Y si, debemos reconocer que realmente las carreras de los bancos centrales por estudiar y lanzar sus propias CBDC en el mundo, comenzaron acelerarse luego que Facebook (hoy día Meta Platforms, Inc.), anunciara el 18 de junio de 2019, que estaba desarrollando Libra.

Los reguladores de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Europa y Asia, no se quedaron callados y comenzaron a presionar a Facebook para que desistiera de la idea, pues el poder de una empresa que controla casi 3.000 millones de usuarios en todo el mundo, atentaría contra la soberanía monetaria de muchos países.

Si los usuarios de Facebook, tuvieran acceso a una criptomoneda que pueden usar para enviar y recibir pagos, ahorrar, realizar compras en cualquiera de los anunciantes de la red social, sin pasar por un banco nacional, podría abrir la puerta a la evasión fiscal entre otras decenas de problemas más que los reguladores no estaban dispuestos a negociar.

De allí que aunque el sueño de Mark Zuckerberg se hizo humo, lo cierto es que impulsó a las autoridades financieras en todo el mundo, para realizar sus investigaciones para determinar la complejidad de desplegar sus propias CBDC.

En el caso de la zona euro, Lagarde dijo: “la colaboración de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los ministros de Hacienda de la zona del euro ha permitido lograr avances constantes” para la puesta en funcionamiento de la CBDC europea.

Si bien es cierto, que la mayoría de los bancos centrales han rechazado la idea de eliminar el dinero fiduciario en efectivo en favor de una CBDC, es más que evidente que los primeros años de lanzamiento serán tan sólo un experimento que determinará el tiempo de vida del papel moneda.

En Europa, las propias autoridades del BCE, han sido enfáticos al señalar que el euro digital, no va a sustituir al dinero en efectivo, ya que sólo es la introducción de un nuevo medio de pago para dar respuesta a la creciente demanda de los consumidores de pagar digitalmente con rapidez y seguridad.

Sin embargo, el Riksbank, el banco central de Suecia, no piensa de la misma manera, pues ha señalado que en Suecia “cada vez más personas están abandonando el efectivo y el volumen en circulación ha disminuido considerablemente en los últimos diez años”.

Según datos del Riksbank en 2010, el 39% de los suecos utilizaban el efectivo de manera habitual para sus pagos, pero tan sólo diez años después, en 2020, la cifra cayó hasta al 9%, cifra que disminuyó al 7%, de acuerdo a encuestas no oficiales, en 2021 en ese país.

Para el banco central de Suecia, “el efectivo no deja rastros y por lo tanto, puede usarse cuando alguien quiere ocultar pagos y así evitar impuestos”. De allí que el Riksbank, tenga claro que el futuro del papel moneda en ese país, es relativamente corto.

Mientras que por otro lado, el propio BCE ha informado que la zona euro tendrá nuevos billetes en 2024. Se trata de nuevos billetes con distinto diseño, para el cual los ciudadanos europeos, tendrán oportunidad de seleccionar el que más sea de su agrado.

“Ha llegado la hora de actualizar el aspecto de nuestros billetes para que los europeos de todas las edades y procedencias puedan identificarse con ellos”, dijo Lagarde, cuando realizó el anuncio a finales del mes pasado.

Y es que, al contrario de lo que sucede en Suecia, todavía los billetes siguen siendo populares en el resto de países de la zona euro, según el último estudio sobre los hábitos de pago de los consumidores europeos, que mostraba que el efectivo seguía siendo el medio de pago más popular para los pagos minoristas en persona en 2019.

En lo que respecta al problema de la privacidad, la presidenta del BCE ha dicho que “el anonimato total no es viable” porque “contravendría otros objetivos de política pública como asegurar el cumplimiento de las normas contra el lavado de dinero y combatir el financiamiento del terrorismo”.

Además la presidenta del BCE agregó que, “también haría prácticamente imposible limitar el uso del euro digital como una forma de inversión, por ejemplo, a través de límites de tenencia o remuneración escalonada, para lo cual es necesario conocer las identidades de los usuarios”.

Sin embargo, aunque la máxima autoridad del BCE sostiene esta posición de desacuerdo con el anonimato total en los pagos, también dijo “queremos garantizar un alto nivel de privacidad a los usuarios del euro digital”.

Según Lagarde, el BCE está preparado para ofrecer el mismo nivel de privacidad de las soluciones actuales. “Al menos deberíamos ofrecer un nivel de privacidad igual al de las actuales soluciones de pago electrónico”, subrayó Lagarde.

La presidenta del BCE, consciente que la privacidad obtuvo el 43% entre los europeos encuestados que la calificaron cómo el aspecto más importante del euro digital, ha dicho que deben “encontrar el equilibrio adecuado entre el valor social de la privacidad y el interés público en la prevención de actividades ilícitas”.

Esto de acuerdo con el discurso de Lagarde, es ya “una elección política y corresponde a los colegisladores definirla”. Todavía falta más de dos años para el lanzamiento del euro digital, que se estima que estará en manos de los consumidores en 2025.

Es por ello, que muchos analistas coinciden en que a la larga el euro en efectivo, será utilizado cada vez menos, en la misma medida que nuevas generaciones de personas acostumbradas a utilizar dispositivos móviles para pagar, comiencen a utilizar el euro digital, pero con la correspondiente pérdida de privacidad del dinero fiat en físico.  

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