La resaca del viernes negro en el mercado de criptomonedas, un evento de liquidación que borró 19 mil millones de dólares en un “flash crash” histórico, es probable que todavía no haya logrado sacudir la convicción de la mayoría de los inversores, sobre todo si se encontraban operando en el mercado Spot. De hecho, al parecer es probable que ocurra todo lo contrario.
Y es que, este lunes el criptointercambio global Bitget ha publicado —el “Informe de Confianza del Mercado de Criptomonedas y Tendencias de Inversión en BTC del tercer trimestre de 2025”, donde se resalta que “El 66% de los usuarios de criptomonedas planean aumentar su inversión, impulsando el crecimiento global” — lo que pinta un panorama de optimismo inquebrantable a nivel global.
Los datos, recopilados entre el 25 de agosto y el 5 de septiembre entre 3.047 participantes de Europa, Latinoamérica, MENA, África y Asia, revelan una divergencia fascinante: mientras el mercado de derivados se tambalea bajo la presión del apalancamiento, los inversores a largo plazo están listos para inyectar aún más capital.
El hallazgo más impactante y destacable, es que el 66% de los usuarios de criptomonedas planea aumentar su inversión en los próximos seis meses. Este nivel de confianza, mantenido incluso después del pánico del viernes, transforma las correcciones de precios en meras oportunidades de compra en la mente de la base inversora global.
Sin embargo, detrás de este optimismo de “comprar en la caída” se esconde una tensión creciente que podría redefinir el futuro del trading, el debate entre los intercambios centralizados (CEX, «por sus siglas en inglés») y la soberanía que ofrecen los intercambios descentralizados (DEX, «por sus siglas en inglés»).
De acuerdo a algunos analistas, la resiliencia observada por Bitget no es una simple euforia, sino que, es un síntoma de madurez del mercado. De allí que, la tesis de inversión en cripto ha trascendido la especulación a corto plazo, adoptando un enfoque de gestión patrimonial.

Casi la mitad (49%) de los encuestados espera que Bitcoin (BTC) alcance un máximo de entre 150.000 y 200.000 dólares en el próximo ciclo alcista, algo que también se puede leer en las redes y no necesariamente, se circunscribe solo a la muestra de la encuesta de Bitget.
Lo que es aún más revelador es que el 7% de los inversores veteranos (con más de cinco años de experiencia) proyectan picos superiores a los 250.000 dólares, cuya visión a largo plazo minimiza el impacto emocional del pasado flash crash.
Asimismo, las estrategias de inversión se dividen casi por igual entre el 50% que busca operar activamente y el 43% que prefiere enfoques de ahorro y gestión patrimonial a largo plazo. Este último grupo, que utiliza cripto como una herramienta de acumulación pasiva, es significativamente menos propenso al pánico ante la volatilidad.
Por otro lado, los inversores con más de cinco años de experiencia se muestran más optimistas (52% planea aumentar sus asignaciones) y más inclinados a las proyecciones de precios más elevadas, probablemente basados en los ciclos de Bull y Bear Market que han atestiguado en ese tiempo.
Claramente, con su historial es señal que pueden haber superado múltiples ciclos bajistas lo que les confiere una “inmunidad” al miedo que no poseen los “recién llegados”, que se inclinan por estrategias más conservadoras.
El informe de Bitget también revela un cambio fundamental en la geografía de la confianza cripto. Los motores de crecimiento ya no son predominantemente las naciones ricas, sino aquellas donde la necesidad financiera es más apremiante.
El informe revela que los países Líderes en Asignación, son países como Nigeria (84%), China (73%) e India (72%), que superan con creces los promedios globales en su disposición a aumentar las asignaciones. En estas economías, las criptomonedas a menudo actúan como una defensa contra la inflación, un sistema de remesas eficiente o una puerta de entrada a la inclusión financiera.
También se evidencia la cautela de los mercados de países más desarrollados como Alemania, Francia y Japón. En estas jurisdicciones, con una moneda local y sistemas bancarios estables, las criptomonedas se perciben más como un activo de riesgo especulativo que como una solución financiera de primera necesidad.
En contraste, el 20% de los encuestados surcoreanos indicó planes para reducir su exposición a los activos digitales. Dado que este mercado es conocido por su alta participación en el trading apalancado, esta cifra es un posible indicador de cómo el reciente flash crash, podría estar afectando a las jurisdicciones con mayor exposición a derivados.
Si bien el optimismo global es fuerte, la mecánica de la caída del pasado viernes ha reabierto la cicatriz histórica de la desconfianza en los CEX, ya que se ha señalado a Binance y a otros criptointercambios como centros de un exceso de apalancamiento y fallas en sus plataformas que facilitaron el flash crash de casi 20 mil millones de dólares en pérdidas.

Aunque Bitget celebra la confianza de los usuarios en su plataforma, este sentimiento se podría estar viendo amenazado por los riesgos sistémicos inherentes a la propia estructura de los grandes CEX.
De hecho, muchos traders sofisticados y conscientes del riesgo han comenzado a priorizar los DEX, debido a la simple promesa de estas plataformas de “transparencia y soberanía”, en donde los usuarios mantienen la custodia total de sus fondos con liquidez y transacciones verificables on-chain, lo que contrasta con los usuarios que operan en los CEX bajo el lema (Not Your Keys, Not Your Coins).
Bitget por su parte, ha acuñado el término —Intercambio Universal (UEX, «por sus siglas en inglés») — como una respuesta estratégica a esta migración que seguramente ahora se verá impulsada tras el flas crash.
Al integrar una wallet no custodial (Bitget Wallet) y acceso a servicios DeFi, Bitget busca ofrecer lo mejor de ambos mundos, brindando la liquidez de un CEX con la exploración de la cadena de bloques de un DEX.
Sin embargo, para el usuario promedio, Bitget sigue siendo, en última instancia, un servicio centralizado que gestiona grandes volúmenes de activos apalancados y he allí el reto de este criptointercambio.
Pero no todo está dicho, ya que el futuro de esta batalla se decidirá probablemente en la fricción de entrada. Actualmente, los CEX ganan por su simplicidad, fácil conversión fiat-a-crypto, con interfaces familiares y mecanismos de recuperación de cuenta. Sin embargo, hay quienes creen que esta ventaja se está erosionando rápidamente.
Primero, la abstracción de Cuentas, que gracias a tecnologías de vanguardia, están permitiendo que las wallets no custodiales imiten la comodidad de los CEX, ofreciendo recuperación social, pagos de gas en cualquier token y gestiones de seguridad automatizadas, lo que es una gran ventaja.
Asimismo, se espera que el rol de la Inteligencia Artificial (IA) que muy pronto estará disponible de forma masiva, se convierta en un agente de trading o gestión patrimonial, que tendrá un efecto desproporcionado en los DEX.
La IA puede buscar automáticamente la mejor liquidez on-chain, ejecutar estrategias complejas y proporcionar una gestión de riesgos de seguridad que supera la capacidad humana, todo ello mientras el usuario mantiene la soberanía de sus fondos.
Cuando la IA elimine la complejidad de usar un DEX y la abstracción de cuenta elimine el miedo a perder las claves, el argumento principal de los CEX —la comodidad— se desvanecerá. Los inversores que ya han demostrado que priorizan la convicción (66% de optimismo); solo necesitan la herramienta segura y fácil para ejecutarla.
Los datos del informe de Bitget son un poderoso recordatorio a la resiliencia del capital cripto, pero también es señal que probablemente los CEX sean muy diferentes en a medida que la tecnología evolucione y elimine la fricción, de la mano de los agentes de IA y los DEX.

