Por Daniel Bravo Consultor legal cripto en Vicox Legal
Últimamente estamos escuchando mucho hablar dentro del Derecho del concepto de Legal Tech. Este término hace referencia al conjunto de herramientas digitales que pueden aplicarse en el ámbito del Derecho para automatizar muchos procesos.
En septiembre de 2010, se publicó el libro “The End of the Lawyers?”, del autor Richard Susskind, el cual se planteaba un futuro en el que la digitalización había alcanzado tan altas cotas que los abogados ya no eran necesarios. La Inteligencia Artificial llegaría tan lejos que muchos abogados podrían sustituirse por máquinas.
Al menos a juicio del autor, hemos de admitir que España no es precisamente el país más agraciado para ejercer la Abogacía, dado que es uno de los países con más letrados colegiados por habitante.
Sin ir más lejos, solo en el Colegio de Abogados de Madrid, los colegiados rondan las 75.000 personas. Es por ello que conviene plantearse nuevas formas de implementar herramientas eficientes en nuestro día a día, que nos hagan competitivos.
Lejos de teorizar sobre si podemos llegar a ser sustituidos por máquinas, lo cual no veo seguro, en el presente artículo ahondaremos más en las cuestiones relacionadas con el Legal Tech, y las formas en que podemos ver éste en el mercado de profesionales jurídicos.
Servicios de asesoramiento legal automatizado
El caso más palpable es el de Reclamador.es, que cuenta con una plataforma increíblemente fácil e intuitiva donde movernos para ofrecer todos los datos necesarios para el comienzo de nuestra reclamación por daños.
Marketplaces jurídicos
Páginas web en las que se evalúan, por parte de clientes de abogados, a los mismos profesionales. Asimismo, pueden poner en contacto a potenciales clientes con los letrados.
También tenemos guías como Chambers o The Legal 500, cada uno utiliza sus propios algoritmos para determinar los despachos y los profesionales mejores dependiendo de cada área.
Externalización de procesos legales
Todas las empresas tienen problemas que solo profesionales jurídicos pueden resolver, y externalizar los procesos legales en ocasiones es mejor que incluir in-house un profesional dentro del organigrama empresarial.
Automatización documental
Bases de datos, manuales digitales, modelos inteligentes con pestañas desplegables… Todos los profesionales hemos utilizado en alguna ocasión este tipo de herramientas. Bases de datos como las de Aranzadi nos ayudan a encontrar jurisprudencia más rápido. Existen en plataformas como ésta última, o vLex, modelos de diversos escritos y documentos jurídicos ya redactados, con espacios en blanco o pestañas desplegables para simplemente adaptarlos a nuestro caso.
Esto también puede ser utilizado por jueces que tengan documentos, por ejemplo autos, que solo tengan que redactar con las especificaciones del caso en concreto, y dictarlos.
Herramientas de revisión documental
Acortan procesos en minutos que podrían tardar un grupo de abogados juniors días o semanas. Esto perjudica a los recién ingresados en un despacho. Hace necesario profesionalizarse en profundidad para poder acceder a un puesto donde una empresa pueda valorar nuestro trabajo, sin miedo a poder ser sustituido.
En definitiva, las herramientas digitales impulsan al ser humano a buscar la manera de aportar valor. Nos hacen mejores.
Análisis predictivo de casos
Existen herramientas digitales o aplicaciones que son capaces de predecir el tiempo que tardará una sentencia en ser dictada en determinado Juzgado o Tribunal. Esto no solamente nos da seguridad ante el cliente, al que podemos aconsejar si conviene interponer una demanda o es preferible una resolución alternativa del conflicto. También nos ayuda a preparar una buena estrategia procesal, en casos en los que tengamos información de que en determinado Juzgado las sentencias tardan más tiempo en dictarse, y que tengamos libertad de elección del foro.
E-learning
Estamos seguros de que en el futuro será posible ver cómo se implementan en las Universidades estas herramientas digitales.
¿Es posible que podamos dar un paseo en un metaverso que replique el desarrollo de un juicio? ¿Cómo serían los juicios simulados gracias a la IA? Sin duda, estas tecnologías pueden ser una realidad. Un profesor utilizando el campus virtual o un proyector como sinónimo de digitalización sería visto como algo de otra época.
En mi opinión, y cerrando el círculo, no considero que nuestra profesión vaya a desaparecer por la automatización de ciertos procesos, dado que hay ciertas cosas en Derecho que no pueden, simplemente, delegarse en una máquina.
¿Podemos automatizar el dictado de sentencias, dejando a algoritmos decidir si una persona es culpable o inocente? Sin duda, dictaríamos sentencias más rápido, pero, ¿a qué precio? ¿Conseguiríamos que estén motivadas? ¿Qué sería de aquello de analizar caso por caso?
El futuro está a la vuelta de la esquina. Será bonito ver en qué se convierte esta revolución. El dinamismo de la tecnología y la analítica de los profesionales del derecho, puestos en común a servicio de la sociedad.