El pasado jueves por la noche, el presidente electo Donald J. Trump hizo público que nombrará al empresario, autor, inversor y exdirector de operaciones y líder de producto de PayPal, David O. Sacks, como el “zar” de la Inteligencia Artificial (IA) y de las criptomonedas en su administración, para lo cual creará un cargo especial como asesor de la Casa Blanca.
Sacks, básicamente asesorará a Trump en IA y criptomonedas, que son “dos áreas fundamentales para el futuro de la competitividad estadounidense”. El mandatario electo ha establecido que ambas áreas son de suma importancia, ya que su objetivo es convertir a Estados Unidos en el “líder mundial” de estos sectores tecnológicos.
Asimismo Trump dijo que el millonario empresario tecnológico de 52 años, “salvaguardará la libertad de expresión en línea y nos alejará del sesgo y la censura de las grandes tecnológicas”, ya que liderará un consejo presidencial de asesores en ciencia y tecnología.
Al igual que Elon Musk, Sacks nació en Sudáfrica, llegó a temprana edad Estados Unidos, donde llegó a formar parte del grupo denominado, “PayPal Mafia”, el cual es un grupo de exempleados y fundadores de la poderosa empresa global de pagos en línea que fue vendida a eBay, por la suma de 1.5 millones de dólares.
Sacks al igual que sus excompañeros multimillonarios, se convirtió en un prolífico fundador y/o desarrollador de empresas tecnológicas también con sede en Silicon Valley, California, desde donde a lo largo de varios años han ejercido su influencia en el sector de la tecnología apoyando a startups y empresas con futuro.
Desde empresas conocidas como Tesla, SpaceX, la red social X, The Boring Company, Neuralink, xAI, de Musk a otras como Palantir Technologies, Founders Fund y Valar Ventures del inversor Peter Thiel.
Pasando por una plétora de empresas como YouTube, LinkedIn, Affirm, Yelp, Slide, Kiva y Yammer, entre otras más, han sido algunas de las más reconocidas empresas creadas por este grupo de jóvenes empresarios que pertenecen a la PayPal Mafia, a la que también se podrían sumar inversiones en tan variadas empresas como Facebook, Airbnb, Uber y muchas más.
Muchos de ellos, se involucraron desde los incipientes inicios de Bitcoin (BTC) y la tecnología blockchain, financiando una variedad de empresas criptográficas como BitGo e incluso algunos de ellos hablando sobre activos digitales en infinidad de conferencias en Estados Unidos, Europa y Asia.
Vale destacar, que este grupo de empresarios fue dado a conocer por el diario The New York Times en 2006, mostrando sus hazañas y logros. Pero su nombre, lo catapultó la revista Fortune, que en 2007, publicó un artículo titulado “The PayPal Mafia”, con una foto del grupo de exempleados de PayPal vestidos como gánsteres modernos estadounidenses.
Si bien es cierto, que la mayoría de los miembros asistieron a la Universidad de Stanford, una parte del grupo pasó también por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Dado que PayPal se fundó con jóvenes universitarios en mayor parte, esto fue clave para crear un ambiente cohesionado como grupo, que los ha mantenido unidos hasta nuestros días.
Musk, que es parte de este grupo, es el miembro más conocido por ser el hombre más rico del mundo, sin embargo, el líder claramente siempre ha sido Peter Thiel, un enigmático personaje que es amigo íntimo de Trump.
El empresario sudafricano-estadounidense que se convertirá en zar de las IA y las criptomonedas, además de ser fundador y CEO de Yammer, invirtió en empresas emergentes, teniendo un gran portafolio de inversiones, como inversor ángel en varias de las más importantes empresas de Estados Unidos.
Las inversiones de Sacks, incluyen empresas como: PayPal, BitGo, Palantir Technologies, SpaceX, Facebook, Airbnb, Uber, Slack, Rumble, Scribd, ResearchGate, SurveyMonkey, Postmates, Eventbrite, Intercom, Mixpanel, Opendoor, Addepar, Affirm, Clutter, Gusto, Houzz, Wish entre otras.
Ahora, que Bitcoin, ha disparado su valor en más del 50% desde el pasado 5 de noviembre, donde Trump resultó presidente electo por los próximos 4 años, se dice que Sacks, es uno de los que está detrás de las estrategias del próximo inquilino de la Casa Blanca, que entre sus promesas ofreció que Estados Unidos será la “capital mundial del Bitcoin y las criptomonedas”.
De hecho, Sacks se convirtió en uno de los principales impulsores de la campaña del entonces candidato republicano, organizando una fiesta de recaudación de fondos para su campaña en su mansión de San Francisco junto a su esposa, cobrando entradas entre 50.000 a 300.000 dólares por persona.
Ahora que Sacks forma parte del equipo del presidente electo y además será el zar de la IA y las criptomonedas, algunos analistas señalan que está detrás de los posibles cambios que podría hacer Trump, como determinar que la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC, «por sus siglas en inglés») sea la que regule las criptomonedas.
Aunque no está decidido aún, es muy probable que Trump traspase las competencias de la regulación de los criptointercambios y los mercados al contado de las criptomonedas consideradas commodities, directamente a la CFTC.
Una decisión de este tipo llevaría a la CFTC a supervisar la criptoindustria, eliminando el poder regulatorio actual que la misma Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, «por sus siglas en inglés»), se había arrogado desde que Gary Gensler, asumió como presidente del regulador de los mercados.
Rostin Behnam, presidente de la CFTC, también está a favor de una postura moderada sobre las criptomonedas. Dado que su presupuesto operativo es más limitado que el de la SEC, solicitó al Comité de Agricultura del Senado estadounidense, financiamiento adicional para regular los mercados de criptomonedas de manera más efectiva que “a través de medidas de ejecución”.
Y es que, desde que los avisos de Wells y las medidas de ejecución de la SEC contra actores de la criptoindustria comenzaron a tocar la puerta, pusieron un freno a la innovación a ese sector en Estados Unidos.
Debido a ello, la mayoría de los entusiastas de las criptomonedas, entre ellos el nuevo zar de las IA y las criptomonedas, coinciden en que se necesita un ámbito regulatorio más claro, con menos burocracia y menos estricto para facilitar un mayor crecimiento.
Esto aplica también para el sector de la IA que si bien es cierto debe ser regulado, debe tener reglas claras, pero que no limiten la innovación en ese sector ni el liderazgo de las empresas estadounidenses.