Desarrollo de apps: aspectos legales a tener en cuenta

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Por Daniel Bravo Consultor legal cripto en Vicox Legal

Todos sabemos lo que es una aplicación móvil, y, si tiramos de imaginación, seguramente llegaremos a la conclusión de que no podemos vivir sin ellas. Si eres una persona emprendedora, seguramente por tu cabeza pase la idea de crear una, ya sea para automatizar un proceso cotidiano, en respuesta a una necesidad que todavía no existe, o por puro ocio. Hay infinidad de apps, y las que quedan por descubrir en el mercado.

En el presente artículo, comentaremos los aspectos legales de crear tu propia aplicación para teléfonos móviles.

En primer lugar, tenemos que definir ciertos conceptos clave para poder avanzar en este artículo. Cuando utilizamos una app, ésta está funcionando gracias a una serie de herramientas, que pueden ser APIs y SDK. 

APIs y SDK integran funcionalidades que se integran en la aplicación, que permiten incorporar características, como la capacidad de mostrar anuncios, enviar notificaciones, hacer un seguimiento y análisis del uso de la aplicación por el usuario, geolocalización, pago por productos… 

Sin entrar a una definición profunda de cada una de ellas (y dado que tampoco es mi campo de conocimiento), simplemente mencionar que, en su desarrollo, estas herramientas recopilan datos de forma automatizada. Por consiguiente, habrá que estar atento a la normativa de Protección de Datos en este sentido.

El tratamiento de datos sensibles trae la responsabilidad de intentar evitar la fuga de datos por parte de los desarrolladores. El RGPD exige que los responsables del tratamiento incrementen las medidas de efectiva seguridad y control de acceso a las bases de datos.

Por otra parte, de los usuarios habrá que recabar los permisos necesarios para ejecutar la aplicación en segundo plano en caso de que sea necesario, sin excedernos en la recopilación de datos de manera más allá que la estrictamente necesaria. 

Pensemos que tenemos que limitar los accesos que sean desproporcionados, de lo contrario la aplicación no tendría más utilidad que la excusa de recabar los mencionados datos, y no prestar un servicio útil para un usuario. La aplicación ha de tener una funcionalidad determinada para todo aquello que sea necesario, y no excederse.

En segundo lugar, tenemos que estar seguros de que, al registrar nuestra app, no estamos infringiendo derechos de propiedad que afecten a terceros. Esto abarca marcas, nombres comerciales, logos y demás. Para adquirir mayor protección, puedes registrar tu marca en la Oficina Española de Marcas y Patentes. 

Continuando en esta línea, cabe preguntarse si tu idea es posible que sea registrada, que sea protegida, de ser copiada. Pues bien, esto no se puede. Es decir, como hemos dicho, puedes proteger la marca, pero no puedes proteger la idea. Si desarrollas una aplicación, otras personas podrán crear la misma aplicación que tú, sin protección. Lo que no podrá hacer es copiar tu marca. No se puede patentar una aplicación, en definitiva.

En tercer lugar, tendremos que cumplir con la política de privacidad, que es un documento que especifica los datos personales de los usuarios que van a ser recopilados por la aplicación. 

Antes era opcional, actualmente es un requisito obligatorio, y se recomienda que esté a disposición del consumidor no solo en la página web, sino también en la propia aplicación. 

Los puntos que tendrá que recoger esta política de privacidad serán:

1. Quién será el responsable de tratar esos datos 

2. Los datos que serán recopilados. Tenemos que hacer especial mención a datos sensibles y a menores de edad, dado que hay aplicaciones específicamente destinadas para estos mismos.

3. Finalidad, es decir, destino o utilidad del tratamiento.

4. Legitimación.

5. Periodo de conservación, es decir, la duración, el tiempo que se tendrán dichos datos.

6. Medidas de seguridad, a efectos del tratamiento de datos, y las posibles “fugas” de datos que anteriormente mencionamos.

7. Terceros que participan en el tratamiento.

8. Posibles cesiones internacionales.

9. Derechos de los usuarios.

10. Contacto con el uso responsable.

También, una buena idea puede ser incluir una herramienta de Legal Design. El Legal Design es la tendencia a hacer los aspectos jurídicos fáciles de entender, de forma que no sea algo complicado para comprender para el consumidor, sino que tenga una lectura fácil y comprensible. Fuera argot legal.

Por último, nos gustaría mencionar los Términos y Condiciones, elementos importantes en el desarrollo de las aplicaciones, obligaciones a las que quedan constreñidos los usuarios por el hecho de descargar la aplicación. Podemos encontrarnos, entre otras: 

1. Descripción de uso del servicio.

2. Restricciones de uso.

3. Derechos y obligaciones del usuario.

4. Licencia sobre derechos de propiedad industrial.

5. Contenido generado para usuarios.

6. Reservas.

7. Cesiones de derechos. 

Como hemos podido ver, desarrollar una aplicación es un proceso que, a nivel legal, tiene muchas aristas. En el presente artículo tan solo hemos mencionado unas cuantas. Como nada escapa del mundo del Derecho, siempre es importante estar informado de los puntos importantes a tocar para que, si queremos desarrollar nuestra idea, todo se haga como debe hacerse, y así evitar problemas. 

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