Este martes, Binance, la plataforma de intercambio más grande del mundo por volumen de activos y usuarios, anunció en un comunicado, la “Iniciativa Juntos”—un fondo de 400 millones de dólares destinado a la “recuperación de la industria”— que es percibido por analistas y la comunidad cripto, como un plan urgente contra una crisis reputacional sin precedentes.
Esta compensación RRPP como es llamada por algunos, servirá para mitigar la crisis reputacional del criptointercambio, tras la desastrosa jornada en pleno Uptober que comenzó el pasado viernes 10 y se extendió al sábado 11 de octubre.
Si bien algunos han destacado que este paquete financiero debe ser visto como un acto de liderazgo, que sólo el principal criptointercambio del mundo puede realizar, para otros no es más que una defensa costosa por los inconvenientes y pérdidas causadas.
La “Iniciativa Juntos” de 400 millones de dólares, que incluye 300 millones de dólares en compensación directa para traders minoristas y 100 millones de dólares en préstamos institucionales a bajo interés, es solo la punta del iceberg.
Esta nueva inyección de capital se suma a un paquete inicial de compensaciones de 283 millones de dólares, tras la “Resolución de la desvinculación de precios de USDE, BNSOL y WBETH y mejoras en el control de riesgos” y a otros 45 millones de dólares, que ya habían sido aportados en Airdrops a socios de BNB Chain, en una factura que el criptointercambio está pagando para capear una tormenta que va más allá de la simple volatilidad del mercado.
Y es que vale la pena recordar que el desacoplamiento de USDe (USDe), Binance Staked SOL (BNSOL) y el sintético Wrapped Beacon ETH (WBETH), aún sigue molestando como una herida abierta. Es por ello, que el monto de la compensación de Binance a sus usuarios minoristas e institucionales, literalmente ya supera los 728 millones de dólares.
Si bien es cierto que la narrativa oficial de Binance y la cobertura de medios tradicionales se centran en apuntar que el principal catalizador macroeconómico, fue el inesperado anuncio del presidente Donald J. Trump, al imponer aranceles del 100% a las importaciones chinas, realmente fue un conjunto de factores.
Aunque, el anuncio de los aranceles de Trump podría ser considerado quizás como una chispa inicial, no fue el único responsable del incendio que se originó cuando se desplomó el precio de Bitcoin (BTC) en más de 20.000 dólares.
Hasta ahora, se ha utilizado como el telón de fondo para justificar la ola de liquidaciones que borró más de 19 mil millones de dólares en posiciones apalancadas del mercado en cuestión de horas, afectando a millones de traders e inversores en todo el mundo.
No obstante, para la comunidad especializada en criptomonedas, la verdadera crisis se gestó en los entresijos técnicos de la propia plataforma Binance. De hecho, el punto de inflexión fue la dramática pérdida del peg (desacoplamiento) de la stablecoin algorítmica USDe de Ethena Labs, un activo que se negociaba activamente dentro de Binance.
Según reportes de expertos y análisis en el ecosistema, el USDe cayó a niveles tan bajos como 0.65 centavos de dólar en la plataforma, desatando una cascada de liquidaciones forzadas, que más tarde se extendió como la pólvora por todo el ecosistema, afectando a los más grandes criptointercambios.
La sospecha generalizada apunta a que el fallo no fue del protocolo de esta stablecoin sitética en sí, sino de la implementación de oráculos de precios por parte de Binance en sus mercados de Futuros y Margen.
El problema radica en que, en lugar de usar fuentes de precios externas y robustas, la plataforma de liquidación de Binance habría empleado datos de su propio libro de órdenes, el cual colapsó debido a la falta de liquidez en un entorno de pánico.
Este fallo técnico esencial fue lo que supuestamente exacerbó la volatilidad en las posiciones apalancadas y provocó que millones de cuentas minoristas e institucionales fueran barridas en cuestión de algunas horas.
Ante el escrutinio de la comunidad, la respuesta de Binance ha sido simple y quirúrgica. Los 283 millones de dólares iniciales estaban dirigidos explícitamente a usuarios de Binance Earn, Futuros, Margen y Préstamos afectados por el depeg de USDe, BNSOL y WBETH.
Al compensar esta pérdida, el criptointercambio acepta de facto, la responsabilidad por un fallo técnico específico, aunque insista que su plataforma trabajó sin caídas. La reciente “Iniciativa Juntos” de 400 millones de dólares, en cambio, utiliza un lenguaje mucho más amplio y estratégico, pero igual es un reconocimiento de su error.
Aunque se presenta como una mano amiga para la “reconstrucción de la confianza”, la compensación de 300 millones de dólares, solo es elegible para aquellos que cumplen condiciones muy estrictas, como una pérdida mínima de 50 dólares y que esa pérdida represente al menos el 30% del total de sus activos netos.
Y lo más importante, Binance ha sido explícito, al decir en su comunicado: “si bien no asumimos responsabilidad por las pérdidas de los usuarios, lo hacemos porque creemos que es fundamental reconstruir la confianza de la industria”.
Esta declaración es el pilar de su estrategia legal y de relaciones públicas. Por un lado, gastan cientos de millones de dólares para proyectar una imagen de liderazgo empático y enfoque en el usuario.
Por otro lado, en la “letra pequeña”, se deslindan formalmente de la responsabilidad legal por las pérdidas causadas por la volatilidad del mercado, buscando limitar su cobertura solo a los daños que puedan vincularse a fallos de infraestructura.
La magnitud de la compensación (más de 700 millones de dólares) refleja la seriedad de la crisis de reputación, ya que la compañía está invirtiendo una fortuna para controlar la narrativa, que oscila entre el evento de fuerza mayor (aranceles de Trump) y el error propio (fallo del oráculo USDe).
Sin embargo, los criterios de elegibilidad han dejado a muchos pequeños inversores fuera de la ayuda, alimentando la sospecha de que la medida es más “una curita costosa” para detener la hemorragia reputacional que un resarcimiento completo a todos los afectados.
La situación ha escalado al punto de que figuras importantes del sector, como el CEO de Crypto.com, han solicitado abiertamente a los reguladores una investigación sobre las prácticas de los criptointercambios que experimentaron volúmenes de liquidación tan inusualmente altos.
Al final, la “Iniciativa Juntos” representa el intento más agresivo de Binance para pasar página ante este evento, para posicionarse como el “líder responsable” que saca su chequera para estabilizar el ecosistema de las criptomonedas.
Sin embargo, la comunidad cripto, ya escéptica y golpeada, tendrá la última palabra sobre si este gesto monumental es una muestra genuina de buena voluntad o, simplemente, la cuantiosa y necesaria inversión para salvar su imagen antes de que el escrutinio regulatorio y la pérdida de confianza se vuelvan irreversibles.
El futuro inmediato de la plataforma dependerá de si los 728 millones de dólares logran silenciar las críticas sobre los fallos técnicos que, según muchos, desencadenaron el mayor evento de liquidación en la historia de las criptomonedas.