La diplomacia de la fuerza, una vez más, ha puesto en jaque a los mercados globales. A pocos días de haberse generado un evento similar, que fue el detonante de una crisis en los mercados, nuevamente las más recientes amenazas del presidente Donald J. Trump de imponer aranceles a España, han perturbado la estabilidad de las cotizaciones de las criptomonedas.
Trump, insiste en que España podría sufrir un alza en los aranceles de exportación con Estados Unidos del 100%, debido a la reticencia de su Gobierno a elevar el gasto en defensa de la OTAN al 5% del PIB, tal y como lo ha solicitado el propio presidente estadounidense, para hacer frente a los posibles futuros acontecimientos y enemigos que pueda enfrentar el bloque.
Sin embargo, esta nueva amenaza del presidente Trump, se convierte en el más reciente ejemplo de cómo la política comercial estadounidense se ha convertido en una de las principales fuentes de volatilidad e incertidumbre en la economía mundial, que es capaz de afectar incluso al mercado de las criptomonedas.
El patrón es siempre el mismo, un desacuerdo en política exterior o alianzas militares, un reproche público del mandatario estadounidense, y la inmediata amenaza de imponer castigos económicos a través de aranceles.
Posteriormente, el impacto se comienza a sentir de manera dramática en los mercados quizás impulsada por el nerviosismo global de los traders e inversores, afectando al volátil mercado de las criptomonedas.

En esta oportunidad, la diana del presidente Trump, ha sido el Gobierno español de Pedro Sánchez, ya que durante un encuentro este martes en la Casa Blanca con el presidente argentino Javier Milei, Trump no midió sus palabras, calificando la postura de España como “extremadamente irrespetuosa con la OTAN” y “muy injusta”.
El motivo esgrimido es que España es el único país de la Alianza Atlántica que no se ha comprometido a llevar su inversión militar al 5% del PIB, un objetivo al que se han adherido los demás miembros.
Obviamente, la amenaza no es menor. El presidente Trump barajó abiertamente la imposición de “castigos comerciales con aranceles” contra un socio que, según su criterio, se está beneficiando de la protección automática de la OTAN gracias a su ubicación geográfica, sin asumir el coste exigido.
La reacción del Gobierno español, por su parte, ha sido firme, ya que el presidente Sánchez insiste en la imposibilidad de alcanzar esa cifra, calificándola de “irrazonable” e “incompatible con nuestro Estado del bienestar”.
Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, si bien no cierra la puerta a futuros aumentos, mantiene que la postura actual se basa en el compromiso de alcanzar objetivos de capacidad militar, pero no el umbral del 5% del PIB.
La escalada de tensión obligó a intervenir a la Comisión Europea (CE), luego que el portavoz de Comercio, Olof Gill, lanzó una clara advertencia a Washington, al señalar que cualquier arancel contra España se considerará un ataque a todo el bloque y la CE “responderá de manera adecuada”.
Este recordatorio subraya que la política comercial es una competencia exclusiva de la UE, actuando como un potencial amortiguador o, en el peor de los casos, como un catalizador para una guerra comercial transatlántica de mayor alcance.
Aun así, la sombra de la represalia se cierne sobre productos emblemáticos como el aceite de oliva y el vino, sectores que ya fueron golpeados con tasas especiales durante el primer mandato de Trump en el marco de otras disputas.
Ahora bien, el nerviosismo geopolítico tiene un efecto desproporcionado en los activos de riesgo, y el mercado de las criptomonedas es el más sensible de todos. Días atrás, amenazas similares de aranceles a China ya habían provocado un “flash crash” que se sintió en todo el ecosistema.
La nueva amenaza a España, emitida este martes, reavivó los temores de los inversores, haciendo que la incertidumbre sobre una nueva disputa comercial global, o incluso un conflicto focalizado entre EEUU y la UE, se apoderara de los mercados en la siguiente jornada llevando a los criptointercambios a registrar salidas masivas de capital, lo que de nuevo derrumbó los precios de los criptoactivos.

El precio de Bitcoin (BTC), el activo refugio digital por excelencia, se vio inmerso en una extrema volatilidad. Al momento de redactar esta nota según CoinGecko, su precio se sitúa en 110.887 dólares con un volumen de comercio en 24 horas de 69.254.247.822 dólares, lo que representa un descenso de precio del -2,24% y un descenso de precio del -9,98% en los últimos 7 días.
La capitalización de mercado de BTC, se ubica en 2.210.463.288.617 dólares, demostrando que tras haber comenzado a recuperarse rozando picos, retrocedió, consolidándose en una zona frágil que refleja el pánico y la indecisión de los inversores.
En lo que respecta al Ether (ETH) de Ethereum, su precio al momento de redactar este artículo de acuerdo con datos de CoinGecko, es de 3.984,69 dólares con un volumen de comercio en 24 horas de 45.622.343.916 dólares, lo que representa un descenso de precio del -3,69% y un descenso de precio del -11,79% en los últimos 7 días. Su capitalización de mercado es de 480.629.441.172 dólares.
Todas las altcoins, también han sufrido una considerable caída este miércoles. De hecho, la capitalización global del mercado de criptomonedas también ha descendido y actualmente se ubica en 3.855.016.244.561 dólares.
No cabe duda que las criptomonedas, por su naturaleza descentralizada y su alta volatilidad, amplifican el impacto de los choques geopolíticos e incluso macroeconómicos en las grandes economías globales.
Cada vez que el “factor Trump” irrumpe en la escena con una amenaza arancelaria, los inversores huyen de los activos más sensibles al riesgo, evidenciando que, a pesar de su promesa de independencia financiera, el mercado cripto sigue inextricablemente ligado a las tensiones y los caprichos del tablero político global.
La espada de Damocles arancelaria no solo amenaza a las economías nacionales y de los mercados bursátiles tradicionales, sino que también dicta el ritmo de la capitalización del mercado digital.

