Una encuesta de la CNMV desvela el grado de conocimiento que tienen los españoles sobre criptomonedas

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No cabe duda de que la presencia de los activos digitales va ganando peso año tras año dentro del territorio nacional. Un estudio elaborado por el Banco de España señala que el curso pasado se movieron en el país casi sesenta mil millones de euros a través de transacciones con criptomonedas, lo que supone algo más de mil euros por habitante y en torno al diez por ciento del negocio que tiene lugar en Europa. Con esta casilla de salida, la pregunta que surge es inevitable: ¿Qué conocimiento tienen los españoles sobre monedas virtuales?

Atendiendo a la encuesta que acaba de publicar la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el setenta y cinco por ciento de los ciudadanos españoles afirma saber de manera leve qué son las criptomonedas y cómo funcionan. La muestra recogió el testimonio de mil quinientas personas, principalmente hombres y menores de treinta y cinco años que, en su mayoría, declaran estar al tanto de la existencia de estos activos gracias a internet.

Si bien es cierto que a simple vista el porcentaje de personas que dice conocer este mundo invita al optimismo, son pocos los que realmente comprenden en profundidad todo este asunto. La razón es sencilla, y es que para dominar un escenario así es preciso pasar a la práctica y acumular cierta experiencia inversora, cosa que en España todavía no sucede de una forma mayoritaria.

A diferencia de lo que cabría esperar, en el país se invierte mucho dinero en activos digitales, pero sigue siendo escaso el número de usuarios que se aventuran a ello, por lo que todo se concentra en pocas manos. Según la CNMV, tan sólo el dos por ciento de los encuestados confiesa haber adquirido grandes conocimientos en estos ecosistemas monetarios. No obstante, se trata de una cifra que contrasta con los datos que maneja el Índice de Adopción de Criptoactivos de Finder, que concluye que el doce por ciento de los adultos españoles ha depositado su dinero en este tipo de productos financieros.

Una participación cautelosa

La encuesta de la CNMV pone también el foco sobre el comportamiento de los inversores. El siete por ciento de la población declara haber desembolsado dinero alguna vez en productos de estas características. Ahora bien, el cuarenta por ciento de esa cifra asegura que en la actualidad ha dejado de invertir, mientras que el volumen de inversores se dispara hasta el cincuenta y dos por ciento cuando las monedas registran importantes caídas de valor en el mercado.

El estudio de la Comisión revela de igual modo que apenas el cuatro por ciento de los entrevistados asegura contar en ese momento con alguna moneda virtual en su monedero online. Tampoco suele ser muy elevado el porcentaje que estos dedican a los criptoactivos: tan sólo el cinco por ciento del capital total.

Por último, algo que también se resalta es que son las mujeres, sobre todo las mayores de cuarenta años, quienes muestran menos interés a la hora de invertir a corto y medio plazo, aunque no descartan hacerlo más adelante.

Razones a favor y en contra

El informe confeccionado por la CNMV hace notar que los motivos principales que están detrás de cada inversión son fundamentalmente tres: el deseo de alcanzar una elevada rentabilidad, la idea de que las monedas virtuales llegarán a ser el medio de pago más asentado y la tranquilidad que aporta la tecnología sobre la que se origina toda la mecánica cripto.

En el otro lado están las razones que esgrimen los demás usuarios para explicar su contención de cara a invertir. En primer lugar, el miedo a la alta volatilidad, es decir, al riesgo de que la moneda sufra serios cambios de valor en periodos cortos de tiempo. Tampoco convence, por el momento, el hecho de que no exista todavía un marco legal que las estabilice.

Cuestión de seguridad

Pero si hay algo que frena definitivamente el interés por las cripto es el temor a ser víctima de la piratería informática, y es que en estos mercados existen algunos Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP) cuya actividad se centra en la ciberdelincuencia y en el robo de datos personales.

Para controlar esta forma de fraude, más allá de que el gobierno esté vigilando intensamente el funcionamiento de las VASP, son las propias plataformas las que deciden invertir en sistemas de seguridad más avanzados, siempre con el objetivo de proteger a los usuarios y ganarse así su confianza. Estos necesitan que su información privada, ya sea un número de cuenta o una clave personal, esté a salvo de los hackers en todo momento.

El cifrado de datos se vuelve indispensable en estos entornos, cuyo modelo de protección bebe directamente de las grandes referencias en ciberseguridad: el comercio electrónico y las plataformas de juegos de azar.

En el primero de los casos es frecuente que las tiendas virtuales de nueva generación recurran al denominado protocolo SSL (Secure Sockets Layer), una herramienta tecnológica que se ocupa de encriptar el contenido sensible que viaja desde la web hasta el servidor, consiguiendo de este modo que los datos bancarios de los clientes no queden expuestos frente a terceras personas. Por su parte, aquellos portales web que acostumbran a realizar miles de transacciones económicas al cabo del día, como por ejemplo un casino online con dinero real, tratan de evitar a toda costa que dentro de sus estructuras se produzcan suplantaciones de identidad. El mecanismo que emplean para ello es el conocido como sistema KYC (Know your customer), que es un método de verificación cuyo cometido es el de solicitar a los jugadores la documentación necesaria para que estos puedan acreditar que son realmente quienes dicen ser. Se trata de un procedimiento que la industria del juego lleva años aplicando cada vez que una persona realiza una retirada de fondos económicos. A partir de este escenario de soluciones, no resulta extraño que el mundo cripto haya tomado buena nota de ello.

Cabe destacar que a día de hoy existe un vacío regulatorio sobre criptoactivos en España, aunque la Unión Europea quiere crear un reglamento aplicable a todos los estados miembros que podría materializarse en el año 2024. Se trata del conocido como Reglamento MiCA (Markets in Crypto Assets), que actualmente se encuentra en tramitación. Al respecto, tan sólo la CNMV, cuya pretensión pasa por darle cauce legislativo a estas monedas, ha movido ficha en todo este asunto. Concretamente, reglando aquellos aspectos concernientes a la publicidad de criptoactivos.

Advertencia "La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido"