La semana pasada, el canal de televisión de noticias en idioma persa con sede en Londres, Iran International, informó que el gobierno teocrático iraní, está ofreciendo recompensas para aquellas personas que delaten a los mineros de criptomonedas en ese país.
Supuestamente, esta decisión se ha tomado para combatir las actividades ilegales de criptominería que, según los funcionarios iraníes, están alterando gravemente el estado de la red eléctrica del país, provocando cortes de energía no anunciados en varias ciudades que afectan a las empresas y a los servicios médicos.
De acuerdo con la información oficial, Irán atraviesa una grave escasez de energía que ha paralizado en varias oportunidades la producción industrial del país. Y es que, ese país del Medio Oriente, se enfrenta a su ola de calor más severa en 50 años.
Estas condiciones climáticas han provocado cortes de energía a lo largo de su territorio mientras el gobierno central lucha con un déficit de miles de millones de dólares en las cuentas públicas y además se prepara para un duro escenario de confrontación contra Israel, Estados Unidos y sus aliados, que en caso de retaliación pudiera destruir su infraestructura energética.
En paralelo a las tensiones geopolíticas, la producción industrial de Irán se enfrenta a una crisis, ya que los fabricantes informan de que los frecuentes cortes de energía a menudo han detenido las operaciones del parque industrial de ese país.
Es por ello, que Mostafa Rajabi Mashhadi, CEO de la empresa estatal de electricidad de Irán, Tavanir, acusa a los mineros ilegales de criptomonedas de ser en parte responsables por la inestabilidad de la red eléctrica.
“Individuos oportunistas han estado explotando la electricidad subsidiada y las redes públicas para extraer criptomonedas sin la debida autorización. Esta minería no autorizada ha provocado un aumento anormal del consumo de electricidad, lo que ha provocado importantes interrupciones y problemas en la red eléctrica del país”, dijo Rajabi.
Por esta razón, las autoridades iraníes han iniciado una cacería contra los mineros ilegales, llegando incluso al extremo de ofrecer recompensas a todos los soplones que señalen a los mineros de sus comunidades.
En aras de fomentar la cooperación pública, los funcionarios ahora ofrecen un monto en metálico para todas las personas que informen a las autoridades de estos equipos. “Se otorgará una recompensa de un millón de toman (aproximadamente 20 dólares) a las personas que denuncien cada equipo de minería de criptomonedas no autorizado”, afirmó Rajabi.
“Hasta ahora, se han descubierto más de 230.000 dispositivos de minería de criptomonedas ilegales con una capacidad de consumo de energía de 800 a 900 megavatios. Su consumo de electricidad es equivalente al de la provincia de Markazi”, señaló Rajabi. Y agregó: “Proporcionar esta cantidad de electricidad requeriría la construcción de una planta de energía de 1.300 megavatios”.
La minería de criptomonedas, es una actividad primordial en la mayoría de las redes de criptoactivos, ya que como resultado de su proceso se colocan en circulación nuevas criptomonedas al resolverse un problema matemático con el cual se incorpora un nuevo bloque a la blockchain que registra nuevas transacciones mientras valida las existentes en los bloques anteriores.
Básicamente, la minería de criptomonedas, mantiene la red en funcionamiento, ya que son esenciales para validar las transacciones y registrar nuevos bloques a una blockchain. Estos procesos son realizados por mineros, mediante la utilización de un hardware especial.
En algunos casos se emplean varias GPU (tarjetas de vídeo) en cadena, montadas en lo que se conoce como Rig mientras en otros casos, se emplea hardware especializado diseñado para tal fin de resolver complejos acertijos matemáticos, llamado ASIC Miner.
Por este trabajo pesado de crear nuevos bloques para registrar transacciones y realizar la validación de transacciones anteriores manteniendo activo un blockchain, los mineros son recompensados en función de la potencia de cálculo de su hardware, con la emisión de nuevas monedas de esa red.
En consecuencia, para generar el máximo beneficio de la potencia de cálculo de los Rigs o de los ASIC Miner, los algoritmos de minería exigen un alto consumo de energía, (lo cual varía dependiendo de la criptomoneda a minar), siendo este el punto clave de las críticas de los gobiernos en gran parte del mundo por su impacto en las redes energéticas.
Además, este alto consumo de la minería de criptomonedas es constantemente evaluado con indicadores, que muestran su impacto negativo en el medioambiente, ya que en países como Irán, la energía que usan esos dispositivos de minería, a menudo proviene de la electricidad generada por plantas alimentadas con combustibles fósiles.
No obstante, esta no es la primera vez que Irán ataca al sector de la minería de criptomonedas, ya que en 2020, el entonces presidente iraní, Hassan Rouhani, culpó a los mineros de criptomonedas de ser responsables de la crisis energética que atravesaba el país en ese momento, por lo que prohibió temporalmente la minería.
En ese momento de finales de ese mismo año, al igual que ahora, Irán sufría de cortes de energía sin precedentes en las principales ciudades, incluida la capital, Teherán, por lo que la primera medida tras culpar a las personas y máquinas de minería de la crisis eléctrica del país fue prohibir la actividad.
Rouhani dijo en esa oportunidad, que las instalaciones ilegales de minería consumían hasta 2.000 megavatios de electricidad, frente a los 300 megavatios consumidos por las instalaciones legales, por lo que decidió tajantemente prohibir la minería.
Como producto de esta prohibición, las autoridades iraníes efectuaron redadas y allanamientos para descubrir equipos de minería de criptomonedas ilegales en diferentes regiones del país, llegando incluso a ingresar en lugares públicos, como escuelas y mezquitas, que reciben electricidad gratuita o muy subvencionada.
Asimismo, esta prohibición llevó a una cacería de las cuentas bancarias de personas dedicadas a la minería. Tan sólo a principios de 2022, el Ministerio de Inteligencia iraní afirmó que realizó el bloqueo de más de 9.000 cuentas pertenecientes a 454 personas utilizadas para intercambios ilegales o no declarados de divisas y monedas digitales.
No obstante, a mediados de ese mismo año, las autoridades iraníes autorizaron de nuevo la minería siempre y cuando estén conectados a plantas de energía, que utilicen fuentes renovables, para proveerles electricidad.
Sin embargo, el propio gobierno teocrático iraní que tiene a cuestas una pesada carga con las sanciones impuestas desde occidente, debido a sus comportamientos de financiamiento al terrorismo y las constantes amenazas a la estabilidad del Medio Oriente, utiliza la minería de criptomonedas para evadir estas sanciones económicas.
Es por ello, que muchas veces los analistas consideran que Irán posee una “relación confusa con las criptomonedas”, que en ocasiones prohíbe la actividad y luego bajo el mismo peso de las sanciones se ve obligada a levantar esas prohibiciones.
