Por Dino Etcheverry, CEO – Analista de datos y Arquitectura Blockchain en Fidestamp.
Blockchain y Web3 representan la frontera de la tecnología digital, promoviendo una descentralización radical en la gestión de datos y finanzas. Sin embargo, esta tecnología enfrenta desafíos éticos significativos, especialmente en seguridad y privacidad.
La aplicación del Principio de Asilomar en este contexto aboga por un desarrollo tecnológico que sea seguro, transparente y beneficioso para todos, minimizando los riesgos de abuso y explotación.
En 1975, la conferencia en Asilomar, California, no solo marcó un hito en biotecnología sino que también formuló el «Principio de Asilomar», abogando por la responsabilidad en toda innovación científica.
Fue Paul Berg, quien recibió el Premio Nobel, el que inició la convocatoria de esta conferencia. Reunió a biólogos, abogados, médicos y periodistas para discutir y establecer normas de seguridad para la investigación con ADN recombinante.
Estos principios establecieron un marco para:
- Realizar evaluaciones de riesgo para experimentos en genética.
- Implementar niveles de contención biológica para prevenir la exposición accidental a organismos genéticamente modificados.
- Promover la transparencia y la comunicación abierta dentro de la comunidad científica y con el público.
En la era actual de blockchain y Web3, este principio cobra nueva relevancia, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad y en la bioética.
Adaptando Asilomar a Blockchain
Blockchain y Web3, al ser tecnologías que facilitan una radical descentralización de datos y finanzas, enfrentan importantes desafíos éticos, destacándose entre ellos la seguridad y la privacidad. La adopción de los principios de Asilomar podría guiar el desarrollo de estas tecnologías hacia un enfoque que priorice la seguridad, la transparencia y el beneficio común, minimizando los riesgos de abuso.
Para alinearse con el Principio de Asilomar, los actores en el espacio blockchain deben adoptar prácticas que enfaticen la ciberseguridad. Esto incluye realizar auditorías constantes, utilizar contratos inteligentes verificados y fomentar una mayor transparencia en las operaciones blockchain.
En el ámbito de la blockchain, no hay compañías específicas que anuncien explícitamente que siguen los Principios de Asilomar al pie de la letra, ya que estos principios fueron originalmente diseñados para la biotecnología. Sin embargo, muchas empresas tecnológicas y plataformas de blockchain adoptan principios similares enfocados en la ética, la seguridad, la transparencia y la responsabilidad en el desarrollo y despliegue de nuevas tecnologías.
Empresas como Ethereum con sus fundaciones y grupos de desarrollo continuo, y organizaciones que se dedican a las finanzas descentralizadas (DeFi), a menudo incorporan estas ideas éticas en sus modelos de operación.
Principio de Asilomar en Web 3.0 y Web 4.0
Web 3.0 representa la evolución de Internet hacia una plataforma más descentralizada y basada en la blockchain, donde los usuarios tienen un control más directo sobre sus datos y transacciones sin la necesidad de intermediarios centralizados. Aquí, el Principio de Asilomar puede aplicarse mediante la implementación de evaluaciones de riesgo rigurosas. Por ejemplo, antes de lanzar nuevas aplicaciones descentralizadas (dApps) o protocolos, los desarrolladores pueden emplear técnicas matemáticas avanzadas para modelar y prever potenciales vectores de ataque o fallos en la seguridad.
Web 4.0, a menudo asociada con el «Internet de las cosas» y la inteligencia artificial, puede beneficiarse de una aproximación similar. Aquí, el análisis de riesgos no solo abarca la seguridad de datos, sino también la ética y la privacidad. Los modelos matemáticos como los análisis predictivos y el aprendizaje automático pueden ser útiles para evaluar cómo las decisiones automatizadas podrían afectar a los usuarios finales y para desarrollar sistemas que identifiquen y mitiguen sesgos no intencionados.
Una de las bases del Principio de Asilomar es promover la transparencia. En el contexto de Web 3.0 y Web 4.0, esto puede traducirse en la adopción de prácticas de código abierto, donde los algoritmos y los protocolos son accesibles para la revisión y la auditoría por parte de la comunidad científica y tecnológica. Esto no solo ayuda a identificar y corregir rápidamente los errores, sino que también fortalece la seguridad a través de una colaboración más amplia.
Finalmente, los principios pueden guiar el desarrollo sostenible y la implementación responsable de Web 3.0 y Web 4.0 considerando su impacto a largo plazo. Esto incluye la creación de sistemas que sean no solo técnicamente eficientes y seguros, sino también sostenibles en términos de consumo energético y respetuosos con la privacidad y los derechos humanos.
Nota: En el mundo de las startups tecnológicas, existen varios principios y marcos éticos que guían la innovación y el desarrollo responsable, además del Principio de Asilomar, como ser Principios de Montreal sobre IA Responsable, Declaración de Toronto, Principios de Ciberseguridad de la OCDE, Principios de la AI de Google, Principios de Ética de Software de la ACM, Principios de Helsinki y Reglamento General de Protección de Datos.