Este lunes de acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, cuarenta de los principales bancos comerciales del mundo, se unieron al plan piloto del Proyecto Agorá, liderado por el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, «por sus siglas en inglés»), la Reserva Federal (Fed) de Nueva York y los principales bancos centrales de Europa, Corea y Japón junto al Grupo de los Siete (G7).
Project Agorá is a groundbreaking initiative by the BIS, 7 central banks and over 40 private sector financial companies convened by @IFF. It has the potential to shape the future of international payments and create new ways for businesses to transact https://t.co/kWpyTPOJz9 pic.twitter.com/3kjWPglZ1q
— Bank for International Settlements (@BIS_org) September 16, 2024
Ese gran grupo de instituciones bancarias, entre los que se encuentran el JPMorgan, HSBC, BBVA, UBS y el MUFG japonés, así como también varios organismos multilaterales y bancos centrales, están desarrollando una nueva plataforma de moneda digital diseñada para acelerar y mejorar los pagos transfronterizos, basada en una moneda digital de banco central (CBDC, «por sus siglas en inglés») del tipo mayorista con tokenización de pagos.
En un comunicado del BPI, se explica que los bancos comerciales privados, fueron convocados por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, «por sus siglas en inglés») para unirse al Banco de Pagos Internacionales y a un grupo de bancos centrales líderes en el Proyecto Agorá a fin de “explorar cómo la tokenización puede mejorar los pagos transfronterizos mayoristas”.
El IIF es una asociación empresarial mundial de instituciones financieras, que fue creado en 1983 por 38 bancos de los principales países industrializados como respuesta a la crisis de deuda internacional de comienzos de la década que empezó en 1981 y que hoy día agrupa a alrededor de 400 miembros de más de 60 países.
Básicamente, esta iniciativa busca determinar los alcances de las CBDC mayoristas –que se utilizan únicamente entre bancos y no por el público–, para tratar de resolver los problemas que plantean las distintas zonas horarias, los requisitos legales y los sistemas normativos y técnicos, utilizando pagos tokenizados.
“El Proyecto Ágora se trata de una asociación público-privada que busca mejorar el sistema monetario al introducir soluciones basadas en smart contracts y programabilidad. Además, abordarán los controles de integridad financiera, la previsión del blanqueo de capitales y la verificación de clientes que solía repetirse varias veces durante una sola transacción, según sea el número de intermediarios financieros”, señala el BPI.
El comunicado también señala que “el BPI y el IIF seleccionaron un conjunto diverso de empresas entre los solicitantes que cumplieron con los requisitos de elegibilidad y otros criterios establecidos en la convocatoria pública de participación”.
“Las empresas participantes deben estar reguladas en una jurisdicción participante como banco comercial, proveedor de servicios de pago o empresa de infraestructura del mercado financiero; estar significativamente involucrado en pagos transfronterizos; y tener experiencia en innovación”.
Este grupo de instituciones bancarias, son representativas de la diversidad de socios financieros del sector privado “en términos de modelos de negocios, tamaño de la institución, experiencia y geografía” y con ellas comenzará la fase de diseño del Proyecto Agorá.
El Proyecto denominado Agorá, (del griego “mercado”) es un término por el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza de las ciudades-estado, donde se solían congregar los ciudadanos. Era un espacio abierto, centro del comercio, de la cultura y la política, en pocas palabras de la vida social de los griegos.
Esta iniciativa impulsada por el BIS, el IIF y con el apoyo del G7, para continuar mejorando los pagos transfronterizos a través de las CBDC, la cual está estructurada como una colaboración público-privada, ya que reúne a siete bancos centrales y varios bancos privados, que estarán bajo la coordinación del IIF.
Los bancos centrales que intervendrán en el Proyecto Agorá, son el Banco de Francia (que representa al Eurosistema), el Banco de Japón, el Banco de Corea, el Banco de México, el Banco Nacional Suizo, el Banco de Inglaterra y la Fed de Nueva York.
Entre todos los convocados buscarán superar varias ineficiencias estructurales en la forma en que se realizan los pagos hoy en día, especialmente a través de las fronteras de los países en virtud del comercio internacional pero también atendiendo los desafíos a los que está expuesta esta actividad financiera.
La prevención del lavado de dinero y la correspondiente verificación de clientes, es un punto clave en la creciente complejidad de llevar a cabo controles de integridad financiera en materia de pagos transfronterizos cuyos controles siempre se llevan a cabo varias veces para la misma transacción e incluso más veces, dependiendo del número de intermediarios involucrados.
No obstante, el diseño del Proyecto Agorá se basa en el concepto de blockchain unificado “propuesto por el BIS e investigará cómo los depósitos bancarios comerciales tokenizados pueden integrarse sin problemas con el dinero tokenizado del banco central mayorista en una plataforma financiera central programable público-privada”.
De acuerdo al comunicado del BIP, “esto podría mejorar el funcionamiento del sistema monetario y proporcionar nuevas soluciones mediante contratos inteligentes y capacidad de programación, manteniendo al mismo tiempo su estructura de dos niveles”.
Esta iniciativa se suma al Proyecto mBridge que comenzó a desarrollarse en 2021 como una plataforma multi-CBDC desarrollada para admitir pagos transfronterizos y transacciones de divisas en tiempo real, entre pares, utilizando estos activos digitales emitidos por los bancos centrales.
Ambas plataformas para pagos transfronterizos a través de una CBDC, son una respuesta a la alternativa que han venido desarrollando otros bancos centrales reunidos en el grupo BRICS+, fundado inicialmente por Rusia, China, India y Brasil, al que posteriormente se sumó Sudáfrica y más tarde se han ido adhiriendo otros países como Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía.
El BIP aclara que en todo caso, este proyecto es de carácter experimental y tiene como objetivo explorar y ofrecer bienes públicos a la comunidad de bancos centrales globales, aunque dependiendo de sus resultados, dicho modelo se podrá implementar en un futuro cercano para mejorar las transacciones comerciales transfronterizas.
Representantes del propio grupo del G7, constituido por las economías más desarrolladas del mundo: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, habían dicho en 2023, que estudiarían la mejor manera de ayudar a los países en desarrollo a introducir las CBDC en sus economías, de una manera concertada con las normas internacionales.
Al respecto, Masato Kanda, principal diplomático japonés en materia de divisas, dijo en su momento que el G7 antes de aprobar los CBDC debería de asegurarse de garantizar factores como una transparencia adecuada y una gobernanza sólida.