El debate por la inclusión de Bitcoin y otras criptomonedas en los planes de jubilación 401(k) está vigente

0
18
El debate por la inclusión de Bitcoin y otras criptomonedas en los planes de jubilación 401(k) está vigente

Ahora mismo, en las comunidades de jubilados en Estados Unidos, se está generando un debate en torno a la inclusión de Bitcoin (BTC) y otras criptomonedas en los planes de jubilación 401(k) tras el reciente hundimiento del mercado cripto.

Este debate, literalmente ha entrado en una fase de colisión, con dos grupos luchando a favor y en contra de dicha medida. Por un lado, una reciente ola de impulso político y regulatorio ha abierto cautelosamente la puerta a estos activos volátiles dentro del santuario de los ahorros para el retiro.

Sin embargo, por otro, una brutal corrección del mercado ha puesto a prueba la tesis de la estabilidad del mercado gracias a la madurez regulatoria, con el precio de Bitcoin desplomándose por debajo de los 90.000 dólares, Ethereum cayendo por debajo de los 2.900 dólares y muchas otras altcoins tocando fondo tras perder hasta el 50% de su valor desde los picos registrados en julio y agosto.

Esta convergencia de factores regulatorios y una sangría financiera plantea una pregunta urgente que es el centro del debate: ¿Es este desplome la prueba irrefutable de que las criptomonedas son demasiado inestables para el ahorro de la jubilación, o es simplemente una oportunidad de compra para la próxima generación de ahorradores?

Como se recordará, el camino hacia la inclusión de cripto en los 401(k) se despejó con notable rapidez, tras la llegada del presidente Donald J. Trump, a la Casa Blanca, y con sus promesas de campaña de convertir a Estados Unidos en la capital Bitcoin del mundo.

Históricamente, el Departamento de Trabajo (DOL, «por sus siglas en inglés») de Estados Unidos había adoptado una postura de “extremo cuidado”, advirtiendo a los fiduciarios (los empleadores que gestionan los planes) sobre los riesgos inherentes y sugiriendo que ofrecer Bitcoin podría exponerlos a investigaciones por incumplimiento del deber fiduciario bajo la ley ERISA.

El debate por la inclusión de Bitcoin y otras criptomonedas en los planes de jubilación 401(k) está vigente

Siguiendo a los continuos llamados de los reguladores financieros estadounidenses, como la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, «por sus siglas en inglés») y la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA, «por sus siglas en inglés»), que desde 2023 emitían boletines de advertencia sobre los riesgos de agregar criptomonedas a las cuentas de jubilación.

No obstante, el panorama cambió drásticamente, cuando la propia SEC aprobó los primeros Fondos Cotizados en Bolsa (ETF) de Bitcoin a principios de 2024, lo que facilitó enormemente el acceso a las criptomonedas a través de vehículos financieros regulados y tradicionales.

Hacia noviembre de 2024, en un reporte, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, «por sus siglas en inglés»), encontró e identificó 69 opciones de inversión en activos de criptomonedas disponibles para participantes en planes 401(k) a través de métodos como cuentas de corretaje autodirigidas.

No obstante, ya entrado el 2025 con el cambio de gobierno, una Orden Ejecutiva firmada por el presidente Trump buscó explícitamente reducir las cargas regulatorias y “democratizar el acceso” a los activos alternativos dentro de los 401(k).

Es por ello, que a finales de mayo de este año, el DOL anuló las pautas federales anteriores que desalentaban a los proveedores de planes 401(k) a ofrecer criptomonedas en sus menús de inversión, algo que los senadores Elizabeth Warren (Demócrata por Massachusetts) y Bernie Sanders (Independiente por Vermont), han calificado como “peligroso.

Aunque eso no es necesariamente una aprobación oficial (el DOL dijo que mantiene una “postura neutral” sobre agregar criptomonedas a los planes de jubilación), sí abre aún más la puerta para una opción de activos digitales.

El efecto dominó fue inmediato, en vista que esta decisión no fue una aprobación entusiasta, sino un retiro de la prohibición de facto, lo que permitió a grandes proveedores de planes, como Fidelity Investments, ofrecer productos criptográficos a los empleadores sin el temor inmediato de un escrutinio federal agresivo.

La justificación de los defensores es clara: si los inversores individuales pueden asumir el riesgo en sus cuentas de corretaje, ¿por qué privarles de esa misma oportunidad en sus ahorros de jubilación, especialmente a los trabajadores más jóvenes con un horizonte de inversión de décadas?

El argumento de la estabilidad ha recibido un golpe demoledor. Hace apenas unos meses, Bitcoin rozaba el umbral de los 120.000 dólares, impulsando la euforia y sirviendo como telón de fondo para la flexibilización regulatoria. Pero, hoy, la burbuja se ha pinchado.

Informes del sector indican que muchos activos digitales han retrocedido entre el 40% y el 50% desde sus máximos de verano. Este desplome no es un mero “hipo” bursátil; es la manifestación de la extrema volatilidad que los reguladores temen que se filtre en los ahorros protegidos.

Para un inversor tradicional en un plan 401(k), donde las caídas de un 5% se consideran significativas y las de un 20% son raras y alarmantes (solo vistas durante crisis sistémicas), una pérdida del 50% en cuestión de meses es impensable, por lo que, esta realidad del mercado en caída libre es el principal cartucho que esgrimen los críticos.

El debate por la inclusión de Bitcoin y otras criptomonedas en los planes de jubilación 401(k) está vigente

El verdadero campo de batalla no es el precio de Bitcoin, sino la responsabilidad fiduciaria del empleador. Bajo ERISA, los fiduciarios del 401(k) deben actuar con la “prudencia” de un experto, eligiendo opciones de inversión que sean de interés exclusivo para los participantes.

El reciente desplome amplifica el riesgo legal, ocasionando que, si un empleador ofrece criptomonedas y los participantes experimentan pérdidas catastróficas (como las vistas recientemente), el empleador podría enfrentar litigios por no haber actuado con la debida diligencia.

De allí que surja la pregunta: ¿Cómo justifica un fiduciario la elección de un activo cuya valoración se basa en la especulación y cuya volatilidad es la mayor del panorama financiero? Y esta es la razón por la cual muchos expertos en jubilación insisten en la cautela.

Si bien la opción de invertir puede estar disponible, la advertencia sigue señalando que las criptomonedas no son un negocio que genera ingresos o paga dividendos; son una apuesta especulativa.

En consecuencia, para alguien que se acerca a la jubilación, una pérdida del 50% de su capital podría ser irrecuperable y arruinar décadas de ahorro disciplinado, por lo que el consenso entre los asesores financieros prudentes es un llamado a la modestia.

Si un inversor desea participar en el potencial de crecimiento de Bitcoin, debe considerarlo solo con una exposición mínima que debe ser de apenas el 1% o 2% de los activos invertibles totales del plan.

Las criptomonedas son, en el mejor de los casos, adecuadas para los inversores jóvenes con un largo horizonte de tiempo que pueden permitirse aguantar —o “hodlear”— por años a través de estos ciclos de auge y caída.

La caída actual del mercado cripto es el principal obstáculo para su adopción generalizada en los 401(k), haciendo que se retrase el sueño de la “democratización” de la inversión en activos de alto crecimiento, que ahora se enfrenta a la cruda responsabilidad de proteger los ahorros de la jubilación.

Mientras el mercado se recupera o cae más, el futuro del ahorro para la jubilación en Estados Unidos, se ha convertido en un fascinante y aterrador campo de pruebas, que por ahora continúa en debate.

Advertencia "La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido"