Buenos Aires se convirtió en sede de los principales eventos cripto del mundo, con más de 9.500 visitantes de más de 130 países
Aunque noviembre posicionó a Buenos Aires como epicentro del ecosistema cripto global, con conferencias, hackatones y más de 300 side events distribuidos por toda la ciudad, los datos muestran que la transformación en la manera de cobrar de los argentinos ya venía gestándose: el peso prácticamente dejó de ser una opción de pago para quienes exportan servicios.
El desembarco de figuras globales como Vitalik Buterin creador de Ethereum, Gavin Woods de Polkadot, builders de Arbitrum y decenas de empresas de infraestructura, no sólo convirtió a Buenos Aires en una vidriera tecnológica: también confirmó que el talento argentino está integrado a las conversaciones que definirán los próximos años de la industria Web3.
Solo el 2% de los profesionales argentinos que exportan servicios elige la moneda local; el resto opta por stablecoins o dólares digitales, cuyo promedio supera los USD 2.500. Además, Europa incrementa su participación en las contrataciones de argentinos durante 2025.
Según información de Bitwage, solo el 2% decide cobrar en moneda local, incluso desde que la opción fue habilitada hace algunos meses. El resto prefiere dólares digitales o stablecoins, que funcionan como resguardo frente a la incertidumbre local.
El último relevamiento indica que el 30% cobra en USDC, el 22% en USDT, y otro 10% directamente en dólares a través de aplicaciones financieras. Las redes de Tron y Polygon también avanzan con fuerza —esta última con un crecimiento sostenido durante el último año—, impulsadas por sus costos más bajos y la velocidad de sus transacciones.
En ese marco, las stablecoins empiezan a dar un paso más: pasar del uso individual al corporativo.
“El uso de stablecoins está creciendo a un ritmo exponencial, pero la infraestructura de pagos empresariales sigue anclada en sistemas lentos y bancos que no hablan entre sí”.
La reciente integración con Paystand abre la posibilidad de que, por primera vez, los pagos corporativos puedan efectuarse directamente en stablecoins, Argentina no está lejos de ser uno de los primeros países de la región en adoptarlo masivamente.
“Siempre existió la necesidad de ahorrar y operar en dólares, pero lo que hicieron las stablecoins fue volver cotidiano ese acceso: no solo para grandes operaciones, sino también para freelancers, empleados y empresas con transacciones internacionales. En definitiva, aceleraron una dolarización digital del ecosistema financiero global.”, Jonathan Chester (JC), CEO de Bitwage.
De EE. UU. a Europa: nuevos clientes, nuevos destinos
Hasta hace poco, el mapa de pagos era casi monopólico: hasta 2024, el 94% de los cobros provenía de Estados Unidos y apenas un 5% desde Europa. Pero este año esa proporción cambió: el 88% de los pagos llega desde EE. UU. y el 12% desde el viejo continente.
La tendencia refleja una diversificación geográfica del talento argentino, cada vez más demandado por empresas europeas que buscan profesionales calificados, facturación flexible y eficiencia en los pagos transfronterizos.
“El argentino tiene algo que es difícil de explicar pero fácil de ver en los datos: una enorme capacidad de adaptación. Esa elasticidad cultural es parte del motivo por el cual los profesionales argentinos hoy son muy codiciados fuera del país”, sostiene Guillermo Escudero, director de Argentina de CryptoMarket, uno de los exchanges líderes y pioneros de Latam.
“Tampoco hay que perder de vista un dato estructural: según estimaciones del Tesoro de EE. UU. (TIC Report), los argentinos tienen entre 200.000 y 250.000 millones de dólares fuera del sistema bancario local”, añade Escudero.
“Es una cultura económica arraigada: el argentino piensa, ahorra y opera en dólares. Con la llegada del dólar digital, era natural que una parte de ese volumen migrara hacia stablecoins, y eso explica en parte el crecimiento de los pagos internacionales. Incluso la cuenta capital de la Balanza de Pagos mostró una leve recuperación”.
Menos humo, más profesionalidad
Los datos de Bitwage también muestran un cambio cualitativo en el tipo de trabajador. El monto promedio por persona en los últimos 12 meses fue de USD 1.475, pero si se observan solo los últimos tres meses, ese promedio salta a USD 2.586.
La lectura es clara: el perfil de usuario se depuró. Hoy predominan profesionales consolidados —desarrolladores, programadores, tecnólogos, consultores, diseñadores senior—, mientras los freelancers que hacían tareas menores migraron hacia otras plataformas de cobro.
En síntesis, el trabajo remoto argentino dejó de ser un mercado atomizado de tareas pequeñas y se transformó en un ecosistema profesional que opera con estándares globales.
Mientras el peso se estanca, Argentina acelera como hub cripto regional
Aunque la macro empezó a mostrar señales de moderación y el tipo de cambio luce más predecible que en años anteriores, el profesional argentino que exporta servicios ya incorporó una lógica que trasciende la coyuntura local: pensar en dólares y cobrar por fuera del sistema financiero tradicional.
La búsqueda de estabilidad, previsibilidad y libertad económica se volvió parte de su ADN laboral. Por eso, cobrar en cripto dejó de ser una excepción y pasó a ser una decisión práctica, especialmente entre quienes trabajan para el exterior y necesitan evitar los vaivenes del sistema local.
Cada vez más argentinos convierten su talento en una exportación directa de servicios, sin intermediarios, ni fronteras. El salario cripto se consolidó como un refugio de autonomía y confianza: global, digital y ajeno al peso.
Noviembre terminó de confirmarlo. Con miles de desarrolladores, fundadores y referentes globales recorriendo la ciudad en más de 300 encuentros y actividades, Buenos Aires se consolidó como un nodo clave del ecosistema cripto regional. Un recordatorio de que el talento argentino no solo se adapta: empuja, diseña y lidera el futuro del trabajo digital.

