El mes pasado, el banco de inversión Barclays Private Bank publicó su informe de fin de año con las Perspectivas para 2026, ofreciendo una mirada cautelosa, si no pesimista, para el mercado de criptomonedas en el próximo año.
Bajo el título “Are cryptocurrencies coming of age? | Outlook 2026”, la institución augura que, a menos que haya un avance regulatorio fundamental, la industria se enfrentará a un “mal año” caracterizado por la pérdida de impulso y la disminución del volumen de trading.
El análisis de Barclays, que ya está resonando en los pasillos de Wall Street, sitúa la claridad regulatoria como el único catalizador capaz de rescatar al sector de una prolongada “cripto-calma”.
El informe de Barclays, comienza señalando que “en poco más de 15 años, Bitcoin ha pasado de ser un críptico documento técnico de 20091 a un activo financiero reconocido mundialmente que desafía los paradigmas de inversión tradicionales”, lo que es sin duda, una confirmación más que Bitcoin (BTC) ya no es visto por Wall Street con una simple criptomoneda
El banco inglés, explica que la transición que sufrió Bitcoin se basó en una serie de hitos de infraestructura críticos que sirvieron como rampas de acceso para las finanzas tradicionales, que es en donde está ahora mismo.
De hecho, resalta que 2025 fue un año de cambio, tras la llegada de la nueva administración estadounidense, que creó “turbulencias regulatorias que deconstruyeron sistemáticamente el régimen anterior de regulación por aplicación y lo reemplazaron por una postura pro-innovación”, que eliminaba todas las prohibiciones impuestas en la era del expresidente Joe Biden.
Según Barclays, se desmantelaron todas “las barreras que habían marginado a los bancos tradicionales” de acceder al ecosistema y que todo este giro administrativo “se consolidó como ley”, cuando durante el mes de julio “se firmó la Ley GENIUS, que creó el primer marco federal para los emisores de stablecoins”.
Sin embargo, tras estos cambios épicos y radicales, el informe también subraya lo mismo que muchos otros análisis que se han divulgado en las últimas semanas, -el entusiasmo de los inversores está perdiendo fuelle-, ya que la ausencia de eventos movilizadores en los mercados spot tiene una consecuencia directa e inmediata en las empresas que dependen de las comisiones de trading.
Gigantes como Coinbase Global Inc. y Robinhood Markets Inc., que vieron cómo sus ingresos por comisiones se disparaban durante los ciclos de auge en la primera mitad de 2025, ahora se enfrentan a un enfriamiento significativo, con un pronóstico nada alentador para 2026 según Barclays.
Obviamente, en caso que el volumen de negociación continúe a la baja, la rentabilidad de estas plataformas se verá comprometida, marcando una transición dolorosa desde la bonanza de comisiones a un entorno de mercado más maduro y menos frenético.
El pronóstico de Barclays, señala que 2026 será un año de “realidad regulatoria”, donde la implementación de marcos legales sólidos dictará la trayectoria del mercado, y no el simple entusiasmo especulativo.
Uno de los hallazgos más técnicos e importantes del análisis de Barclays cuestiona la narrativa de que Bitcoin puede actuar como un refugio seguro o un diversificador de cartera confiable para los inversores.
De allí que, el banco concluye que Bitcoin se comporta cada vez más como un activo “risk-on” (sensible al riesgo), no exento de peligro que puede ser susceptible a una Correlación en Crisis y a una Beta Amplificada.
Para explicar mejor esto, la Correlación en Crisis, se presenta en períodos de alta volatilidad en los mercados tradicionales (cuando el índice VIX es alto), la correlación de Bitcoin con las acciones y otros activos de riesgo se dispara.
Por lo que, Barclays señala que también este activo es susceptible a la Beta Amplificada, que se suma a la beta de Bitcoin (es decir, su sensibilidad a los movimientos del mercado) la cual ha regresado recientemente al rango de 2.0 a 2.5.
Esto se traduce en que las caídas en el mercado de valores tienden a ser amplificadas significativamente en el precio de Bitcoin, haciendo que pierda su capacidad de diversificación justo cuando los inversores más la necesitarían.
El criptomercado, por lo tanto, no solo es intrínsecamente volátil, sino que amplifica las sacudidas económicas globales. No obstante, si bien el pronóstico es sombrío, Barclays apunta a que el avance de la regulación en Estados Unidos es el único factor capaz de inyectar nueva vida al mercado, transformando 2026 en algo más que un simple “invierno”.
El informe celebra el “gran reversazo” regulatorio de 2025 en Estados Unidos (incluyendo el abandono de demandas clave por parte de la SEC y la facilitación para que los bancos custodien activos digitales), pero enfatiza que la labor debe culminar en leyes concretas.
La aprobación de legislación como el CLARITY Act, que establecería qué tokens son regulados por la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, «por sus siglas en inglés») como “valores”.
Pero también, diría cuáles serían regulados por la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC, «por sus siglas en inglés») como “commodities”, lo que eliminaría la incertidumbre legal que ha paralizado a la industria cripto.
Solo la certeza regulatoria puede incentivar a las criptoempresas a lanzar productos más sólidos y a impulsar nuevos sectores como el de los activos tokenizados, proporcionando la chispa fundamental que el mercado necesita para una nueva fase de crecimiento.
Barclays en su reporte lanza un pronóstico clave al indicar que el tiempo de la especulación descontrolada y el hype sin fundamento ha terminado dentro del mercado de las criptomonedas en Estados Unidos.
Por lo que muchos analistas sugieren que definitivamente el futuro de las criptomonedas para 2026 no se definirá en foros de trading ni en los mercados Spot o de Futuros, sino en los pasillos del Congreso estadounidense.