¿The UNIT o el Espejismo de la Soberanía? El Pulso de los BRICS+ contra el Dólar

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¿The UNIT o el Espejismo de la Soberanía? El Pulso de los BRICS+ contra el Dólar

En las últimas semanas de 2025, el mundo financiero ha estado observando con una mezcla de fascinación y escepticismo el despliegue de The UNIT. Lo que comenzó como un billete simbólico en la cumbre de Kazán en 2024, se ha transformado en un sistema de liquidación con un token basado en blockchain.

En su presentación en ese año, un billete rodeado de banderas nacionales y texto multilingüe, que fue denominado “R5”, debido a que las monedas fiduciarias locales de cada uno de los países fundadores de los BRICS+, el rublo, el real, la rupia, el renminbi y el rand, comienzan con la letra R.

No obstante, un año después, se están dando pasos para convertir ese simbolismo en algo más concreto, ya que ha aumentado la especulación sobre los planes para una nueva moneda y sistema de pagos de los BRICS+, conocido como el token The UNIT, que está respaldado en un 40% por oro y un 60% por la canasta de monedas “R5” a partes iguales.

Sin embargo, tras el deslucido cierre de la 17.ª cumbre en Río de Janeiro de los BRICS+, que se celebró  durante los días 6 y 7 de julio de 2025, bajo el lema “Fortalecimiento de la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”, surgió la pregunta inevitable: ¿Estamos ante el fin de la hegemonía del billete verde o frente a un proyecto nacido con fecha de caducidad?

Bien, desde el punto de vista técnico en su White Paper, The UNIT es una obra maestra de la arquitectura financiera multipolar, al combinar la inmutabilidad de la blockchain con el valor intrínseco del oro, el proyecto ofrece a las naciones del Sur Global un “bote de salvamento” frente a la inflación del dólar y el uso del sistema SWIFT como herramienta sancionatoria.

¿The UNIT o el Espejismo de la Soberanía? El Pulso de los BRICS+ contra el Dólar

The UNIT no está controlado por ningún país ni banco central nacional, ni funciona como moneda de uso común, ya que es sólo un instrumento de liquidación respaldado por una canasta y anclado en garantías, diseñado específicamente para el comercio transfronterizo mayorista entre las naciones de los BRICS+.

Aunque, curiosamente se le llama “The UNIT” (La Unidad) porque busca ser un estándar neutral de comercio, similar a lo que fueron los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero funcionando de forma descentralizada y con respaldo real en materias primas. Sin embargo, lo que esta tecnología no puede resolver, son las contradicciones humanas para demostrar la unidad del bloque.

Entre ellas, el reciente desplante de Xi Jinping en la Cumbre de Brasil, organizada por su par Lula da Silva y la ausencia física de Vladímir Putin subrayan una verdad incómoda, que no es otra que el bloque carece de la cohesión necesaria para dar un golpe de Estado monetario con el que muchos sueñan.

Mientras China busca expandir su influencia, India se muestra reticente a cualquier sistema que termine por encumbrar al Yuan bajo el disfraz de una moneda multilateral, ya que India está haciendo lo posible por desplazar a China como fábrica del mundo, entre otras posiciones que tras bastidores no dan señales de un Bloque de países realmente unido.

La mayor amenaza para The UNIT no ha sido un fallo en su código, sino un simple post en redes sociales con la advertencia del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, de imponer aranceles del 100% para quienes abandonen el dólar, lo que envió una onda de choque por las capitales de los BRICS+.

Naciones como Brasil e India enfrentan un dilema existencial, porque aunque ideológicamente sus gobiernos deseen la desdolarización, económicamente sus productos, servicios y materias primas siguen ancladas al consumidor estadounidense y dependen de ese mercado para sus objetivos económicos, sociales y políticos.

Estados Unidos sigue siendo el más grande comprador de última instancia del planeta; sin el acceso a sus mercados, la “soberanía” que ofrece The UNIT podría traducirse en una recesión sin precedentes para los miembros de las naciones que conforman este bloque.

Recordemos que este bloque, fue formado en septiembre de 2006 por Brasil, Rusia, India y China (el BRIC original), celebrando su primera cumbre anual en junio de 2009. Posteriormente, Sudáfrica se unió en diciembre de 2010, creando el acrónimo BRICS.

Luego de años de discusiones e invitaciones a varias naciones, en 2024, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en miembros, junto a Indonesia que se unió en este año, de ahí la etiqueta BRICS+.

En conjunto, estos países representan aproximadamente el 36% del territorio mundial y el 48,5% de su población, datos que podrían crecer aún más, ya que hay casi, otros 20 países que han solicitado formalmente su adhesión o han sido invitados a participar como “países socios”.

Poseen una riqueza combinada en los BRICS+ que es sustancial, ya que concentra el 39% del PIB mundial (PPA), el 78,2% de la producción mundial de carbón, el 36% de la producción de gas natural y el 72% de las reservas de tierras raras.

El motor de la expansión es el deseo colectivo de un sistema internacional multipolar que no se centre en el control occidental y más específicamente en el control de Estados Unidos, sobre lo que debe ser o no, el llamado orden mundial. Pero no todo lo que brilla es oro, porque puertas adentro cada país sabe que su población piensa diferente.

De hecho, mientras los gobiernos de los BRICS+ discuten sobre canastas de monedas y reservas de oro, la población de esos mismos países está tomando una dirección contraria, totalmente alineada con la dolarización.

¿The UNIT o el Espejismo de la Soberanía? El Pulso de los BRICS+ contra el Dólar

Esto lo hacen, a través de sus ahorros en stablecoins como Tether (USD₮) y USDC (USDC), una forma del dólar estadounidense que se ha infiltrado en el tejido digital de las economías emergentes con una eficacia que los cheques de viajero de American Express nunca soñaron.

Esta “dolarización desde abajo” significa que el dólar ya no depende solo de la salud de la economía estadounidense, sino que se ha convertido en parte del sistema operativo global de Internet.

Irónicamente, esto significa que la misma infraestructura de blockchain que da vida a The UNIT, está siendo utilizada por millones de ciudadanos en el Sur Global para resguardar su riqueza en dólares digitales.

De hecho, a medida que cerramos 2025, The UNIT se perfila no como el reemplazo del dólar, sino como una infraestructura de contingencia, que será vista como la moneda del comercio de supervivencia para los países sancionados y un mecanismo de presión en la mesa de negociaciones para los demás.

El destino de The UNIT dependerá de cuánto “sufrimiento económico” estén dispuestas a tolerar las poblaciones de las autocracias del bloque en nombre del nacionalismo, porque Brasil, Rusia, India y China, necesitan a Estados Unidos para vender sus materias primas, bienes terminados, productos y servicios, más de lo que la nación de las barras y estrellas necesita de ellos.

Mientras el mundo siga deseando comerciar bienes que solo el mercado occidental puede pagar y de la manera en que lo hace, el dólar —físico o digital— seguirá siendo el rey, por diseño y por necesidad, lo que no se sabe es por cuánto tiempo, porque Bitcoin (BTC), también está allí y cada vez más toma posiciones en el TradFi global.

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