Para nadie es un secreto que a día de hoy, no hay indicios concretos de que la China continental esté dando pasos para abrir su mercado a la minería de criptomonedas o a legalizar las transacciones con ellas en el corto plazo.
Sin embargo, cada vez son más visibles las voces dentro de China, que invitan a las autoridades del partido central, a cambiar de postura basándose en varios argumentos sobre todo geopolíticos, que pueden tener un impacto en la economía de ese país en los próximos años.
Y es que, desde que ese país prohibió la minería de Bitcoin en China en 2021, marcó un antes y un después en el sector de la criptoindustria, ya que especialmente detuvo el avance del crecimiento de la industria minera de Bitcoin en el país.
Vale recordar, que China se destacaba por la innovación en la creación de equipos y tecnología más eficientes para la práctica de la minería digital, cuyo centro de innovación se trasladó a Estados Unidos, beneficiándolo por la salida de estos actores relevantes del gigante asiático.
Cada vez son más los proyectos de minería que son levantados con capital de inversión en suelo estadounidense, aprovechando la coyuntura de un mercado con proyecciones de crecimiento a mediano y largo plazo.
Para la minería, su prohibición en China incidió a la baja en la tasa de dificultad en la minería de bitcoin pero también se incrementó la inversión institucional en mercado de activos digitales al pasar el centro de innovación a un país más abierto como EEUU.
En cuanto a las transacciones con criptomonedas, China también se cerró a esta posibilidad ilegalizando el uso de criptomonedas entre sus ciudadanos. La historia de las prohibiciones chinas contra los criptoactivos comenzó en 2013, cuando el gobierno central de ese país prohibió por primera vez a las instituciones financieras realizar operaciones con bitcoin y otros activos digitales.
Su argumento fue que bitcoin era, simplemente, un “bien virtual” que no tenía estatus legal interno ni internacional como moneda. El Banco Popular de China (PBoC, «por sus siglas en inglés»), que es el banco central de ese país, aseguraba que las criptomonedas suponían un gran riesgo a los usuarios debido al anonimato y la facilidad de ocultarlas en dispositivos físicos (USB).
Debido a las críticas del PBoC, se prohibió de inmediato la utilización de criptomonedas como medio de pago en los comercios electrónicos. Al año siguiente, en pleno 2014 como alternativa fue desarrollado el yuan digital, una moneda fiduciaria virtual respaldada por el PBoC, la cual se convirtió en la primera moneda digital de banco central o CBDC del mundo, que sirve de representación digital de su moneda oficial el yuan.
Dicha CBDC, en febrero de 2022, ya se encontraba disponible en 11 ciudades de China, para que fuera usado durante los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing, el cual se usó para potenciar las compras locales de los ciudadanos de ese país y para facilitar las compras de los turistas durante el tiempo del evento.
Asimismo, en 2017 luego de algunos escándalos con estafas que afectaron directamente a miles de sus ciudadanos, las autoridades chinas ilegalizaron los lanzamientos y la inversión de las Ofertas Iniciales de Monedas (ICO, «por sus siglas en inglés»). En 2021, vetó totalmente las transacciones con criptomonedas y las ilegalizó.
Incluso, ese mismo año se prohibieron a las instituciones financieras y a los canales de pago en línea, que ofrecieran servicios relacionados con criptomonedas. Además, las plataformas de criptointercambio nacionales fueron cerradas, llegando incluso a detener a algunos de sus propietarios.
Aunque, tras esta prohibición disminuyó considerablemente el comercio de activos digitales en China, la actividad de la minería de bitcoin continuaba en pie. Pero en ese mismo año, el gobierno chino fue más allá y decidió clausurar todas las instalaciones de minería en todo el país, causando un verdadero terremoto en el ecosistema criptográfico, prohibiendo su actividad a partir de septiembre de ese año.
El argumento de las autoridades chinas esta vez, era que la minería de criptomonedas, demandaba un alto consumo energético, además de asociarla con riesgos financieros y de lavado de dinero.
Pero ahora, tras varios años en que prácticamente se han borrado las criptomonedas de la economía china luego de las prohibiciones, se puede decir que todo está comenzando a cambiar. De hecho, algunas regiones de China han mostrado interés en explorar el uso de blockchain y las criptomonedas para proyectos específicos, como el desarrollo de infraestructuras o la gestión de la cadena de suministro.
También se han realizado experimentos con la tokenización de activos y valores, algo en lo que la región Administrativa Especial (SAR, «por sus siglas en inglés») de Hong Kong, está más avanzada gracias a su carácter semi-independiente de China continental.
En ese sentido, recientemente un profesor en una entrevista divulgada por el medio hongkonés South China Morning Post, criticó la política del gobierno central, al calificar de “imprudente” la prohibición de la criptominería de China y sugirió que ese país debe abrirse a los activos digitales.
De acuerdo con el profesor Wang Yang, vicepresidente de avance institucional y profesor titular del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST, «por sus siglas en inglés»), las empresas estatales podrían haber adquirido acciones de empresas de criptominería para controlar riesgos como las salidas de capital y el lavado de dinero.
Además, Wang, cuestionó la lógica de la prohibición de la minería de criptomonedas en China, sugiriendo que el gobierno debería adoptar activos virtuales en medio de riesgos geopolíticos actuales.
Y es que Wang afirmó que en caso que el expresidente estadounidense Donald J. Trump retome el cargo al frente de la Casa Blanca, China podría ser eliminada del sistema de mensajería financiera Swift o al menos enfrentar restricciones en medio de la disputa comercial y política entre ambos países.
Por ello, el profesor Wang dijo que la prohibición china fue “muy imprudente”, ya que llevó a las empresas relacionadas a esta actividad hacia los Estados Unidos, contribuyendo de esta forma a aumentar los ingresos fiscales estadounidenses, en detrimento de China.
Las declaraciones ofrecidas por este profesor, durante una mesa redonda en Hong Kong, hace unos días atrás, en un evento organizado por la firma de activos virtuales de Hong Kong HashKey Exchange.
Tal y como lo resalta el medio hongkonés, el profesor Wang ha sido el último de una serie de personas en China, en cuestionar la postura hostil del gigante asiático hacia las criptomonedas, en un doble rasero en el cual por un lado reprimen la criptoindustria en el continente pero por el otro apoyan los esfuerzos de Hong Kong para desarrollar el sector.
De allí que, este enfoque restrictivo está pasando factura a Hong Kong que pretende convertirse en un atractivo centro para los criptoactivos en Asia pero ha visto cómo algunos criptointercambios han retirado sus solicitudes de licencia en esa SAR.
En cualquier caso, algunos en la criptoindustria están a la espera que la postura de Beijing cambie con respecto a su prohibición terminante sobre los activos digitales para regresar de nuevo al enorme mercado chino.