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Tokenización: el futuro de la inversión inmobiliaria

Por Daniel Bravo Consultor legal cripto en Vicox Legal

La tecnología no solamente hace nuestra vida más cómoda y rápida, sino que, aplicada de forma inteligente, democratiza inversiones. Invertir en criptomonedas es sencillo: no es necesario un capital inicial elevado, simplemente abrir una cuenta en un exchange, y operar. Normalmente, con tener 15 euros, podemos empezar.

Tradicionalmente, las inversiones no han funcionado así. Para montar una empresa, acceder a fondos de inversión, o comprar propiedades, el capital necesario era tan elevado que se reservaba para unos pocos. 

En el presente artículo vamos a hablar sobre la tokenización inmobiliaria, y cómo, actualmente, es posible invertir en bienes inmuebles sin tener cientos de miles de euros, o sin querer comprometerse con préstamos bancarios. 

Sobre todo en el año 2021, donde los NFTs fueron los claros protagonistas en el mundo de la inversión, empezamos a escuchar aquello de los tokens. Estos activos digitales pueden representar una propiedad, un bien, un derecho, un voto, etc. Es a esto, precisamente, a lo que nos referimos, cuando hablamos de que en una comunidad, por ejemplo, una DAO, los participantes en la misma se ponen de acuerdo por medio de tokens. Estos tokens son representaciones digitales de algo. 

¿Qué es ese algo? Como hemos dicho, en una DAO puede ser un voto. Poseer tokens de una empresa puede darte ciertos derechos, que no tienen por qué ser votos en la toma de decisiones de la empresa, pero sí, por poner un ejemplo, un descuento en sus productos.

Lo curioso de esta tecnología es que nos ayuda a la supervivencia de los proyectos, pasando de la iliquidez, a la liquidez. Si yo necesito liquidez para mi negocio, puedo emitir un token que representa algo, lo que imaginemos. ese algo será aquello que resulte beneficioso para el consumidor del token. esta persona comprará el token para beneficiarse de ello, y yo haré partícipe en mi empresa a esa persona, a cambio de una cantidad de dinero. Esta podrá ser invertida en lo que se nos ocurra para mejorar nuestro negocio.

Pues bien, ¿y si dijéramos que podemos tokenizar una casa? Piénsese en todas aquellas personas que, por apuros económicos, se ven forzadas a vender una propiedad, que, además, vale más que el dinero que necesitan para saldar una deuda. esto les puede llevar a malvender su propiedad. numerosos inversores inmobiliarios tienen por dedicación buscar estas oportunidades en los mercados, encontrar vendedores que quieren desprenderse de una vivienda muy por debajo de su valor.

Tokenizar algo significa dividirlo en tokens. Una persona que divide su casa en tokens, es una persona que posee diferentes tokens los cuales representan un tanto por ciento del total de la vivienda. Una persona podría vender parte de los tokens asociados a su vivienda, en vez de toda la vivienda, de manera que, en un momento de apuro económico, no se ve abocada a desprenderse de ella, malvendiendo la misma.

La tokenización inmobiliaria es también interesante para los fondos de inversión inmobiliarios. Estos tienen una cartera muy grande de viviendas que gestionar, con muchos inversores en distintas proporciones. Esta tecnología, unida a la posibilidad que otorga la blockchain de registrar las transacciones de forma transparente, eficiente y ahorrando intermediarios, hace mucho más fácil la gestión de la misma.

La tokenización inmobiliaria democratiza la inversión en bienes raíces.

Por tanto, ayuda tanto a los grandes inversores, porque hace más sencilla la gestión de la cartera de viviendas, y democratiza las inversiones inmobiliarias, porque ayuda a cualquier persona a acceder a una vivienda, o a tokenizar una vivienda que ya se tenga, para hacer que su dinero “trabaje” para usted.

Hasta este punto, hemos hablado sucintamente de las posibilidades de la tokenización, pero no se entiende el mercado inmobiliario en nuestro país sin hacer referencia al Registro de la Propiedad. Esta institución, creada en el siglo XIX para salvaguardar la seguridad jurídica en el tráfico del mercado inmobiliario, centraliza y controla el destino de los inmuebles en nuestro país.

Antiguamente, esto tenía mucho sentido, y era necesario, ya que no había forma de saber si una propiedad estaba sometida a cargas, más que por los testigos que pudiera haber en una compraventa, que normalmente solía ser un vecino. Más allá de eso, el pacto entre partes llegaba donde llegaba la confianza que ambas partes tenían con la otra.

El Registro de la Propiedad solventaba esta problemática, pero actualmente, la tecnología nos ayuda a ahorrarnos este, a veces incómodo, intermediario. Y costoso. Y lento. La tecnología blockchain tiene diversas aplicaciones, y ésta es una de ellas.

Hemos de tener en cuenta que, actualmente, no es posible como tal tokenizar una vivienda y que una persona, por poseer dicho token, sea automáticamente propietaria de la parte que le corresponda, en función de las unidades de tokens que posea. Lo que sucede es que esta persona suscribe un contrato privado con el propietario de la vivienda, pero el dueño de la vivienda será el emisor del token. Así aparecerá estipulado en el Registro.

Actualmente, existen muchos proyectos a nivel mundial para digitalizar el Registro de la Propiedad. Entendemos que llevar a cabo esto podría hacer más popular este tipo de inversiones, actualmente desconocidas para mucha gente. Ghana, que nunca tuvo un Registro como tal, está trabajando en crear el suyo, y, directamente, hacerlo digitalizado. Suecia, sin irnos más lejos, tiene su administración de la propiedad totalmente digitalizada desde hace muchos años, lo que ha facilitado mucho la gestión de las propiedades.

Asimismo, podemos poner los ejemplos de Japón, Reino Unido, Dubái… El caso de Japón es curioso, porque dicha tecnología está siendo utilizada también para detectar las viviendas que no tienen uso, y poder encontrarles una utilidad en el mercado. Es una forma de solucionar, también, el problema de la vivienda, que en localidades con una densidad de población elevada puede ser fundamental.

Por último, destacar que las bondades de este sistema residen en que accedemos a un mercado mundial: yo podría comprar un token de una vivienda en otro país. La advertencia a realizar en este punto es el hecho de la desprotección que sufriríamos como consumidores si nos lanzamos a un mercado mundial, fuera de las fronteras de la UE, donde los consumidores estamos protegidos. Es importante analizar la jurisdicción en la que se encuentra la vivienda en la que deseamos invertir.

El futuro está a la vuelta de la esquina, y ya tenemos experiencia de que se ha llevado a cabo esto. Por mi parte, considero que en el futuro será una realidad, algo común. 

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