Uno de los episodios más controvertidos de la historia de las criptomonedas ha llegado a su etapa conclusiva, cuando el pasado jueves, el que una vez fue conocido como el gurú de las cripto, Sam Bankman-Fried, alias “SBF” de 32 años, fundador y ex CEO del criptointercambio FTX, sentado en el estrado escuchó al juez sentenciarlo a cumplir 25 años de cárcel.
Bankman-Fried, que fue condenado por siete delitos entre ellos fraude y lavado de activos, deberá cumplir la pena en una prisión federal de Estados Unidos y además, devolver más de 11.000 millones de dólares que fueron dilapidados por sus malos manejos al frente del criptointercambio FTX y la firma de comercio cuantitativo, Alameda Research.
El juez Lewis Kaplan, leyó la sentencia contra Bankman-Fried, que había sido declarado culpable por un jurado de Nueva York, en noviembre del año pasado tras un juicio que duró cinco semanas, en donde se comprobó su responsabilidad en los siete delitos de fraude y blanqueo de dinero que se le imputaban.
En medio de la audiencia donde escuchó su sentencia, SBF se dirigió directamente al tribunal para decir que “lamenta” lo que sucedió cuando estaba al frente de las decisiones de FTX y Alameda Research. Además, señaló que sin duda había cosas que “debería haber hecho y cosas que no” al reconocer su papel en la quiebra del criptointercambio.
Asimismo, Bankman-Fried admitió que cómo CEO de FTX, tomó “una serie de malas decisiones” que perjudicaron a la empresa, aunque al final elogió a sus antiguos socios comerciales, como el cofundador Gary Wang y su ex pareja sentimental Caroline Ellison, quienes testificaron contra él, señalando que juntos, “construyeron algo hermoso”.
A pesar de su condena de un cuarto de siglo, muchos abogados y analistas coinciden en que no era lo que se esperaba ya que, Bankman-Fried, enfrentaba una pena máxima de más de 100 años de acuerdo al pedido inicial de la fiscalía, que luego fue rebajado a un período de entre 40 y 50 años por ser la primera vez que cometía delitos.
Sin embargo, la sentencia contra SBF fue mayor que lo que pidieron los abogados de la defensa que plantearon una pena de entre 5 años y tres meses a máximo 6 años y medio, ya que estos aseguraron durante el juicio, que el ex CEO de FTX, nunca tuvo intenciones de tomar el dinero de los usuarios de la plataforma y que además, desea devolverles a los afectados el dinero defraudado.
Igualmente, durante el juicio los abogados de SBF, habían hecho lo posible por presentarlo como un inexperto empresario con una excesiva carga de trabajo, que fue víctima de errores de juicio de sus socios y empleados, lo cual aunado al hecho de que también padece un trastorno del espectro autista, lo convertía en una persona “vulnerable dentro de la población reclusa”, lo que no ameritaba que cumpliera una larga condena que lo pusiera en peligro en la cárcel.
Recordando la historia de Bankman-Fried, este llegó al ecosistema de las criptomonedas, tras trabajar en Jane Street Capital, una firma de “prop trading” (Proprietary trading), comercializando ETF internacionales, de donde tomó el gusto por el comercio de activos.
Posteriormente, después de haberse enrolado por poco menos de un par de meses como director de desarrollo del Centro para el Altruismo Efectivo en Berkeley, California, decidió fundar Alameda Research, en 2017.
Bankman-Fried, tras estudiar y conocer a Bitcoin (BTC) y las altcoins, vio una oportunidad de negocios en Japón con criptomonedas y para ello, a inicios de 2018, logró mover unos 25 millones de dólares por día, para aprovechar el precio más alto de BTC en Japón en comparación con Estados Unidos, comenzando a partir de allí su interés por el trading de criptoactivos.
Esto lo llevó a asistir a una conferencia sobre criptomonedas en Macao, China, a finales de 2018, y en ese momento mudó las operaciones de Alameda Research a Hong Kong y más tarde decidió fundar un intercambio de derivados de criptomonedas, FTX en abril de 2019, el cual en apenas año y medio se convirtió en la segunda plataforma de criptointercambio más grande del mundo.
A partir de allí todo es historia, FTX fue cobrando cada vez mayor relevancia dentro de la industria al aumentar sus volúmenes de negociación diarios, por lo que cuando llegó la pandemia, la fiebre por el trading de criptoactivos, hizo el resto para ayudar a subir al criptointercambio como la espuma.
Como se recordará, el comercio de criptomonedas se incrementó gracias al exceso de dinero que había en las calles por las ayudas de los gobiernos, con intereses cercanos a cero y mucho tiempo libre para comprar derivados de criptoactivos apalancados en FTX con la ayuda de Alameda Research.
Por razones obvias, el poder de Bankman-Fried comenzó a crecer de forma imparable y para mayo de 2022, otra empresa de su propiedad, Emergent Fidelity Technologies Ltd., ya había comprado el 7,6 % de las acciones de Robinhood Markets Inc. en la bolsa.
Su fama creció como la espuma, en el transcurso de unos pocos años hasta llegar a convertirse en uno de los multimillonarios más jóvenes de la historia. De hecho su caso fue muy particular, porque hizo su enorme fortuna personal valorada en más de 26.500.000.000 de dólares según Forbes, gracias a fuerza de establecer una gran ingeniería en los procesos de trading con derivados de criptoactivos.
No obstante, detrás de esa fachada de éxito súbito, Bankman-Fried también escondía manejos inescrupulosos de los depósitos de los clientes de FTX, los cuales utilizó sin su consentimiento para realizar toda clase de transacciones de alto riesgo en su fondo de cobertura, Alameda Research, pero también para la adquisición de bienes suntuosos y llevar una vida de lujos.
Bankman-Fried, utilizó los fondos para financiar apuestas de riesgo, préstamos personales, amortización de deudas de otras empresas del grupo, para llevar una vida fastuosa en las Bahamas e incluso para realizar donaciones políticas para aumentar su influencia.
Durante el juicio que se llevó a cabo a finales del año pasado, los socios de Bankman-Fried declararon al jurado, poniendo en evidencia la forma de actuar del entonces CEO de FTX con los fondos de los usuarios del criptointercambio.
Quedó claro para todos, cómo SBF utilizó varios miles de millones de dólares de los depósitos de los usuarios de la plataforma FTX a su total discreción. El jurado, determinó que el dinero de los usuarios desapareció porque Bankman-Fried llevó a cabo con la ayuda de sus socios, un elaborado esquema de fraude que borró miles de millones de dólares de las cuentas de los usuarios de FTX.
Este dinero fue a parar a la firma Alameda Research, que para mediados de 2022 ya se había convertido en un pozo sin fondo y que al final arrastró todo el imperio de Bankman-Fried implosionando hasta generar la insolvencia, cuando no pudo hacer frente a las solicitudes de retiro de miles de clientes que temían lo peor con sus fondos.
Ello ocasionó, que en el momento en que FTX se declaró en quiebra en 2022, los cálculos iniciales resultaban en un monto faltante de aproximadamente entre 8.000 y 9.000 millones de dólares de los fondos de los usuarios de la criptoplataforma.
A pesar de esto, los liquidadores de FTX han afirmado que esperan que con lo recuperado y lo que está pendiente se pueda reembolsar a los clientes “en su totalidad”, por lo que posiblemente no habría pérdidas en este caso. De hecho, informaron que se han recuperado hasta el momento unos 6.400 millones de dólares en efectivo.
Esta sentencia ha cerrado uno de los capítulos más oscuros de la historia de las criptomonedas y dejará una huella clara para futuros criptoempresarios que no respeten la confianza de los usuarios de sus plataformas o servicios criptográficos.