Actualmente, el futuro de las criptomonedas parece indeterminado y difícilmente previsible, a la luz de las amenazas y retos que enfrenta. Aunque su potencial disruptivo ha cambiado radicalmente al sector financiero tradicional e incluso la innovación financiera del Fintech, tuvo su origen en las criptomonedas, los reguladores están determinados a pasar factura a las criptoempresas que brillan en ese ecosistema.
Y es que la semana pasada, la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC, «por sus siglas en inglés»), advirtió que se tomarán más medidas coercitivas contra el sector de las criptomonedas en los próximos 6 a 24 meses. Una advertencia que llega en momentos en que los inversores han demostrado su creciente el interés en el criptomercado.
Rostin Behnam, presidente de la CFTC, quien durante la 27ª Conferencia Global Anual del Milken Institute, lanzó esta advertencia diciendo que debido al aumento del precio de las criptomonedas y la entrada de nuevos inversores minoristas sin experiencia al criptomercado, se generará otro ciclo lleno de estafas y fraudes.
Y por supuesto, cuando el interés de los inversores minoristas y el valor del mercado de criptomonedas aumentan, también aumentan las acciones de aplicación de la ley, señaló Behnam, que además, dijo: “Probablemente veremos en los próximos 6 a 18 meses, o 6 a 24 meses, otro ciclo de acciones coercitivas debido a este ciclo de revalorización de los activos e interés de los inversores minoristas”.
Debido que no se ha creado en Estados Unidos, un marco jurídico válido que regule a los proveedores de servicios de criptomonedas, Behnam cree que lo oportuno es que los organismos de control tomen medidas para regular estas criptoempresas.
“Sin un marco regulatorio, sin esa transparencia, sin esas herramientas que normalmente utilizamos como reguladores, se seguirá viendo este fraude y manipulación”, expresó el presidente de la CFTC.
Sus declaraciones no pasaron desapercibidas dentro del ecosistema, por lo que ahora todos los actores sienten que los reguladores van por un nuevo ciclo de persecución contra las empresas prestadoras de servicios criptográficos.
De hecho, coincidencialmente sus palabras de advertencia resonaron en el ecosistema al mismo tiempo que las noticias del Aviso de Wells de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, «por sus siglas en inglés»), contra Robinhood Markets, Inc.
El Aviso de Wells de la SEC a Robinhood, le advierte sobre la posible violación de las leyes federales de valores relacionada con el servicio de criptomonedas que realiza su unidad Robinhood Crypto, LLC., por lo que la empresa está esperando en cualquier momento, una acción de cumplimiento por parte del regulador de los mercados en su contra.
Igualmente, esta semana que recién ha terminado, la SEC presentó ante el Tribunal de Distrito de EEUU para el Distrito Sur de Nueva York, una moción para certificar la apelación en contra de Coinbase, en el juicio que le interpuso al criptointercambio.
En esta moción es para oponerse a la solicitud de Coinbase de solicitar una apelación interlocutoria relativa a una “cuestión de control” en el juicio en curso. Según los abogados de la SEC, el criptointercambio, estaría tratando de manipular la interpretación de la cuestión en sí misma.
De acuerdo a lo señalado por la SEC, “Coinbase busca el alivio excepcional de la revisión interlocutoria de la Orden del 27 de marzo de 2024, argumentando que este Tribunal aplicó incorrectamente SEC v. W.J. Howey Co., 328 U.S. 293 (1946)”.
De igual modo, la SEC en su moción para certificar la apelación, señaló que “los intentos de Coinbase de manipular la cuestión de apelación para meterla con calzador en una cuestión certificable en virtud del 28 U.S.C. § 1292(b) son contraproducentes”.
Además, señala que a priori, pareciera que las intenciones de Coinbase son intentar certificar si Howey requiere “obligaciones para el comprador más allá del punto de venta”. Y agrega que “…Una inspección más detallada revela que la Moción vacila continuamente entre esa y otras preguntas para la certificación, como «cómo se aplica Howey a las transacciones [de activos digitales]» en general”.
De allí que la SEC, señala que “independientemente de la versión de la pregunta de certificación que proponga Coinbase, la moción debe ser denegada”, ya que “los intentos de Coinbase de manipular la pregunta de apelación para convertirla en una pregunta certificable según 28 U.S.C. § 1292(b) son contraproducentes”.
“Las partes no pueden fabricar una cuestión certificable desechando y luego rescatando las cuestiones en cuestión en el orden original”, indica que la SEC. Asimismo, señala que la petición de Coinbase, “no presenta un caso con el que la Orden entre en conflicto. Por lo tanto, no puede haber ninguna duda—y mucho menos una duda sustancial—de que la Orden era correcta y no cumple con los estándares para la revisión interlocutoria”.
Para la SEC, “la pregunta propuesta por Coinbase (“si puede existir un contrato de inversión sin ninguna obligación posterior a la venta”) en particular, no cumple con cada uno de los factores de la Sección 1292(b). Coinbase sigue siendo incapaz de presentar una versión única y coherente de esta teoría, que ahora, según afirma, presenta una cuestión de control”.
Y afirma que “…está claro que a Coinbase no le gusta Howey y el marco actual para la regulación de valores, ya que ha decidido organizar sus asuntos comerciales de manera que pueda resultar costoso cumplir con la ley existente”. Vale recordar que la prueba Howey en las leyes de Estados Unidos, es una norma de la Comisión que sirve para determinar “qué es y no es un valor”.
En consecuencia la SEC dice que el deseo de Coinbase, “de reescribir un precedente legal establecido con décadas de antigüedad para adaptarlo a sus propios objetivos políticos y necesidades comerciales, no proporciona ninguna razón de peso para certificar prematuramente una apelación en este caso”.
Estas determinaciones de la SEC, en su moción para certificar la apelación, demuestran que el regulador no está dispuesto a brindar mayor claridad legal a Coinbase ni al resto de actores del ecosistema criptográfico.
Esto ha servido para que varios actores relevantes en el sector, consideren que los reguladores estadounidenses como la CFTC y la SEC están generando miedo, en una actitud que amenaza la innovación financiera, con las acciones de cumplimiento especialmente diseñadas para atacar a ciertas criptoempresas que a su vez envían un mensaje a todo el ecosistema.
Es probable que este año y el próximo recrudezcan las acciones de cumplimiento contra las empresas y esto haga que el mercado de los criptoactivos tenga un cambio, que no se sabrá si es positivo o no con certeza hasta llegado ese momento.