Hoy, día 15 de septiembre de 2022, ethereum ha pasado a una nueva fase, que ha dado en llamarse “The Merge”, o “La Fusión” en inglés. Este evento ha sido de los más esperados en el mundo de los criptoactivos, ya que, por un lado, afecta a la segunda criptomoneda con mayor capitalización de mercado, y porque, por otro lado, lleva consigo varios objetivos que en el presente artículo analizaremos, sobre todo a nivel de sostenibilidad.
Como ya sabemos, se ha venido criticando ampliamente desde muchos sectores, sobre todo los ajenos al ecosistema cripto, la contaminación y el alto coste en electricidad que conllevaba la minería de las criptomonedas. Esto, al mismo tiempo, radicaba en una baja escalabilidad.
Entiendo que la mayor parte de lectores estarán familiarizados con estos términos, pero para los nuevos, una baja escalabilidad significa que la red que ha de llevar a cabo dichas transacciones no tiene capacidad suficiente para formalizar las que se pretenden hacer en un determinado momento, de forma que la red “colapsa” y cada transacción no solo se realiza de manera más lenta, sino que además tiene costes, o “fees”, más elevados.
Pues bien, The Merge ha supuesto la fusión de la mainnet, o red principal, de Ethereum con Beacon Chain. Beacon Chain es una nueva cadena de bloques que implementa el Proof of Stake, a diferencia de la mainnet de Ethereum, que contaba con el mecanismo de prueba de trabajo, o Proof of Work. La idea, por tanto, era pasar de Proof of Work (PoW) a Proof of Stake (PoS).
Beacon Chain, cuyos primeros pasos comenzaron a darse el 1 de diciembre de 2020, fue una de las blockchains lanzadas en la red de Ethereum con el objetivo de acelerar la adopción de la blockchain en las empresas de forma segura y escalable.
A estas alturas te preguntarás cómo funciona exactamente Beacon Chain, y qué es lo que aporta que hace a esta cadena tan especial. Vamos a verlo.
Beacon Chain se encarga de escanear, validar, recoger y reunir recompensas para los validadores que realizan correctamente su trabajo, disminuyendo recompensas para aquellos usuarios off-line. Su función es administrar el protocolo PoS y las cadenas de fragmentos de Eth2.
A través de la Beacon Chain se organizan a los validadores en comités donde votan por los bloques propuestos, aplicando las reglas del consenso y aplicando las recompensas y sanciones necesarias a los mismos validadores. Beacon Chain, en definitiva, puede hacer muchas cosas, pero no ejecutar smart contracts.
La fusión, en definitiva, ha consistido en unir la capa de consenso (Beacon Chain) con la capa de ejecución (Mainnet). De esta manera es como se ha conseguido pasar del PoW al PoS. Esto trae algunos beneficios que brevemente comentaremos.
Para empezar, PoW necesita recursos externos, como hardwares de minería, para completar los procesos. En PoS no es necesario, motivo por el cual se dice que desaparecerá la minería. Posteriormente haremos hincapié en este punto.
A través de PoW, los mineros resuelven problemas matemáticos gracias a potentes equipos informáticos, por los que obtienen una recompensa. Una vez que lo han hecho, envían un mensaje a los otros ordenadores de la comunidad para su verificación. Sin embargo, esto conlleva que se emplee una gran cantidad de recursos, como la energía eléctrica. Esto va en contra de la idea de descentralización de las criptomonedas, pudiendo poner en riesgo el sistema. Como por ejemplo que una única persona tuviera más de la mitad de la potencia computacional de la red. Además, esto es lo que hace que se critique este sistema por ser poco sostenible, y, por tanto, contaminante.
Por contra, la validación de las transacciones es bien diferente en PoS, donde los cálculos criptográficos son más sencillos de resolver. Solo se necesita demostrar que un minero posee un cierto porcentaje de todas las criptomonedas disponibles de una determinada moneda. Por ejemplo, si alguien posee el 2% de todos los Ether, podrá extraer el 2% de todas las transacciones en Ethereum, lo que fomentaría una mayor participación de la comunidad.
Entonces, en lugar de minar, ahora el consenso se basa en apilar ether en la red más participación en ese consenso. Con el ‘staking’ ya no se validan transacciones al resolver esos puzzles matemáticos: en lugar de eso los usuarios validan transacciones de acuerdo al número de criptodivisas que tienen en el sistema, en base a su ‘participación’ (stake).
Esto no hace que PoS sea totalmente mejor que PoW; como todo, tiene sus ventajas y desventajas. PoW ha demostrado ser eficiente y segura, pero no sostenible, dado que el coste energético es alto, además de necesitar una alta inversión en hardware y otros recursos.
PoS, por su parte, ha demostrado sí ser sostenible, en cambio, dado que no necesita para llevarse a cabo esa inversión en equipos informáticos que sí necesita PoW, pero el algoritmo de PoS no es tan competitivo como el de PoW.
Por último, en Proof of Work se beneficia a los mineros con mayor capital y tiempo de inversión. En Proof of Stake es diferente, ya que la rentabilidad obtenida va en función del dinero invertido.
La Fundación Ethereum estima que con ello se reducirá el uso de energía para el minado de ether en un 99,95%. En un momento de apuesta por la transición verde, desde el Banco Central Europeo habían llegado a apuntar que el minado de bitcoin y ether “anula los ahorros de emisiones de gases de efecto invernadero pasados y el objetivo para la mayoría de los países de la zona del euro”.
Esta noticia llega también en un contexto en que, meses después de que los criptoactivos se vieran penalizados por el alza de las rentabilidades de la deuda ante la subida de los tipos de interés, desde junio el ether se revaloriza un 77% y se sitúa sobre los 1.500 dólares.
Otra consecuencia directa de esta innovación está en las tarjetas gráficas, las cuales ya no servirán a los mineros, que las tenían que utilizar para su trabajo. Esto provocará un descenso en su demanda, y por tanto, una bajada del precio de las mismas. Los gamers podrán actualizar sus equipos sin tener que pagar un sobrecoste.
De todas maneras, para Vitalik Buterin, esta transición solo está completa al 40%. Quedan por completarse más fases que resolverán más problemas, como por ejemplo poder procesar más transacciones, y que dichas transacciones tengan costes más reducidos.