El pasado miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió de forma unánime una nueva subida de tipos en 25 puntos básicos de la tasa de fondos federales, llevando esta tasa de referencia del banco central a un rango objetivo de entre 5% y 5,25%, el nivel más alto desde 2007.
Los tipos en Estados Unidos, que se encontraban cerca de 0 a principios del año pasado, ahora están cada vez más cerca de cerrar el 2023 alrededor del 6%, en medio de los pronósticos de que la Fed, podría continuar su campaña de endurecimiento monetario, la más agresiva desde la década de 1980 en el siglo pasado.
Esta política que inició con un veloz endurecimiento de las tasas el año pasado, ha buscado detener y mitigar la inflación en EEUU, pero ha derivado en consecuencias negativas reales como baja capacidad de ahorro, costo de vida más caro y por supuesto, presiones en el sistema financiero de ese país, que a la fecha lleva 4 quiebras bancarias, las más grandes desde 2008.
Como se recordará en marzo, cerró sus puertas por inviabilidad financiera el Silvergate Bank, al que luego le sucedió la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) de California junto a la intervención del Signature Bank de Nueva York, los cuales colapsaron tras enormes salidas de depósitos.
Pero la semana pasada, el último de estos colapsos financieros, finalizó con la compra del First Republic Bank, por parte del gigante multinacional estadounidense de servicios financieros JPMorgan Chase & Co., el pasado lunes.
Federal Open Market Committee statement: https://t.co/Ck8A8mYNmW
— Federal Reserve (@federalreserve) May 3, 2023
Según la declaración del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, «por sus siglas en inglés») “La actividad económica se expandió a un ritmo moderado en el primer trimestre. La creación de puestos de trabajo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación sigue elevada”.
Asimismo, el FOMC, indicó en su declaración, que a pesar de las actuales circunstancias, el sistema bancario estadounidense “es sólido y resistente”. Sin embargo, reconoce que “es probable que las condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas pesen sobre la actividad económica, la contratación y la inflación”.
Y es que, el FOMC considera que para garantizar que la inflación siga desacelerándose, indudablemente se generarán costos para el mercado laboral (algo que ha venido siendo criticado desde el Congreso porque los últimos datos sugieren que la fuerza del mercado laboral está siendo debilitada), además de exponer al sistema bancario a mayores tensiones.
De hecho, este martes la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, «por sus siglas en inglés») del Departamento de Trabajo (DOL, «por sus siglas en inglés») publicó en un informe la caída en las ofertas de empleo mientras aumentaron los despidos en el mes de marzo, en una clara señal de que el mercado laboral finalmente está comenzando a sentir el impacto del endurecimiento monetario impuesto por la Fed.
Es preciso recordar, que Washington se encuentra en vísperas de la campaña para las elecciones presidenciales de 2024, y este impacto ocasionado por el aumento del desempleo puede tener consecuencias para los demócratas.
Con este escenario cerca, un grupo de senadores estadounidenses de la tolda demócrata liderados por Elizabeth Warren y Bernie Sanders, dirigieron una carta pública al presidente de la Fed, Jerome Powell, solicitando que cese las subidas de tipos.
No obstante, el FOMC todavía considera que “el alcance de estos efectos continúa siendo incierto”, pues no pueden anticipar ni medir con certeza los resultados de esta nueva subida de tipos en la economía, aunque el Comité señaló que “permanece muy atento a los riesgos de inflación”.
Hasta ahora, el FOMC sigue determinado en bajar la inflación a una tasa del 2% anualizada a largo plazo, mientras con su política monetaria logra el máximo empleo, por lo que “seguirá de cerca la información entrante y evaluará las implicaciones para la política monetaria”.
No obstante, el FOMC dijo que deberá determinar hasta qué punto puede ser apropiado un mayor endurecimiento para alcanzar el objetivo, mientras considera el endurecimiento acumulativo de la política monetaria y los rezagos de esta, que afectan la actividad económica y la inflación, así como el desarrollo de otros factores económicos y financieros.

Para ello, “El comité monitoreará de cerca la información que venga y evaluará sus implicaciones para la política monetaria”, aunque esta vez, no repitió la misma frase lapidaria de su declaración de marzo, en la cual advertía que anticipaba “que un endurecimiento adicional sería apropiado”, por lo que es probable que esta sea la última subida por un breve periodo.
Las reacciones en los mercados bursátiles no se hicieron esperar, ya que al final de la jornada, el S&P 500 borró una subida que se acercaba al 1% en medio de las expectativas del discurso de Powell.
De allí que, en Wall Street al cierre de los mercados se registraron pérdidas. El S&P 500 tuvo una caída del -0,70%, mientras que el Nasdaq Composite retrocedió un -0,46% y el Dow Jones Industrial perdió un -0,80%.
La caída de los mercados, no es más que el efecto en el sentimiento de los inversores ante el discurso de Powell, que dejó abierta la posibilidad para un mayor endurecimiento de la política monetaria en el futuro, lo cual dependerá de los datos que sean recabados.
El presidente de la Fed, dijo que en virtud de la restricción de la política monetaria que ha impuesto el FOMC, las futuras acciones de política de la Fed, dependerán de cómo se desarrollen los acontecimientos, pero están “preparados para hacer más si se justifica una mayor moderación de la política monetaria” y rechazó firmemente las expectativas del mercado de que la Fed recortará las tasas a fin de año.
Powell enfatizó, que seguían “comprometidos a reducir la inflación” a la meta del 2%, manteniendo bien ancladas las expectativas de la reducción de la inflación a largo plazo. Aunque advirtió, que “es probable que la economía enfrente más vientos en contra debido a condiciones crediticias más estrictas”.
Asimismo, Powell aclaró que las condiciones bancarias se encontraban mejorando ampliamente desde que comenzó el mes de marzo, pero que las tensiones en el sector “parecen estar dando lugar a condiciones de crédito aún más estrictas para los hogares y las empresas”, tras un endurecimiento del crédito durante el año pasado.
Sin embargo, queda la sombra de la duda sobre el sistema financiero estadounidense, el cual está siendo presionado por las subidas de tipos de la Fed. De hecho, este martes, las acciones de otros bancos regionales de pequeño y mediano tamaño, se desplomaron en medio de la incertidumbre sobre la estabilidad de la banca.
Estos incidentes, sin lugar a dudas, se pueden convertir en un problema para los responsables de formular políticas en el FOMC, ya que deberán determinar a tiempo y en forma prudencial, hasta cuándo podrán mantener las tasas de interés en niveles elevados.
Quedará por ver en las próximas semanas, cómo toma el mercado laboral esta nueva subida de tipos, así como también, como se observan los impagos del sector hipotecario con esta nueva subida de tasas.