Este jueves, el Fondo Monetario Internacional (FMI), publicó un informe donde detalló que las experiencias de los países de América Latina y el Caribe (LAC) con la adopción del dinero digital, ha dejado lecciones valiosas para el resto del mundo.
Asimismo, el FMI en su informe concluye que “Si bien algunos países han prohibido por completo los criptoactivos debido a sus riesgos, este enfoque puede no ser efectivo a largo plazo”. Y por lo tanto, invita a los países de la región a “centrarse en abordar los impulsores de la demanda de criptomonedas, incluidas las necesidades de pago digital no satisfechas de los ciudadanos”.
Esto fue dicho, en referencia a países como Argentina y República Dominicana, que decidieron prohibir el uso de criptoactivos en sus economías, debido a las crecientes preocupaciones sobre su impacto en la estabilidad financiera de sus países, la posible sustitución de moneda y activos, pero también la evasión de impuestos, corrupción y lavado de dinero.
En dicho informe, una vez más el FMI se decanta por impulsar la implementación y uso de las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), que a juicio de ese organismo, “si están bien diseñadas, podrían reducir los costos de las remesas y mejorar la inclusión financiera”.
Pero del mismo modo advierte que “para que los criptoactivos sigan siendo parte segura del sistema de pago, deben ser regulados”, en referencia a que en algunos países de la región LAC, ya está permitido aceptar pagos con criptoactivos en sus comercios.
Para el organismo multilateral internacional, los países de la región LAC están a la vanguardia del dinero digital, con El Salvador a la cabeza luego de otorgar el estatus de moneda de curso legal a bitcoin (BTC) declarado por una ley como un instrumento de pago válido para liquidar transacciones y obligaciones financieras, lo que todavía no ha logrado masificar su uso en ese país.
De acuerdo al informe del FMI, lo que ha resultado en la práctica en El Salvador con la adopción del BTC como moneda de curso legal, “sugiere que existen riesgos al adoptar criptoactivos sin respaldo, aquellos que dependen de la oferta y la demanda en lugar de cualquier activo por valor y que están sujetos a una volatilidad de precios significativa”, a pesar de contar con el apoyo explícito del gobierno.
Según este informe, “una encuesta nacional de 2022 sugiere que Bitcoin todavía no es un medio de intercambio ampliamente aceptado en El Salvador, a pesar de su estatus de moneda de curso legal y los importantes incentivos gubernamentales”.
Sin embargo, aunque la experiencia de El Salvador ha sido importante, otros países de la región LAC, han logrado importantes avances en la introducción de las CBDC en sus economías “para mejorar la inclusión financiera y la resiliencia de los sistemas de pago o reducir los costos de las remesas transfronterizas”.
Este es el caso de las Bahamas, el país integrado por un archipiélago de pequeñas Islas caribeñas, que como indica el informe del FMI, “fueron pioneras en la introducción de una CBDC con el Sand Dollar en 2020”, por lo que la Unión Monetaria del Caribe Oriental (UMCO) y Jamaica decidieron seguir su modelo de CBDC.
De hecho, de acuerdo al FMI “los bancos centrales de la UMCO y las Bahamas han emitido sus propias CBDC para impulsar la inclusión financiera de las comunidades en islas remotas y fortalecer la resiliencia del sistema de pagos ante desastres naturales y pandemias”.
Sin embargo, como experiencia que debe mejorar según el organismo multilateral en la UMCO y las Bahamas, además de “una aceptación lenta y las interrupciones en el acceso a las CBDC en estos países”, ha quedado demostrada “la importancia de invertir en la conciencia pública y en una infraestructura sólida para promover la adopción de las CBDC”.
Por su parte, el “proyecto CBDC de Brasil también se encuentra en la etapa avanzada de prueba de concepto y busca mejorar la «tokenización de activos» convirtiendo activos, como bienes raíces, acciones y productos básicos, en representaciones digitales para facilitar su transferencia y aumentar su liquidez”.
Este es quizás el más ambicioso de los proyectos CBDC de la región LAC y también puede dejar una valiosa experiencia sobre la implementación del dinero digital en una economía del tamaño de la de Brasil, que para el año 2021, contaba con unos 214.3 millones de habitantes, de acuerdo a los indicadores de Desarrollo del Banco Mundial.
Del mismo modo en el informe del FMI, se abordó el interesante caso de la adopción efectiva de las stablecoins, señalando que este tipo de criptoactivos “también puede plantear desafíos, como lo demuestra el proyecto piloto de Meta”.
El FMI explica que este proyecto “habría permitido a los usuarios de EEUU y Guatemala realizar pagos nacionales y transfronterizos sin cargos a través de su billetera digital, Novi”, pero aclara que si bien es cierto que “potencialmente reducía los costos de los pagos transfronterizos, el proyecto también planteaba el riesgo de sustitución de la moneda nacional en Guatemala”.
Y es que esta no es la primera vez que el FMI aborda el tema de los activos digitales, pues ese organismo multilateral lleva años trabajando para que sus miembros comprendan los riesgos de las criptomonedas y aprendan a mitigarlos.
De hecho en septiembre del año pasado, elaboraron un informe denominado “Regulación de las criptomonedas” donde explican que el FMI está “pidiendo una respuesta global que sea coordinada, para que pueda llenar los vacíos regulatorios que surgen de la emisión inherentemente intersectorial y transfronteriza y garantizar la igualdad de condiciones”.
En otro de los más recientes informes del FMI, publicado en febrero de este año también se abordó el tema de los criptoactivos, invitando a que los miembros adopten “un marco de políticas para los criptoactivos” que logre objetivos políticos clave, “como la estabilidad macroeconómica, la estabilidad financiera, la protección del consumidor y la integridad financiera y del mercado” en sus países.