No cabe duda que la industria de las criptomonedas en Europa se encuentra en un punto de inflexión, una transición marcada por la reciente entrada en vigor del histórico Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA, «por sus siglas en inglés»).
En medio de este cambio, este miércoles el Banco Neerlandés (DNB , «por sus siglas en Neerlandés»), el banco central nacional de los Países Bajos, ha enviado una señal contundente al mercado al imponer una multa de 2,25 millones de euros a OKX, uno de los mayores criptointercambios del mundo.
La sanción notificada en un comunicado, dirigida a la empresa matriz de OKX, Aux Cayes Fintech Co. Ltd., se debe a la operación de la plataforma en territorio neerlandés entre julio de 2023 y agosto de 2024 sin la debida inscripción obligatoria.
En los Países Bajos, como en otros países europeos, la legislación nacional exigía a las empresas que ofrecían servicios de criptomonedas registrarse en el DNB para cumplir con las normativas de prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
Este registro no era solo un trámite burocrático, sino una herramienta clave para asegurar que los actores del sector operaran de manera transparente y segura para los consumidores y que además, permitía al DNB monitorear eficazmente sus operaciones, lo que no pudo llevarse a cabo por no haber cumplido con el registro.
El comunicado del DNB, señala explícitamente: “La Ley contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo (Wet ter voorkoming van witwassen en financieren van terrorisme – Wwft) tiene como objetivo luchar contra el blanqueo de productos del delito y la financiación del terrorismo”.
“El requisito de registro para los proveedores de servicios de criptomonedas se introdujo el 21 de mayo de 2020 debido al alto riesgo de lavado de dinero y financiación del terrorismo asociado a estos servicios”.
Añadiendo: “Esto se relaciona con el anonimato asociado a las transacciones de criptomonedas. Sin el requisito de registro, es más difícil supervisar si se aborda adecuadamente el riesgo de flujos de dinero de origen delictivo”.
“Aux Cayes incumplió los objetivos de la Wwft al prestar servicios de criptomonedas en los Países Bajos sin estar registrado en el DNB. Entre otros factores, esto impidió que Aux Cayes informara de transacciones inusuales a la Unidad de Inteligencia Financiera de los Países Bajos (UIF-NL) durante el período de incumplimiento”.
Es por ello que el DNB, manifiesta que la infracción de OKX fue “grave” y “sistemática”, ya que la plataforma estuvo accesible para los usuarios neerlandeses durante un largo período sin adherirse a las reglas locales.
De hecho, la Wwft entró en vigor el 1 de agosto de 2008 y establece un conjunto integral de medidas para prevenir el uso del sistema financiero para el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo. Su última modificación, fue en 2020 con la cual se implementó la Cuarta Directiva de la UE sobre la lucha contra el blanqueo de capitales que no respetó OKX.
Esta ley neerlandesa contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo sigue un enfoque basado en el riesgo, otorgando a las instituciones financieras y a los criptointercambios la libertad para decidir el grado de riesgo que desean asumir, mientras al mismo tiempo sus decisiones determinan las medidas de mitigación que deben implementar.
Para lograrlo estas instituciones financieras y los criptointercambios licenciados en Países Bajos, deben cumplir con la debida diligencia por cada cliente, lo que constituye un elemento importante dentro del abanico de medidas disponibles para prevenir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
Por regla general, las entidades deben llevar a cabo la debida diligencia del cliente en todos los casos, incluyendo también la supervisión de las transacciones previstas y reales. El grado de escrutinio debe ajustarse al riesgo que presente cada tipo de cliente, relación, producto o transacción.
No obstante, más allá de esta libertad, el DNB es responsable de supervisar el cumplimiento de la normativa Wwft por parte de diversas categorías de instituciones financieras, incluidos los bancos y criptointercambios.
A pesar del incumplimiento de la Wwft por parte de OKX, en una muestra de pragmatismo regulatorio, el banco central redujo el monto inicial de la multa en un 15%, reconociendo la cooperación del criptointercambio y las medidas correctivas que la empresa ha tomado para resolver la situación.
Estas medidas incluyeron el cese de operaciones en el país bajo la entidad no registrada y la transferencia de sus clientes neerlandeses a una entidad que ya opera bajo la nueva normativa europea.
La sanción a OKX ilustra perfectamente la complejidad regulatoria que ha caracterizado al mercado europeo hasta la llegada de MiCA. Antes de esta ley, una empresa como OKX, para operar legalmente en toda la Unión Europea, necesitaba solicitar y obtener licencias o registros individuales en cada uno de los 27 estados miembros.
Cada país tenía su propio conjunto de reglas y requisitos, lo que creaba un verdadero laberinto burocrático para cualquier plataforma con aspiraciones pan-europeas y es por eso, que con la llegada de MiCA, se brindó un verdadero alivio para la industria cripto.
El Reglamento MiCA, que entró plenamente en vigor en los últimos meses, busca armonizar el panorama regulatorio de los criptoactivos en todo el continente. Su gran promesa es el concepto de “pasaporte MiCA”.
Bajo este marco, una vez que una empresa de criptoactivos obtiene una licencia en uno de los 30 países del Espacio Económico Europeo (EEE), puede “pasaportar” esa licencia para ofrecer sus servicios en todos los demás países del EEE sin necesidad de solicitar licencias adicionales.
De allí que OKX, tomara medidas proactivas, como crear la filial Okcoin Europe Limited, como plataforma para la UE, con que obtuvo una licencia completa bajo el marco MiCA, otorgada por la Autoridad de Servicios Financieros de Malta (MFSA, «por sus siglas en inglés»).
Con esta licencia, se autoriza a esta filial de OKX como proveedor de servicios de criptoactivos por la MFSA de conformidad con el artículo 28 de la Ley de Mercados de Criptoactivos (Capítulo 647 de las Leyes de Malta).
Esto significa que, si bien el DNB la multó por incumplimientos pasados bajo las leyes neerlandesas, la plataforma ahora tiene ahora una vía legal y regulada para operar en todo el EEE, incluidos los Países Bajos.
La situación de OKX no es un caso aislado. El DNB ya había impuesto multas significativas a otros gigantes del sector, como Crypto.com (2,85 millones de euros) y Kraken (4 millones de euros), por razones similares.
Estas acciones reguladoras demuestran que, en la era post-MiCA, las autoridades nacionales y europeas no están dispuestas a pasar por alto las operaciones que se llevaron a cabo fuera del marco legal, por muy pequeñas que sean.
Para los consumidores, este panorama regulatorio es una buena noticia. A medida que las plataformas obtienen sus licencias MiCA, el mercado se vuelve más seguro, con reglas claras sobre la protección de los inversores, la emisión de activos y la supervisión de las operaciones.
El mensaje de la multa a OKX es claro: el tiempo de la autorregulación y las operaciones sin licencia ha terminado. La era de la regulación rigurosa ha llegado, y aquellos que no cumplan, incluso con las normas pre-existentes, enfrentarán las consecuencias.
La industria de las criptomonedas, y los millones de usuarios que la conforman, se beneficiarán cada vez más de la claridad que, finalmente, está comenzando a reinar en el espacio cripto europeo.