Deutsche Bank ve al dinero digital como la próxima era del dinero

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Deutsche Bank Research, es el área corporativa responsable del análisis económico dentro de Deutsche Bank Group y su objetivo es analizar las tendencias relevantes para el banco en los mercados financieros, la economía y la sociedad, resaltando los riesgos y oportunidades.

El Deutsche Bank Research actúa como un consultor del banco, sus clientes y grupos de interés, brindando análisis independientes de alta calidad que ayuden a los inversores a entender movimientos de los mercados en temas económicos, fiscales, laborales y de política social.

Y la semana pasada publicó una nueva edición del informe Konzept #19: What we must do to rebuild, “Qué debemos hacer para reconstruir”, donde los analistas del Deutsche Bank Research explican dónde debe comenzar la reconstrucción de la economía global tras la pandemia.

Esta nueva edición de Konzept curiosamente ha llamado la atención, porque sus analistas tienen claro que en un futuro no muy lejano las Central Bank Digital Currency (CBDC), “Criptomonedas del Banco Central”, sustituyan al dinero en efectivo.

Este análisis pone el enfoque, sobre el paso hacia las monedas digitales como “la próxima era del dinero”, ya que bajo la nueva realidad que se comenzó a vivir con la pandemia global, los riesgos del dinero en efectivo asociados con la transmisión de los virus han acelerado “la revolución del dinero digital”.

En el capítulo The steps required to promote digital currencies, «Los pasos necesarios para promover las monedas digitales» elaborado por Marion Laboure, economista de esa institución bancaria, aborda este tema, enfatizando el uso del dinero digital.

Para Laboure, el manejo de efectivo ha sido controversial porque varios estudios han demostrado cómo los virus pueden adherirse al dinero días o semanas para continuar propagando la enfermedad.

Por ello, durante los bloqueos y las medidas de distanciamiento social, se ha impulsado un mayor uso de las tarjetas en lugar del dinero en efectivo y bajo este contexto explica cómo se ha acelerado la necesidad de efectivo digital, pero dejando expuesto el atraso de muchos países en esta materia.

Aunque se resalta cómo algunos países, como China y Suecia, lideran el desarrollo de los pagos con monedas digitales, mientras que otros países todavía están por ponerse al día, es posible que sus empresas se vean obligadas a adoptar pagos con estas monedas digitales.

La economista Laboure, en su artículo describe algunos de los desarrollos necesarios para ayudar a Europa a actualizarse mediante una solución de pago conjunta e independiente. Proponiendo que bancos centrales deberían colaborar con los gobiernos, los grandes bancos y los sistemas de compensación en varias iniciativas.

Pero enfatiza que las monedas digitales ayudarían en el entorno actual de tipos de interés reales negativos en muchos países avanzados, ya que los consumidores actualmente tienen pocos incentivos para depositar o ahorrar dinero.

Laboure, deja entrever que en consecuencia, es poco probable que se mueva el flujo del efectivo de debajo del colchón a una cuenta bancaria (a gran escala) a corto plazo, aunque si se podría movilizar hacia las criptomonedas.

Para el Deutsche Bank Research, la transición hacia las CBDC está tomando mucho tiempo, especialmente en las economías más avanzadas. Según el informe, uno de los aspectos que retrasa el proceso, es la preocupación por los aspectos de privacidad que conlleva el paso al dinero digital.

Aunque también, influye la adaptación de las políticas monetarias al entorno digital, lo cual ha sido otro factor más que retrasado el proceso hacia la implementación y uso generalizado de CBDC, a nivel tanto europeo como global.

De acuerdo con Laboure, todavía hay cierta preferencia por el dinero en efectivo en países como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Mientras que Suecia y China, se encaminaron hacia el dinero digital con el lanzamiento de sus monedas electrónicas a principios de este año.

Parte de lo que explica por qué estos dos países van a la cabeza, es que tienen tres factores en común, primero han adoptado desde hace muchos años atrás los pagos digitales, segundo tras esa adopción han tenido una reducción en los pagos en efectivo desde hace tiempo.

Y tercero, sus gobiernos juegan un papel fundamental en la promoción y el apoyo de una infraestructura de pagos digitales. Sin embargo, aunque ambos países comparten estos factores comunes, cada uno tiene una motivación distinta para desarrollar una CBDC.

Por su parte China estableció explícitamente su moneda digital para mejorar la inclusión financiera de sus ciudadanos. Mientras que ya Suecia, tenía una alta tasa de inclusión financiera, por lo que decidió por una CBDC, simplemente como un próximo “paso natural” para eliminar el efectivo.

Por su parte, el estudio explica que, China avanza más rápidamente en su digitalización, con la mayoría de los ciudadanos usando ya monederos digitales para sus compras cotidianas, pero abre temores respecto a la privacidad.

De acuerdo a esta investigación del Deutsche Bank Research, aunque en China la preocupación por la privacidad es mucho menor que en países como Estados Unidos, Alemania o Francia. Ya que apenas un 10% de los encuestados en el país asiático mostró interés en ese aspecto.

Ello explica por qué China, pudo avanzar a mayor velocidad en la implementación de su yuan digital, que ahora le permitiría lanzar su propia CBDC. No obstante, esto no sería lo mismo que pasaría en el resto del mundo donde si las personas tienen preocupaciones por la privacidad.

En todo caso, las CBDC pudieran ser el siguiente paso en la transición del dinero físico hacia la digitalización del dinero, el cual es un paso más en la evolución financiera pero sin lugar a dudas también crea muchas preocupaciones por su capacidad de control sobre las personas.

Con una CBDC, el control del estado sobre las personas sería total porque el dinero al ser digital dejaría un rastro en las compras, pagos y así como los ingresos, los cuales se volverían un libro abierto para cualquier estado, algo que sin duda no agrada a muchos.

Sin embargo, al margen de ello, en este artículo, se invita a las empresas y los legisladores a que diseñen alternativas a las tarjetas de crédito para eliminar las tarifas de los intermediarios, dando prioridad a los sistemas regionales de pago digital.

Todo ello con la mirada puesta en que a largo plazo, las CBDC reemplazarían al efectivo circulante en los países que poco a poco irán adoptando esta nueva forma del dinero.

Hace unas semanas, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, lanzó una encuesta de consulta pública para conocer las opiniones y comentarios de los ciudadanos sobre el desarrollo de un potencial euro digital., lo cual ya es muestra que las CBDC están en camino.

“Después de siglos de la economía monetaria, finalmente estamos listos para movernos en la próxima era del dinero” y dice el Deutsche Bank Research, que al final da un mensaje claro sobre las monedas digitales: “estamos listos para la próxima era del dinero”.

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