De los Neobancos al DeFi, la nueva realidad del sistema financiero

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Desde hace años el fenómeno de la transformación digital ha ido tomando forma. Por ello, cada vez más servicios que se brindan en el mundo real, pasan a ser digitalizados, masivos y mucho más baratos, así como eficientes.

Este fenómeno de la transformación digital dio un gran salto en los últimos años con el desarrollo de la tecnología, y sobre todo desde que comenzó la revolución del Bitcoin y el Blockchain hace unos once años atrás, cuando estos trajeron consigo profundos cambios de paradigma que influyeron notablemente en muchos sectores, pero especialmente en el área de los servicios financieros.

Históricamente, los bancos que desde siempre han tenido como objetivo la tan buscada “bancarización” de las personas, tuvieron que luchar con sus propios costos operativos, procesos burocráticos (motivado a las regulaciones del sistema) y en particular con muchos requisitos inalcanzables para una gran parte de la población mundial, que los convertían en viejos y grandes dinosaurios incapaces de lograr ese objetivo.

Mientras que en ese sentido, la llegada de Bitcoin y las criptomonedas en general no solo buscaban permitir la transferencia y el aseguramiento de valor en la era del Internet protegidos del doble gasto, sin necesidad de un banco, sino también apostaban por la inclusión global, libre y sin restricciones de las personas en su adopción para lograr la disrupción completa del uso del dinero en el siglo XXI.

Al contrario de la banca tradicional, Bitcoin y las criptomonedas nacieron para ser inclusivos, sin reglas, sin embargo, factores como la desconfianza en el dinero electrónico (que era usado para comprar drogas en Silk Road o armas en la Deep Web según los medios del mainstream), aunado al desconocimiento a las nuevas propuestas disruptivas de Satoshi Nakamoto el padre del Bitcoin, fue una pared que costó derrumbar para que su uso fuese realmente adoptado de forma masiva por las personas, creándose un espacio que necesitaba ser tomado por nuevos actores en el sistema financiero.

Por otro lado, aunque la mayoría de los bancos comenzaron a redefinir y diversificar muchas de las formas en las que ofrecían sus servicios a través de la Banca digital, brindando comodidad a sus clientes que ahora podían hacer transacciones desde sus oficinas y hogares sin pasar por las agencias, todavía existían muchas limitaciones, que no permitían a los bancos ir a la par de las necesidades de los nuevos clientes y usuarios que requerían cada vez más y mejores servicios online.

En medio de este cambio de paradigmas con necesidades de los usuarios por servicios financieros ágiles e innovadores, se comenzó por crear un entorno paralelo al de la banca tradicional, que aunque estaba en un proceso de mutación, seguía siendo ese gran dinosaurio, lento y amarrado por regulaciones estatales sin capacidad para innovar más allá de ciertos límites.

Y es allí cuando la disrupción llegó por otro lado a los servicios financieros, a través de startups y pequeños emprendimientos poco conocidos, que comenzó la era de las Fintech, que en términos prácticos, Fintech no es más que un acrónimo de las palabras “finance” y “technology”, que significa tecnología financiera, bajo el cual se gestó un nuevo entorno de servicios dentro del propio sistema financiero que fueron una verdadera revolución, ya que se encargaron de unir lo mejor del mundo bancario y sus servicios con las necesidades de las personas en el mundo real, pero aprovechando la evolución de la tecnología.

Hoy por hoy, no es lo mismo manejar una cuenta de pagos en una Fintech, que automatice pagos de facturas de todo tipo a que esto pueda ser realizado dentro de una institución bancaria coartada por regulaciones o con procesos engorrosos que ameritan visitar las agencias de un banco, así como tampoco es lo mismo pagar sólo con el correo electrónico en lugar de introducir los números de tarjeta de crédito y otros datos más privados por lo que al final, las Fintech trajeron consigo grandes cambios en cómo se deberían llevar los servicios asociados al sector financiero a través de Internet.

Sin embargo, si vemos la intermediación financiera como un servicio casi exclusivo para los bancos amparados por las Leyes en la mayoría de los países y los Acuerdos de Basilea, las Fintech, vienen a ser un escalafón más dentro de esa intermediación porque ellas conectan la tecnología con el dinero que está en los bancos de forma eficiente y más barata.

Pero, el mundo siguió evolucionando y los usuarios cada vez más requieren más y mejores servicios financieros, préstamos, capacidad de ahorrar, tarjetas de crédito y débito, y es allí cuando comienzan a llegar los Neobancos, instituciones bancarias que usan la filosofía Fintech de tecnología financiera como tal para brindar sus servicios.

Los Neobancos son una evolución de la banca tradicional en todos los ámbitos, porque son una nueva generación de bancos que funcionan única y exclusivamente a través de Internet sin sedes físicas, los cuales nacieron con el objetivo fundamental de facilitar a las personas las operaciones financieras pero con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y la atención online.

Los Neobancos son la respuesta a esas necesidades de servicios bancarios dirigidos principalmente a un público más joven en edad productiva, los llamados “Millennials”, para lo cual se ha creado una banca digital que se apoya de forma sólida en las nuevas tecnologías, buscando satisfacer las necesidades de estos usuarios con productos y servicios innovadores y con costos realmente bajos o casi nulos comparados con los de la banca tradicional.

Estos Neobancos, son entidades digitales cuyo propósito es brindar información actualizada y detallada de los movimientos y consumos del dinero de sus usuarios en tiempo real, mediante el uso de la Inteligencia Artificial (IA).

Pero de la banca tradicional, pasando por las Fintech y ahora los Neobancos, todos están basados en un esquema centralizado, donde las autoridades centrales de cada país en particular emiten la moneda regular que impulsan sus economías y son empleadas para comerciar tanto por los gobiernos y los bancos, como las personas, por lo que el poder de administrar y regular el flujo, así como el suministro del dinero en el mercado local y global sigue residiendo en los gobiernos.

Para cambiar esto ha nacido el DeFi, el cual es el acrónimo de “Decentralized” y “Finance” o finanzas descentralizadas, como una nueva forma de transferencia, resguardo e intermediación de valor que trae consigo una verdadera disrupción en los servicios financieros, gracias a que DeFi incluye activos digitales, protocolos, contratos inteligentes y dApps construidos directamente en Blockchains.

DeFi en sí mismo, es todo un nuevo ecosistema financiero abierto, basado en la filosofía Blockchain donde se pueden construir varias herramientas y servicios financieros de manera descentralizada, con la finalidad de ofrecer a las personas el verdadero control de sus propios activos, ya que todavía los bancos tradicionales, las Fintech y los Neobancos administran los fondos de sus usuarios.

En todo caso, el futuro sólo dirá que ocurrirá con la banca tradicional dado el advenimiento de tantos cambios que se han generado este siglo, porque está más que claro que con el uso de mejor tecnología y la migración de ciertos servicios a la banca en línea, aunque ha traído como consecuencia el descongestionamiento de las agencias bancarias, y con ello la disminución de costos operativos, los Neobancos son una competencia que en los próximos años pudiera desplazarlos, si éstos no asumen una postura más ágil y dinámica. A todo esto se suma, que si las DeFi, cobran la fuerza que se busca, todos estos actores quedarán relegados a un segundo plano.

Desde ya, algunos analistas señalan que la banca tradicional se convertirá a la larga en Neobancos, otros dicen que coexistirán ambos y otros señalan que los Neobancos absorberán servicios las Fintech y serán más poderosos que los bancos tradicionales, pero sin duda que no lo hemos visto todo en lo que a cambios de paradigma se refiere, porque el DeFi está tomando forma y son ya una realidad que cada vez atrae más entusiastas y que a la final pudiera desplazar todo lo que existe hasta ahora.

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