Lo que hasta hace poco era una operación confinada a algunos criptointercambios autorizados por el estado venezolano y al mercado P2P (de gran popularidad en ese país), está a punto de convertirse en un servicio bancario regular, luego que se conociera la inminente autorización del gobierno para que los bancos comerciales ofrezcan Bitcoin (BTC) y stablecoins Tether (USD₮) y USDC (USDC) directamente a sus clientes.
Fuentes del sector apuntan a que el proyecto podría lanzarse antes de que finalice el año, marcando “un antes y un después en la historia del sistema bancario venezolano”, según ha sentenciado Rodolfo Gasparri, presidente de la organización Conexus, que es la empresa que se encarga de proveer parte de la infraestructura de interconexión bancaria en ese país.
Durante años, las criptomonedas, especialmente el dólar digital USD₮ (el más utilizado en el país, aunque también se utiliza USDC), han servido como una válvula de escape para una economía marcada por la hiperinflación y la escasez de divisas formales.
Ahora, el gobierno parece dispuesto a formalizar lo que ya es una realidad en la calle, donde Venezuela es considerada uno de los países con mayor usabilidad de criptoactivos en el mundo, ya que algunas métricas lo ubican en el Top 10 de los países con mayor adopción de las criptomonedas.
La integración no se está haciendo en el vacío. La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) ha estado preparando el terreno regulatorio a través de dos mecanismos clave:
El primero, es la Regulación Anti-Lavado (LC/FT/FPADM), que está descrita en la Resolución N° 010.25 de la Sudeban, que fue publicada en Gaceta Oficial N°43.098 con fecha 20 de marzo de 2025, la cual derogó normas anteriores y estableció un robusto marco de Prevención y Control de Legitimación de Capitales y Financiamiento al Terrorismo.
Este es un paso fundamental, ya que incluye la definición legal de “Criptoactivo” y “Activos Virtuales” en el marco bancario, de acuerdo al análisis que realizó la firma KPMG, a través de un informe publicado en abril de este año, el cual coincidió en la mayoría de los puntos con el análisis realizado por la firma Grant Thornton, que también publicó su propio informe detallado.
En la práctica, ahora se obliga a los bancos a blindarse contra el riesgo antes de manipular estos activos, mediante una contabilidad formal para asentar los activos digitales, algo fundamental para el control del organismo regulador bancario venezolano.
De hecho, el segundo mecanismo, es la actualización del Manual de Contabilidad para Instituciones Bancarias, que ahora incluye la cuenta “Criptomonedas” dentro del rubro “Efectivo”, indicando que el regulador ha creado el espacio contable para registrar estas operaciones de forma obligatoria.
Aunque, hay que aclarar que estos mecanismos no funcionan como una autorización per sé, sino que adecúan el marco de cumplimiento obligatorio que la superintendencia bancaria de ese país, exige para que la banca pueda avanzar hacia la adopción masiva usando los servicios financieros de la banca.

El proyecto, impulsado por el sector privado, específicamente por Conexus, que maneja el 40% de las transferencias electrónicas de Venezuela, buscar integrar las criptomonedas con el sistema bancario nacional, comenzando con agregar Bitcoin y Tether junto a USDC a la red interbancaria mediante una plataforma blockchain que integrará Inteligencia Artificial (IA).
Conexus, es la responsable de desarrollar una infraestructura basada en blockchain que incorporará Bitcoin y monedas estables al sistema bancario tradicional del país. Dado que esta empresa provee la solución bancaria de pago móvil, se espera que estos activos digitales también pasen a estar disponibles pronto para pagos dentro de la economía venezolana.
Básicamente, esto permitiría a los ciudadanos de ese país, acceder a servicios de Custodia y Conversión de Activos digitales, brindando Transparencia y Seguridad, así como también Liquidez a las operaciones con criptoactivos.
En consecuencia, los bancos podrán ofrecer la custodia segura de BTC, USD₮ y USDC, permitiendo a sus clientes convertir estos criptoactivos a bolívares (la moneda fiduciaria local que está bajo una enorme presión de devaluación frente al dólar estadounidense) y viceversa directamente desde las aplicaciones bancarias.
Sin duda, que la regularización a través de normativas adecuadas proporcionaría mayor seguridad y protección al tenedor de estos activos monetarios, aliviando las preocupaciones sobre plataformas de terceros.
Del mismo modo, algunos analistas en ese país han señalado que la integración del USD₮ sería particularmente beneficiosa, ya que se espera que promueva la liquidez de divisas en el sistema formal, que prácticamente hoy día no posee dólares para proveer a la economía.
Sin embargo, a pesar del optimismo, expertos señalan desafíos como el riesgo de sanciones internacionales y la necesidad de pulir los mecanismos de uso cotidiano para el público no familiarizado con el ecosistema cripto.
El fin oficial de la criptomoneda nacional el Petro, en enero de 2024 se encargó de allanar el camino para que el ecosistema cripto descentralizado, liderado por Bitcoin y las stablecoins, llegue al sistema bancario venezolano en diciembre de este año.

Sin embargo, hay quienes señalan que esto estaría por formalizarse en escasos días, incluso antes de diciembre, basados en el rápido desarrollo de algunos acontecimientos. No obstante, una vez que esté implementado, podría convertir a Venezuela en uno de los primeros países del mundo en integrar completamente las criptomonedas en la banca nacional.
Un paso que seguramente remodelará drásticamente el TradFi de Venezuela al modernizar los pagos digitales a través de la tecnología blockchain, lo que podría ampliar aún más la penetración de la bancarización en un país donde se estima que el más del 93% de los venezolanos poseen acceso a servicios bancarios.
Por otro lado, serviría para mejorar la transparencia y el cumplimiento en las transacciones de criptomonedas que a partir de ahora estarían siendo supervisadas por el ente tributario nacional, el SENIAT.
En todo caso, la medida está atrayendo la atención de analistas que ven el enfoque de Venezuela como un posible modelo para otros países afectados por la inflación, ya que de tener éxito, esto podría finalmente mostrar cómo la tecnología blockchain y los servicios criptográficos regulados pueden funcionar dentro de las estructuras financieras nacionales.
Al crear un puente legal entre el dinero fiduciario y el dinero digital, Venezuela también puede reducir la dependencia de los sistemas basados en efectivo y promover una economía más resiliente e inclusiva y quizás a largo plazo, terminar por adoptar a Bitcoin como moneda de curso legal, dejando de lado la moneda fiduciaria local, el bolívar.
Próximamente, con la llegada de Bitcoin y las stablecoins Tether y USDC, Venezuela se posicionaría a como una nación pionera en la banca blockchain en Latinoamérica.

