Bitcoin alcanza nuevo ATH en medio del furor por la aprobación de la GENIUS Act en el Senado

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Este miércoles, Bitcoin (BTC) ha alcanzado nuevos máximos históricos (ATH, «por sus siglas en inglés») en cinco meses, superando su récord anterior del pasado 20 de febrero, al alcanzar los 110.597 dólares hace pocos minutos en medio del furor de una tendencia alcista que se extiende a todo el mercado de criptomonedas.

Los analistas consideran que un mayor apetito por los activos de riesgo y la distensión comercial de la “guerra arancelaria”, han sido factores clave para influir en la mejora general en el sentimiento del mercado hacia las criptomonedas.

Se especula que debido a los posibles acuerdos y una moderación en la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, han llevado a que se genere la expectativa de un “gran acuerdo comercial” entre ambas naciones.

Por otro lado, un notable aumento de la liquidez global, posiblemente relacionada con expectativas de políticas monetarias más expansivas, también puede estar jugando un papel importante en el impulso a la demanda de Bitcoin.

Asimismo, el avance regulatorio en el Senado de Estados Unidos este lunes, con la aprobación de 66 votos a favor y 32 en contra en una votación de procedimiento clave, conocida como “cloture” (cierre de debate) para aprobar la GENIUS Act, ha contribuido a la subida reciente del precio de BTC y del resto de las criptomonedas en general, siendo celebrado por la criptoindustria.

La GENIUS Act (por sus siglas en inglés, “Guiding and Establishing National Innovation in U.S. Stablecoins”) el importante proyecto de ley para el mercado de las criptomonedas que está en discusión en el Senado de Estados Unidos, se encuentra cada vez más cerca de su aprobación.

Este importante proyecto de regulación de stablecoins, se percibe como un paso hacia la maduración y legitimación del mercado cripto por parte de los inversores que todavía tienen desconfianza por las criptomonedas.

Una vez que la GENIUS Act pase a la Cámara de Representantes que también tiene su propio proyecto de ley sobre stablecoins (llamado STABLE Act), debería concretamente entrar a un proceso de “reconciliación” entre ambas cámaras para llegar a un acuerdo para un texto final.

Cuando este proceso finalice, y que sea aprobado por ambas cámaras del Congreso, sería enviado al Despacho Oval para la firma de Trump para convertirse en ley, generando más confianza que podría atraer a más inversores institucionales, ya que reduce la incertidumbre regulatoria.

Las repercusiones de estos avances en materia regulatoria, han tenido un impacto en los mercados. De hecho, el mercado de los ETF de criptomonedas al contado que había experimentado una fase de salidas de capital durante los primeros meses de 2025, ahora parece haber entrado en una fase de consolidación y acumulación.

Más inversores, incluidos fondos importantes están tratando a Bitcoin como un activo a largo plazo en lugar de una simple jugada especulativa, haciendo que los productos de inversión en criptoactivos en Estados Unidos, recuperen más de 7,5 mil millones de dólares en entradas este año.

Esto es una señal que la creciente demanda de activos digitales por parte de los inversores y actores institucionales, está contribuyendo a la estabilidad y al crecimiento del precio. Muestra de ello, ha sido el aumento de la cotización de BTC, que al momento de redactar esta nota, alcanza los 110.549, con un volumen de negociación de 68.854.279.917 dólares en 24 horas.

Esto representa un aumento del 3.49% en las últimas 24 horas y del 7.18% en los últimos 7 días. Con una capitalización de mercado de 2.196.634.993.440 dólares, de acuerdo a CoinGecko. En el caso del Ether (ETH) de la red Ethereum, su precio ha alcanzado de 2.560,95 dólares, con un volumen de negociación de 32.568.578.665 dólares en 24 horas.

Esto representa un aumento del 1.35% en las últimas 24 horas y una caída del 1.39% en los últimos 7 días. Con un suministro circulante de 120 millones de ETH, Ethereum está valorado en una capitalización de mercado de 308.844.839.849 dólares, de acuerdo a CoinGecko.

Sin embargo, es preciso aclarar que aunque la administración Trump ha estado trabajando para generar confianza en los mercados, incluyendo las criptomonedas, como una manera de combatir el desplome de los últimos meses y que las tensiones geopolíticas y económicas han comenzado a disminuir, haciendo que los inversores tiendan a sentirse más cómodos invirtiendo en activos más volátiles como Bitcoin, todavía hay ciertos puntos sobre la mesa que pueden cambiar el panorama.

A pesar que la semana pasada, Estados Unidos y China llegaron a un acuerdo para reducir los aranceles mutuamente, incluyendo una pausa de 90 días en los aranceles que se habían impuesto, con reducciones específicas para los productos estadounidenses que ingresan a China del 10%, mientras que los productos chinos importados a Estados Unidos verían una reducción del 145% a un 30%, todavía persiste el tema de los microchips.

El problema es que la situación en torno a los microchips es mucho más compleja y sigue siendo un punto de fricción central en la relación entre ambos países, pese a que están haciendo sus esfuerzos para lograr un acuerdo en varios ámbitos.

La administración Trump, sigue imponiendo fuertes restricciones a la exportación de semiconductores y equipos de fabricación de chips a China, con el objetivo principal de frenar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) con aplicaciones militares en Beijing y limitar la autosuficiencia tecnológica de China en este sector crítico.

Estas restricciones pasan por un férreo control de las exportaciones, para evitar que las empresas chinas que han sido incluidas en “listas de entidades” (entity lists), tengan acceso a tecnología y componentes estadounidenses prohibidos o restringidos severamente, incluyendo tanto los chips avanzados como la maquinaria necesaria para producirlos.

Obviamente, los negociadores chinos se han manifestado contrarios a esto y han calificado estas acciones de la administración Trump como una “coerción económica y ha respondido con sus propias restricciones a la exportación de metales y componentes clave (como el germanio, galio y grafito) necesarios para la fabricación de chips, lo que demuestra una “guerra de chips” paralela a la guerra comercial.

Estas políticas están pensando en las proyecciones de ingresos de las empresas estadounidenses y globales del sector de semiconductores (como Nvidia, AMD y ASML), las cuales han reportado un impacto en sus ingresos debido a las restricciones de exportación a China.

De allí que, es probable que la guerra de chips sea la continuación de la guerra arancelaria pero por otros caminos, que probablemente impacten en el sentimiento de los inversores y los mercados en el futuro próximo.

En consecuencia, la distensión de los conflictos arancelarios debe ser vista más como una pausa en este complejo escenario geopolítico que se ha desatado tras la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca.

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