Tras varios años de pruebas, análisis y estudios de campo, el Banco de Japón (BOJ), ha decidido que el próximo año, emitirá su propia moneda digital del banco central (CBDC, «por sus siglas en inglés»), el yen digital, con la finalidad de llevar a cabo un experimento piloto de demostración con tres mega instituciones financieras privadas y algunas otras regionales en Japón.
De acuerdo con un reporte del diario Nikkei, este estudio tiene previsto comenzar, a partir de la primavera de 2023. Su objetivo inicial es obtener la cooperación de los bancos privados y otras organizaciones en la verificación de detección de fallos con los depósitos y retiros en cuentas bancarias, en medio de desastres naturales, cortes eléctricos, entre otros eventos críticos.
Además, esta prueba, también busca comprobar si la emisión del yen digital, puede funcionar incluso en un entorno donde la conectividad a Internet es nula o deficiente. La duración estimada para estos análisis es de unos dos años, con miras a emitir la CBDC japonesa en 2026.
El BOJ tiene claro, que la implementación de su propia CBDC es necesaria, para dar respuesta al auge de los servicios de pago digitales y de criptomonedas que están disponibles en el mercado, por lo que experimentará con “las funciones básicas de emisión, distribución y pago” de la CDDC.
Según el reporte publicado este miércoles, esta medida, ampliamente esperada, se tomará después de que el Banco de Japón concluya la segunda fase de su experimento con el yen digital, que comenzó en abril y que durará aproximadamente hasta marzo del 2023.
Y es que el BOJ lleva haciendo experimentos con la tecnología blockchain y la creación de su propia CBDC, desde el año 2017, cuando participó en el Proyecto Stella junto al Banco Central Europeo (BCE), en la cual estudiaron la tecnología de contabilidad distribuida o Distributed Ledger Technology (DLT).
Sin embargo, el Banco de Japón viene trabajando en su propia CBDC desde julio de 2020, cuando publicó un informe titulado “Desafíos técnicos para que las monedas digitales del Banco Central tengan funciones equivalentes al efectivo”, en el que se analizan los pros y los contras de la creación del yen digital.
En el informe, el Banco de Japón señaló el “acceso universal” y la “capacidad de recuperación” como los principales desafíos técnicos que debían resolverse para que el yen digital funcione. Para octubre de 2020, tras acordar la solución se anunció públicamente su enfoque para desarrollar una CBDC, que responda a los cambios en las circunstancias de una manera apropiada.
A partir de abril de 2021, el Banco de Japón inició una nueva etapa en los experimentos relacionados con su CBDC, como la prueba de Concepto (PoC) de la “Fase 1”, dirigido a la evaluación de las funciones básicas de un yen digital.
Esta etapa culminó en Marzo de este año, a la cual le siguió la “Fase 2”, que arrancó en abril, en la cual se investigó la viabilidad de las funciones adicionales más complejas. Mientras al mismo tiempo, se analizaban otros arreglos institucionales, cómo los métodos para asegurar la estabilidad financiera y los mecanismos que un banco central debe coordinar con el sector privado.
Aunque hasta ahora, el Banco de Japón, aún no ha tomado ninguna decisión sobre la emisión de su propia CBDC, el gobernador Haruhiko Kuroda señaló en mayo de este año, que la creación de una CBDC minorista podría ser una opción para garantizar una infraestructura segura y sin fisuras en el país.
Vale recordar que el gobernador Kuroda, urgió a los responsables de la política monetaria mundial durante un seminario, que redoblaran sus esfuerzos para contener los riesgos que pudieran surgir del uso generalizado de las monedas digitales privadas, sin hacer alusión directa a alguna en específico.
De hecho, desde 2016 esa nación se convirtió en uno de los primeros países en regularizar el uso de las criptomonedas como el bitcoin (BTC), en medio del auge en Asia de las criptomonedas, lo que de alguna manera llevó a las autoridades del banco central a estudiar esta tecnología y su impacto en el sector financiero y en la economía de Japón.
De allí que el banco central de la tercera economía mundial, ha advertido que las criptomonedas privadas, son un potencial vehículo para actividades ilícitas, además de una amenaza a largo plazo sobre su control de una política monetaria ordenada.
Por ese motivo, es que una gran parte de los bancos centrales del mundo, están trabajando arduamente en el diseño y exploración de las CBDC, para operar su implementación antes del fin de esta década.
Como se recordará, la semana pasada, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, uno de los 12 bancos de la Reserva Federal (Fed, «por sus siglas en inglés») de los Estados Unidos, anunció que se realizará una prueba de concepto junto a varias compañías financieras del país.
El Banco de la Reserva Federal de Nueva York, dijo que su Centro de Innovación de Nueva York (NYIC, «por sus siglas en inglés»), participará en este proyecto de PoC del dólar digital, junto a los bancos BNY Mellon, Citi, HSBC, Mastercard, PNC Bank, TD Bank, Truist, US Bank y Wells Fargo los cuales fueron los primeros seleccionados para participar en el proyecto.
De acuerdo a las autoridades de la Fed de Nueva York, el PoC se ha diseñado para explorar la viabilidad de una red interoperable de dinero digital mayorista de bancos centrales y dinero digital de bancos comerciales, que estará operando en un libro mayor distribuido compartido entre múltiples entidades.
A pesar de esta carrera colectiva por las CBDC, algunos bancos centrales por ahora han decidido retrasar este tipo de exploraciones y estudios técnicos, hasta que otros bancos centrales, lancen la suya y se pruebe su viabilidad, operatividad e impacto en el sector financiero, dentro de la jurisdicción de esos países.
Por ello, es muy probable que estos bancos que han manifestado su decisión de no continuar la investigación de sus propias CBDC, no comiencen a barajear la posibilidad de retomar estos estudios, hasta después del 2027